24. Un mundo inexplorado

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Nunca actuó sin pensar.

Pero Paty me hace hacer cosas imprudentes y es que por ella soy capaz de golpear incluso a la directora.

— ¡Oh, Luis mira las flores! —Grita Paty ante la situación, alegre nuevamente.

Junto a Paty esa tarde estuvimos sentados todo el día mirando el cielo.

Dormimos como nunca, sin preocuparnos de los gritos de la directora.

Una vez cayó la noche, sugerí a Paty que regresáramos, pero ella no quiso.

—Luis, quedemos un rato más—Comenzó a llorar.

No pude detener aquel llanto desesperado y junto a Paty en una pequeña parada de autobús, nos ocultamos de la noche.

Detrás de esa puerta hay un campo de flores...ahora ya lo sé.

Junto a PatyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora