Epílogo

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Después de tanto tiempo, podía recordar cosas relacionadas con mi padre. Cada gesto, sonrisa y lágrimas que hemos compartido juntos.

El hoyo que me encontraba antes, ya no estaba tan oscuro. Podía ver con claridad el camino que me traería de vuelta a la salida. Sin embargo, a medida que iba caminando, escuchaba una voz aguda. Tartadamudeaba una canción sin sentido y luego la cambiaba por otra, mezclaba las canciones como si estuviera haciendo un remix barato de una niña de los de primer año. 

Cada paso que daba, más confunsa se volvía la melodía. No obstante, mis pies se detienen al reconocer donde estaba.

-No -lagrimas se desplazan por mis mejillas cuando de un momento a otro me encontro entre el medio de los autos del accidente. Del camión salía un terrible humo que le daban un terrible aspecto al ambiente y ambos carros estaban complementamente destruidos.

Varias personas se vieron involucradas en una accidente automovilístico en la carretera Win.

Solo hubo un sobreviviente, ese día.

Yo.

Yo fui el único que sobrevivió y no tuvo un funeral semanas después.

El funeral de papá.

Ahora lo recuerdo, durante una terapia, Noah me contó cómo había sido el funeral de papá. Fue vacío, cada persona que pasaba tenía la cabeza baja y todos tocaban su urna para pedile que se fuera en paz. Todos estaban allí, su esposa y su primer hijo pero yo no.

La gente que  le puso ver maquillado y acomodado dentro de un caja de madera, en cambio, yo lo vi complementamente destrozado y lleno de sangre.

Mi pecho comienza a subir y bajar rápidamente. Estaba perdiendo el control de nuevo, no podía respirar. El aire se había ido.

¿A dónde se había ido el aire?

-¡Peter!

Mis ojos se abren de un solo golpe y mi cuerpo reacciona tan rápido como si me hubieran inyectado una droga. Mi espalda se pone recta.

Who wants to live forever de Queen resuena por toda la habitación, creando una gran molestia a mis oídos.

Las paredes medio a pintar y las pocas cajas era lo que decoraban la sala de estar de mi habitación. Estaba envuelto en una manta gruesa y mi cabeza no dejaba de palpitar de tanto dolor que sentía.

¿Cómo había llegado aquí?

-Maldición - susurro, acomodando mi espalda en el sofá y pocos segundos después, me sobresalto cuando apagan la música.

-¡Vaya! - exclama una voz, caminando lentamente hacia mi hasta sentarse en el suelo delante del sofá. Su cabello estaba peinado perfectamente con una trenza y su ropa tenía salpicaduras de pintura, por lo cual me hace saber que ha estado haciendo mis deberes en la casa. Estaba sencilla, estaba hermosa con sus ojos color miel y su piel pálida. Pero había algo hoy en sus ojos, me miraban con cierta preocupación y sus cejas estaban tan rectas que ya sabías que estabas totalmente jodido - ¿Estás bien, Peter?

Asiento con la cabeza. No estaba dispuesto hablar, se que significaba esto y tenía miedo que esto pudiera causar consecuencias con la persona que estaba delante de mí. Jessica voltea los ojos y se acerca poco a poco a mi cara, apartandome las gotas de agua que se desplazaban en mis mejillas.

¿Estoy llorando?

-Debio ser un sueño muy pertubador - comenta. Regalandome una sonrisa - Cuando dijiste que te gustaba Queen, no lo tome muy enserio - ríe. No obstante, su sonrisa se apaga cuando me mira a los ojos. Jessica me conocía tanto en tan poco tiempo que hasta incluso ahora sabía perfectamente lo que me estaba pasando por la cabeza - Solo han pasado tres horas - confiesa - Te hemos llevado al doctor y luego Noah y Prue nos trajeron hasta acá.

Escucho cada palabra que logra decirme. No dejo de mirar sus ojos y de buscarlos cada vez que habla, contándome todo lo que había paso tan solo hace un par de horas. Su voz me consume en tan grado que hasta me he olvidado de mí dolor de cabeza. Pero eso dura en tan poco tiempo cuando dejó de escucharla.

Desde su accidente, desde que vive conmigo. Desde que estuvimos esa conversación por las viejas vías del tren. Jamás tuvimos una conversación sobre cuál era mi banda favorita.

¿Esto ...

-Hola guapetón - Jessica sonríe, mirándome con los ojos llorosos - Debo de darte una disculpa primero - chasquea la lengua - Desde el momento que te vi nunca pensé que ibas a cuidar de mí pero realmente estaba equivocada.

Por más que lo intente, no logro decir nada. Mi corazón se pone como loco y no dejo de mirarla, está hermosa, Jessica es una chica maravillosa.

-¿Cuándo ... - mis palabras salen como si estuvieran borrachos, causando que Jessica sonriera aún más.

-Cuando estábamos en el instituto - confiesa - Esa chica dijo cosas cuando estábamos en ma cafetería que hicieron que mi cerebro se prendiera como un bombillo - se encoje de hombros -  Los recuerdo fueron surgiendo cuando corrias conmigo en brazos al estacionamiento..

Jessica continua hablando sin parar y no se detiene hasta que mi cuerpo se mueve por si solo, con delicadeza agarro sus pequeñas mejillas con mis grandes manos y la besó. La besó como si hubiera un mañana, era nuestro primer beso después del accidente.

Era maravilloso, era como probar una fruta prohibida en lo más alto del manzano.

Estaba bien, supongo.

Jessica se separa de mi y comienza a reírse a carcajadas. La observó mientras ellas se retuerce de la risa aún con mis manos en sus mejillas,

-¿De qué te ríes? - mi ceja izquierda se levanta ante su acto, lo que ocasiona que la pelicastaña ponga su espalda recta y se muerda el labio inferior para retener su risa.

-Luego hablamos - se enconje de hombros y continúa riendose - Te contaré cuando deje de darme risa - me señala con un dedo, luego se acerca y me deja un pequeño beso - ¿Quieres ir a la playa, señor gruñón?

Mi cara se estira a no más poder de la sonrisa que tenía.

Su cara estaba sonrojada.

Y sus ojos brillaban como un cielo repleto de estrellas.

Ambos estábamos bien.

Y no podía estar más contento.

-Por supuesto que si, pequeña

FIN

JessicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora