La carta y un regalo

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Hacia unos días desde su regresó con los Dursley, las vacaciones de verano habian comenzado, pero él no podía llamarlas así, para él no eran vacaciones sino un infierno al que estaba obligado a volver cada año, con las constantes golpizas de parte de Vernon Dursley, los regaños e insultos de tía Petunia y sin contar el juego favorito de Dudley "la caza de Harry"  si eso no era un infierno entonces no sabía lo que era.

Recordaba claramente cuando era pequeño y soñaba que sus padres aparecían un día en la puerta de la casa de los Dursley pidiendo una disculpa por haberlo dejado ahí, prometiendo ya no volver hacerlo y llevándolo con ellos, en aquel entonces no le importaba si sus padres estaban muertos y para estar con ellos tambien tenía que morir, lo único que quería era un poco de cariño, afecto y amor, pero con el tiempo entendió que eso no sucedería, que no era más que la fantasía de un pequeño y triste niño desesperado por ser feliz.

- ¡Chico deja de perder el tiempo y cumple con tus labores! - el grito de su tía interrumpió sus pensamientos haciéndole regresar a la dura y cruel realidad, el cuerpo aún le dolía por la paliza que le había dado tío Vernon hace tres días sin ninguna razón, lo más seguro es que simplemente haya tenido el deseo de desquitarse por algo que fue mal en el trabajo, como solía hacer a menudo, un pequeño golpe en la cabeza cortesía de su "dulce" primo le hizo voltear para ver una sonrisa maliciosa en el rostro de aquel chico obeso, cuántas veces había tenido el deseo de poder regresarle todas y cada uno de los golpes y burlas más sin embargo sabia no podía por miedo, tal vez tantos años con ellos le hizo entender que solo sería más difícil para el si se defendía... Pero tenía que dejar de perderse en sus pensamiento o nunca terminaría de arreglar el jardín de tía Petunia y aún tenía que ir a preparar la cena para cuando llegue tío Vernon.

Hace unas horas que sus familiares se habían ido a dormir, pero él no pudo, el dolor en su cuerpo era tan intenso, estaba seguro que al día siguiente no iba a poder moverse, no consiguió terminar a tiempo sus tareas, tío Vernon había llegado y aún no había comenzado a preparar la cena.

Podía escuchar el sonido de un coche llegando a la casa y eso le atemorizó hasta lo más profundo de su ser, sabía con certeza que tío Vernon acababa de llegar y él apenas había conseguido terminar con sus tareas en el jardín y la casa, ¡la cena aún no estaba lista! estaba seguro que tío Vernon lo golpearía

- ¡¿Chico y mi comida?! - grito al entrar en la cocina viendo directamente al pelinegro a quien ya se le notaba un ligero temblor en su pequeño cuerpo, de tan solo pensar en lo que sucedería.

- Si tío Vernon ya te preparo tu cena - habló con miedo en su voz mientras veía como con cada palabra que decía el hombre se volvía cada vez más furioso.

- ¿Aún no has preparado la cena? - pregunto gritando mientras se acercaba cada vez más al menor

- Y-yyo tarde demasiado h-hhaaciendo mis t-tareas - tartamudeo mientras retrocedía un poco temblando de miedo.

- ¡Monstruo inútil, nosotros te permitimos vivir en nuestro hogar, te hemos aceptado en nuestra familia y así es como nos pagas! - el primer golpe resonó en toda la habitación haciendo que el pelinegro cayera de sentón y dirigiera una mano a su mejilla lastimada.

- ¡Lo único que pedimos a cambio de nuestra hospitalidad es que ayudes un poco en la casa y no lo puedes hacer! - una patada fue a dar directamente en las costillas estaba seguro que le había roto una o dos - ¡Más merecemos por permitir a uno de los tuyos vivir en nuestra casa perfectamente normal, maldito monstruo! - un golpe y luego otro más, la verdad es que perdió la cuenta de cuántas veces fue golpeado esa noche lo único de lo estaba seguro es que en determinado momento perdió el conocimiento y cuando despertó ya se encontraba en su habitación con la puerta cerrada, quería llorar y gritar pero si hacia eso terminaría despertando a su familia y la verdad es que no creía poder soportar más por ese día. De la nada pequeños golpecitos se empezaron a escuchar en un principio pensó que era su imaginación pero al ver que persistía aquel golpeteo decidió pararse de donde estaba tirado en el suelo, con mucho dolor y apoyándose de su cama con cuidado se levantó girando la cabeza hacia la ventana en donde podía ver una pequeña lechuza la causante de los pequeños golpes

Desconcertado y adolorido por la mas reciente golpiza se dirigió a la ventana para abrirla y dejar entrar a la pequeña  lechuza de color negro que nunca antes había visto, esta traía consigo un pequeño paquete envuelto como un regalo forrado de plateado con un  moño blanco y negro,  junto a este una carta la cual aun con desconfianza decidió abrir

"Mi hermoso bebe

Si estás leyendo esto significa que te falle y no estoy ahí para ti, ni para explicarte como es debido lo que estarás por experimentar en tu siguiente cumpleaños, contrario a lo que muchos creen yo no provenía de una familia muggle fui adoptada cuando tenía dos años mis padres eran una squib y un mago que murieron en un accidente como ellos murieron en el mundo muggle, fueron los muggles quienes se hicieron cargo de mi y tiempo después fui adoptada, mi niño para cuando esta carta te llegue debes de estar a punto de cumplir 14 años antes de tu cumpleaños debes ir a Gringotts y pedir hablar con el encargado de las cuentas Melek el te explicara lo que yo no pude hacer, perdoname mi bebe por haberte dejado de verdad quería estar para ti.

Con amor Lily Potter"

Cuando termino de leer las lagrimas ya se deslizaban por sus mejillas ¡la carta era de su madre! Eso lo emocionó y le entristeció al mismo tiempo por lo que sin demorar ni un segundo más tomo el regalo y comenzó a desenvolver con mucho cuidado y al abrirlo dentro estaba un hermoso collar de plata cuya joya era de una hermosa esmeralda en forma de gota y cerca de él una nota

"Úsalo siempre te protegerá

Con amor mamá"

Sin poder deterner pequeños sollozos escaparon de sus labios, apenas audibles pues aún trataba de que fueran lo más bajos posibles no queria despertar a su tío y enfrentar las consecuencias, cuando sintío que sus sollozos aumentaban de volumen coloco una de sus manos sobre sus labios amortiguando el sonido, volvío a leer la carta y más lagrimas se hicieron presentes, con seguridad iría al banco mágico, lo más pronto posible, su madre debió haber dejado algo para él, algo que sin duda se volvería su mayor tesoro.

Tardo varias horas en conciliar el sueño solo podía pensar en la carta y lo que tenía que hacer, no cabía en su felicidad, tristeza y nostalgia su madre, su hermosa madre dejó algo para el en el banco, quería ir en ese mismo instante pero desafortunadamente eso era algo imposible en su situación actual, apenas y podía pararse por el dolor y de salir ahora estaba seguro que a su regreso los Dursley, en especial tío Vernon le harían saber cuán desagradecido estaba siendo a su "cariñoso" cuidado. Por mucho que no le gustara la idea tenía que esperar hasta el momento indicado lo cual mucho temía fuera varios días después.

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