Te Ayudaré Quieras O No...

14.7K 1.4K 59
                                    

Se encontraba a las afueras de las tierras Malfoy cerca de la mansión, daba gracias a Merlín que los rubios tuvieran varias hectáreas vacías alrededor de la mansión o de lo contrario cualquier de los tontos seguidores de Tom podría verlo en su debilidad, jamás pensó que las palabras de la cabra senil pudieran afectarle tanto, estaba con la espalda recargada sobre un árbol, temblando violentamente, con la respiración agitada, tan rápido como salió de la oficina del anciano se había aparecido del colegio, intentaba regular su respiración al ver que no funcionaba se levantó con dificultad dejando caer su glamour el cual hora solo cuando cubría sus alas, sus joyas ya no las cubría ni sus anillos señoría los dejaba a la vista de todos para que pudieran ver su importancia y poder, lentamente sus alas fueron apareciendo, hermosas como siempre pero ahora de un color negro tan profundo como un universo sin estrellas, con un movimiento rápido, tan rápido que sería imposible de no ser un Angellius, pero con elegancia y gracia se elevó al cielo, liberando su mente dejó que la sensación del viento sobre su rostro y la calma le, inundarán dándole la tranquilidad que tanto necesitaba, volar para el siempre había sido la única manera de tranquilizarse, el cielo su refugio y el viento era como un suave masaje para su cuerpo, desde antes de recibir su herencia, cuando su preocupación era ser el perfecto Gryffindor, el niño que vivió, el chico dorado de Dumbledore, antes eso era la única razón para vivir, ahora solo le parecía una tontería, como pudo ser tan ingenuo, ya lo recordaba el maldito viejo, solo lo había manipulado para ser un sacrificio más del "Bien mayor", si claro lo único que quería era poder, deseaba deshacerse de los obstáculos, ¡el y Tom!

Una energía comenzó a cubrir su cuerpo, sonrío con ironía, pensar que un principio esa energía era un color dorado y ahora era verde como la maldición asesina, demostraba lo mucho que había cambiado, incluso sus alas de haber sido de un blanco puro una vez, ahora eran de un negro profundo, por fin entendía las palabras dichas en el diario de sus ancestros, "fui enseguida con mi madre y ella me explicó que mis alas cambiaron porque yo cambie", sonrío de nueva cuenta '¿Como no cambiar con todo lo que me ha ocurrido?', pensaba cerró sus ojos dejando llevar por la sensación de libertad y seguridad que le daba volar.

- ¡Tom escucha, debes deshacer tus horrocrux! - dijo irritado, esa era probablemente la millonésima vez que le repetía lo mismo al terco de su pareja, se había vuelto más cabezota con el tiempo o... ¿tal vez sea la edad? - ¡Es peligroso que los mantengas, si uno era peligroso 7 son son como una bomba atómica muggle! - casi gritó, pero algo de lo que dijo llamó la atención del mayor

- Yo no he hecho 7 Ayham - hablo con tranquilidad viendo al menor

- Hay... Uno accidental... - respondió mordiéndose el labio y bajando la mirada mientras se reprendía por su estupidez

- ¿Cómo has dicho? - preguntó sorprendido, levantándose de su asiento, al ver que el menor no respondió se acerco tomándolo por los hombros con suavidad conocía muy bien a su hermoso ángel, si era presionado demasiado no diría nada - Ayham dime - ordenó con voz suave

- El chico Potter... - suspiro teniendo en cuenta de antemano que probablemente Tom se enojaría, el mayor no sabía quien había sido antes de viajar al pasado no podía culparlo si se molestaba por lo que diría a continuación, muchas veces se había planteado el decirle al mayor su identidad anterior incluso en el pasado pero aún no era el momento, inhalando profundamente se armo de volar - Era... Un horrocrux accidental... - alzó la mirada para ver la reacción del mayor y tal como lo predijo solo vio enojo en las deformadas facciones del mayor

- ¡¿Y lo has asesinado sabiendo eso?! - gritó furioso apretando su agarre sobre el menor

- Tranquilo Tom - dijo con voz baja

- ¡No pidas que me tranquilice! - hablo con voz alta

-  ¡Esta a salvo...! - gritó solo para de inmediato cerrar sus labios y evitar decir algo para lo que aún no estaba preparado para pronunciar y Tom para saber

HerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora