Estaba terminando su comida cuando noto como una mujer rubia se acercaba a la mesa que ocupaba con los ex campeones sonrío y espero a que la mujer llegara
- ¡Mucho gusto! - se levanto el joven pelinegro - Mi nombre es Ayham Kerem - oculto a propósito apellido, sabía que la mujer podía llegar a ser muy entrometida si se lo proponía
- Un gusto - extendió su mano para estrechar la mano del joven - mi nombre es Rita Skeeter - sonrío al joven y los demás en la mesa, tomó asiento entre la rubia y el jugador de quiddicht
- Debo suponer que usted envió la carta - se dirijo al peli negro
- Supone usted bien Rita - sonrío
- Entonces dígame Ayham ¿Cuál es la información que usted tiene para mi? - preguntó con obvio interés, no todos los días un bello joven te manda una carta diciendo que tiene información valiosa
- Por supuesto pero... ¿Pero tiene usted un pensadero? - hablo con calma mientras terminaba con su café extra dulce, quien pensaría que los Angellius tienen un ligero problema con lo dulce
- Tengo uno en mi casa - contestó la mayor aún más interesada
- Bien entonces le daré la información de la que dispongo pero con una condición - miro fijamente a la rubia
- ¿Cuál es su información? Y ¿Cuál es la condición? - el interés de la mujer iba en aumento con cada segundo que pasaba, pero intentaba que no se notará mucho
- La información son ciertos sucios secretitos de cierta persona y mi condición es que no cambie nada de lo que diga, escriba tal cual le decimos - volvió a tomar otro trago de su café
- Y ¿Y quien es esta cierta persona? - estrecho sus ojos en sospecha
- Dumbledore - respondió con una sonrisa de lado, después de eso pagaron la cuenta y salieron con la mujer, luego de un viaje por floo llegaron a la casa de la reportera
- Adelante tomen asiento - dijo mientras se quitaba su abrigo de color verde, para luego salir de la habitación y regresar minutos después con un pensadero
- Bien aquí está el pensadero ahora dime chico, ¿esa información promete mucho? - se escuchaba un pequeño destello de desesperación en su voz
- Primero que nada ¿Qué sabe de la vida en el hogar del niño que vivió? - interrogó ganando una mirada confusa de la mayor
- Horrible muerte la del chico... Pero ¿Porqué importa eso? - se sentía confundida a que venía el chico Potter en el secreto de Dumbledore
- Mucho - de su ropa sacó unos frascos con un líquido plateado dentro, con cuidado vacío uno de ellos en el pensadero - Adelante - con su mano hizo una seña para que la mayor se adentrará en la memoria, sin pensar demasiado hundió su rostro en el pensadero, sólo para salir momentos después con una mirada de horror
- Eso... - no podía hablar, ella al igual que muchos en el mundo mágico creían que el niño tenía una buena vida donde era querido y mimado - ¡¿Quien era ese hombre?! - preguntó después de unos minutos en silencio
- El nombre de esa ballena humana era Vernon Dursley y era tío de Potter - explicó
- ¿Pero no se suponía que era querido y adorado por su familia? - cuestionó con molestia quien se atrevería a golpear así a un niño
- Usted lo ha dicho se suponía - hizo una pequeña pausa - Déjeme contarle una historia... La noche en que los Potter murieron Albus Dumbledore dejó al pequeño Potter en la puerta de la casa de los Dursley, familia muggle de su madre, bajo la excusa de unas salas de sangre hechas con el último aliento de Lily Potter para proteger a su único hijo y que protegerían al niño debido a que Petunia Dursley era hermana de su madre, pero los Dursley eran personas con un profundo odio hacia la magia lejos de cuidar al chico lo maltrataron y por poco le hacen morir de hambre en varias ocasiones, claro los maltratos iban desde abuso verbal hasta los golpes, supuestamente Albus Dumbledore visitaba periódicamente al niño pero la verdad es que no era así y sabe una cosa las salas solo se activarían estando con familia de sangre... El problema aquí es que Lily Potter y Petunia Dursley no eran verdaderas hermanas... Lily era adoptada - se recargo en el respaldo de aquel sillón de color rosa
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Herencia
FanfictionEn las vacaciones antes de su cuarto año Harry recibe un paquete junto a una carta, de alguien verdaderamente inesperado... Desconcertado y adolorido por la mas reciente golpiza se dirigio a la ventana para abrirla y dejar entrar a la pequeña lechuz...