Luna miro con desconcierto los dos ojos café que la miraban con atención. Sentía que podía ahogarse en ellos y descubrió que no le importaba en lo absoluto. Parpadeo intentando despejar su mente sin mucho éxito. Pues aquel apuesto y sexy hombre la seguía mirando con intensidad. Intento carraspear para romper la tensión del momento, pero su garganta no quería colaborar con el acto, pues no emitía sonido alguno.
Él trago saliva e intento que su mente embotada comenzará a funcionar, podía decir que no le hacia caso, más bien ninguno.
Pues seguía imaginando la sensación de sus dedos entre el suave pelo femenino. Lo que sentiría al unir sus labios contra los de aquella desconocida y saborear el interior de esa apetecible boca.Carraspeo y analizo las palabras que iba a decir a continuación. Esas palabras que harían que aquella mujer irse de allí. Abrió la boca y dejo las palabras salir.
-Creo que no he sido muy amable. Encantado, Luna -dijo extendiéndole la mano.
No. Aquello no era lo que iba a decir. Su subconsciente le había jugado una mala pasada, pero pronto se desharía de ella.
La chica bajo la vista hacia la mano que Matteo tenia extendida hacia ella. Estaba vacilando entre aceptarla o no. Realmente no quería tocarlo, ya estaba descontenta con la reacción de su cuerpo, podía notar como le ardían las mejillas, y su cuerpo estaba alerta, con todas las sensaciones a flor de piel. Alzó la vista, y pudo ver como él la seguía observando con mucha atención. Suspiro y acepto la mano.
-Igualmente -contesto.
De pronto se sintió atrapada, Matteo tenía su mano sujeta con fuerza, pero con ternura, la acariciaba con sus dedos, mientras ella sentía su piel hormiguero. Tiro para librarse de ella, pero él la tuvo presa, bajo la vista hasta su mano atrapada, y un nudo se le hizo en el estomago al ver como él inclinaba la cabeza, y posaba sus labios sobre su mano un calor intenso la recorrió.
Todo era tan extraño. Matteo no comprendía que le sucedía, tan solo sabia que no quería liberar aquella mano tan suave y frágil, la sensación de aquella piel contra sus labios no tenía definición, quería tenerla sujeta por mucho más. Pero entonces vio la mirada de confusión de la chica y con lentitud la dejo ir.
-Bueno.... creó que tenemos que hablar -murmuró.
Ahora si, era el momento de decirle que se fuera, y cuanto más lejos mejor.
-Lo que usted diga -susurro ella. No entendía porque su cuerpo reaccionaba de aquel modo, todo en él era puro hipnotismo.
-No me trates de usted, aun no estoy hecho un anciano -dijo él divertido.
Luna sonrió, y a él se le anudo el estomago, un nudo que lo incomodaba. Debía reconocer que tenía una bonita sonrisa, preciosa.
-Veras Luna -era el momento- Creó que será mejor....
Ella agacho la cabeza.
Se lo vería venir <Creó que será mejor.... que nós vayamos directamente a la cama>
Y ella tendría que callarse, y dejar que ese hombre la desnudara que sus labios recorrieran su cuerpo, que la besara y la acariciaba.
Una oleada de deseo recorrió el cuerpo de la chica, un calor húmedo se alojo en sus entrepierna, y noto como se le hinchaban los pezones, quiso cruzar los brazos pero se abstuvo.
<Venga> pensó <Dilo ya> sonó ¿desesperada? ¿Porque? Su pensamiento era áspero, intentaba repudiarlo pero su yo interno se negaba a ello.
-¿Te apetece que vayamos a cenar en vez de quedarnos en casa?
Matteo no se creía que aquella pregunta hubiera salido de su boca, no se lo creía. Tenía las palabras que quería decir en la punta de su lengua <siento haberte hecho venir pero tengo una reunión importante, será mejor que vuelvas a casa. Gracias de todas formas> Por ejemplo.
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Solo una Noche
Teen Fiction-Te tengo un trato si lo aceptas, tu hermano no ira a la cárcel. -¿Que tipo de trato?-pregunto Luna, retorciéndose las manos, nerviosamente. -Has de acostarte una noche, con un rico empresario, solo satisfazlo, y tu hermano se libraria de todo mal...