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El viento helado ondeaba mi cabello de un lado a otro, contemple la ciudad delante de mí y todo lucia diferente. Por fin podía apreciar las pequeñas cosas, como el volar de los pájaros y su canto, los niños jugando en la calle, la música de los vecinos, e incluso el frio de la ciudad que me empeñaba tanto en evitar.
Sentí ese palpitar de mi corazón que no sentía desde hace tres años, incluso la sonrisa que crecía en mi rostro era genuina y nueva, era yo de nuevo, me sentía completa de nuevo.
Cerré mis ojos e inspire su aroma, su tacto tibio cubrió mi mano y apreté sus dedos. Me gire hacia él y observe sus ojos, podía ver rastros de humedad en ellos y me derretí por dentro. Mis manos acunaron su rostro y me acerque a él.
-¿Cómo me encontraste? –mi voz tembló por el frio pero no me importo.
Cuando Harry toco la puerta y lo descubrí ahí, mi primer instinto fue abrazarlo y llorar, lo segundo fue huir, no quería que mis amigos lo vieran, ni Mickey, así que tome su mano y derramando lágrimas y con el corazón a mil por hora subimos las escaleras corriendo hacia la azotea. Por lo tanto ahora moría de frio por no llevar un abrigo, Harry lo noto, así que pronto su chaqueta estaba sobre mis hombros y su aroma me envolvía.
-Nunca te perdí de vista, Mila. –mi nombre en sus labios fue como el choque que me trajo de vuelta a la realidad. Él estaba aquí, mi Harry había vuelto. Acorte la distancia, estaba a centímetros de sus labios incluso sentía su aliento cuando vacile, ¿el desaparecería si lo besaba?
Él noto mi indecisión, así que él lo hizo. Termino la distancia entre nosotros y lo sentí, húmedos y lentos sobre mis labios, entre abrí mi boca para recibirlo por completo e incluso su miembro húmedo jugueteo con las comisuras de mis labios. Solloce cuando nos separamos, pero ni un segundo paso cuando nos estábamos comiendo la boca de nuevo, sus manos en mi espalda me apretaron contra su pecho y gemí en su boca, al sentirme contra él, incluso lo sentí a él temblar. Inhale aire para llenar mis pulmones, seguíamos a un palmo de distancia, respirábamos en la boca del otro, incapaces de separarnos. Mis manos dejaron sus mejillas y envolví su cuello con mis brazos, recargamos nuestras frentes juntas y cerré los ojos disfrutando del momento.
-Soñé tantas veces con este momento.- su voz un tono más ronco de lo normal, me lleno el alma. –Mi niña, mi Mila. –las lágrimas corrieron por mis mejillas al escucharlo.
-Te quiero tanto Harry. –mi cabeza encontró un lugar en su pecho y su brazos me envolvieron, sobando mi espalda para tratar de calmarme.
-¿Todavía tienes la medalla que te di? –una mano subió hasta mi cuello y toco la pequeña cadena.
-Nunca me la quitaría Harry, -susurre con los ojos cerrados.
-¿Ni siquiera por él? –sentí que todo a mi alrededor paraba, no sentía mi corazón latir, me aleje de Harry para verlo a los ojos, para buscar algún rastro de enojo, pero él simplemente me miraba con tanto amor y ternura que me derritió por completo.
