VII

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Piérdeme el respeto

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Piérdeme el respeto.

VII. adore you. Final.





Mi cabeza se recargo en su pecho, cuando sus brazos cubrieron mi espalda apretándome hacia él, no había dudad, incertidumbre o miedo en nuestras vidas. Ya no.

Bailábamos lento, saboreando el momento de estar por fin solos, la calma que nos daba la habitación mientas nos movíamos lentamente era una paz que nunca había sentido antes.

"walk in your rainbow paradise, strawberry lipstick state of mind, I get so lost inside your eyes, would you belive it?"

Su voz ronca me dio la razón, estaba en el lugar correcto en sus brazos.

El vestido de seda blanca bailaba entre mis piernas, rozando mi piel creando una sensación placentera por mi cuerpo, las manos de Harry se movían en mi espalda, creando más fricción deliciosa.

El solo recordar como habíamos unido nuestras vidas para siempre esta mañana, hizo que un gemido saliera de mi boca.

"you don't have to say you love me, you don't have to say nothing, you don't have to say you're mine."

Su voz nos acompañaba en la habitación silenciosa, puedo apostar que los dos estábamos recordando lo mismo, todo lo que habíamos pasado para estar aquí, como nos habíamos vuelto locos el uno sin el otro, cuanto llore cuando nos encontramos de nuevo, como nos quedamos encerados en mi apartamento un mes solo disfrutando de nosotros, y como esta mañana él me hizo la mujer más feliz del mundo haciéndome su esposa.

Tome su nuca con mis manos al mismo tiempo que Harry se agachaba y tomaba mis muslos, levante las piernas y las coloque en su cadera, nuestros rostros quedaron a la misma altura, no lo pensé dos veces cuando ya estaba comiéndome su boca, hambrienta como si fuera nuestro renacer, el encontrarnos aquí y ahora, como recién casados.

Podía sentir el rose de sus manos debajo del vestido acariciando la piel de mis nalgas solo cubiertas por unas bragas de encaje blanco. Gemí sobre su boca al mismo tiempo que el gruñía, sabía que nuestra necesidad estaba llegando a los limites, habíamos prometido no tener nuestra primera vez hasta estar casados, y estábamos por cruzar esa delgada línea.

Me sentó sobre el brazo del sofá, alzándome el vestido hasta la cadera,

-quiero las bragas de mi esposa afuera, ahora. –demando, hincándose en el suelo de la habitación, sus manos subieron por mis piernas hasta llegar a mis bragas, dejo pequeños besos sobre mis rodillas mientras iba subiendo, sus dedos jalaron mis bragas hasta que quedaron enrolladas en mis tobillos, mirándome a los ojos se puso de pie, sus manos habilidosas encontraron mi punto dulce y necesitado, sentí la yema de sus dedos apenas acariciando mi feminidad, cerré los ojos atesorando el momento.

-abre los ojos, dulzura, quiero ver a mi esposa, -su voz ronca, me hizo mojarme más, cuando nuestras miradas se encontraron lo sentí, la callosidad de sus dedos tocando mi centro, primero toqueteando mi clítoris en círculos, me mordí los labios, se sentía tan diferente a como lo hacía yo con mis dedos, bajo su toque hasta que encontró mi entrada húmeda, mis manos hicieron puños en su camisa blanca y mirándome a los ojos, sus dedos se perdieron en mi humedad, gemí al tiempo que su boca caía sobre la mía, recibiendo los gemidos que el producía, solo sus dedos me hacían sentir tan llena que el simple pensamiento de su hombría dentro de mí me hizo temblar.

-Harry, por favor no juegues conmigo, -susurre sobre su boca, temblando le pedí: -llévame a la cama.

Oí el gruñido en su garganta aunque no abrió la boca, sus manos se alejaron de mi centro, colocándolas en mis hombros, tomo los tirantes de mi vestido, bajándolos por mis brazos, mis pechos sin sostén quedaron a la vista, no perdí de vista su mirada hambrienta, ni el bulto en sus pantalones. Me ayudo a ponerme de pie, y el vestido cayo a mis pies, donde estaban mis bragas. Se agacho tomándome en brazos, me coloco en el centro de la cama, cerré los ojos, pero no era el momento de ser tímida, al abrirlos me lo encontré comiéndome con la mirada mientras se sacaba la camisa del pantalón desabrochado y la tiraba al piso, se tomó la pretina del pantalón y de un tirón quedaron en el piso, junto con el bóxer,  mi humedad se extendió cuando vi su polla, su mano acaricio su longitud, e instintivamente abrí mis piernas, invitándolo a colocarse entre ellas, lo capto en segundo porque lo tenía sobre mí al instante, su pecho desnudo rozaba el mío, erizando mis pezones, su bajo vientre rozo mi clítoris, sus labios entre abiertos se pasaban por mis pechos tibios, cuando encontró mi pezón su lengua salió a juguetear, mis dedos se enredaron en su corto cabello, sus muslos separaron los míos y sentí su miembro juguetear en mi entrada.

-por favor, -susurre moviendo mis caderas hacia él.

Uno de sus brazos pasó por debajo de mi espalda alzándome hacia él, mientras el otro lo ponía debajo de mis hombros, nuestras frentes juntas, nuestros labios entrelazados, cuando penetro mi entrada por primera vez, el escozor estuvo ahí, mientras sentía como se introducía lo más que mi cavidad le permito, beso mi mejilla con cortos besos tratándome de distraer del dolor que salió como quejido de mis labios, sus caderas se movieron retirándose y arremetiendo de nuevo en mi interior, el picor estaba ahí, pero había algo más, algo que estaba ganando más terreno dentro de mi interior, mis manos recorrieron su espalda hundiendo mis uñas en su piel, al vaivén de sus caderas se le unieron mi cadera, encontrando ese punto magnifico donde nuestro cuerpo gozaba su más banal placer, su cuerpo caliente nunca dejo de abrazarme, estando más cerca que nunca, sus labios perdidos dejándome besos en mi piel, y mis labios ligeramente abiertos soltando pequeños sonidos que sabía que lo ponían más a tope con su erección. El increíble placer dentro de mi comenzó apoderarse de todo mi cuerpo, temblando enrolle mis piernas en su cadera, desenando que se placer se mantuviera siempre ahí, sus cadera erráticas golpeaban mi interior, sus brazos me apretaron más contra él cuando lo sentí, húmedo y caliente dentro de mí, su respiración agitada me calmo y a la vez me calentó nuevamente, escuchar como disfruto de nuestros cuerpos era mi nueva droga favorita.

-ahora sé que caminaría sobre el fuego por ti, haría cualquier cosa que me pidieras solo por mantenerte a mi lado, solo déjame adorarte por el resto de nuestros días.

Sin querer las lágrimas de felicidad rodaban por mi rostro mientras lo abrazaba, sabía que también haría cualquier cosa por mantener este amor encendido, todo por mi esposo Harry Styles.








Fin.




*tarde pero sin sueño*

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*tarde pero sin sueño*

Piérdeme el respeto. ☁ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora