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El lugar es grande hay mucha gente, cada quién lleva una bandeja consigo.

Llegamos a unos mostradores, me asomo y miro bandejas con comida, la joven sonriente me pregunta que platillos quiero.

-Ella es nueva- dice alguien de detrás mío.

-Ok- Ella toman pequeñas porciones de cada platillo y me lo pasa- si quieres más solo vuelve.

Asiento y tomo el plato, un olor delicioso fluye del alimento. Camino al final del mostrador para tomar un vaso con líquido amarillo, me doy la vuelta y miro las mesas, decido que puedo encontrar un lugar mejor afuera de la habitación, camino hacia la salida, una chica se pone frente a mí.

-Ven con nosotras- camina hacia una mesa y se sienta, la imito y me preparo para comer- Espera

-¿A qué?

-A la oración.

-¿Qué es la oración?

-Ya verás- Me quedo pensando si la oración sera algún tipo de comida.

De la nada todos se quedan callados, no hay ningún murmullo, veo que una persona está levantada, alguien toma mi mano y la quito instintivamente, me le quedo viendo a la chica que lo intentó, ella me extiende su mano, con dificulta le doy la mano, la persona que se encuentra levantada comienza a decir algo, la mayoría de los demás se encuentran con sus ojos cerrados y cabeza inclinada, miro a las chicas de la mesa que están igual, no sé si soltarlas y salir corriendo. Se finaliza con una palabra extraña que todos repiten, se sueltan de las manos

-Ahora si- me dice una chica sonriente

Llevo el primer bocado a mí boca, la comida sabe tan bien que me pregunto como viviré sin esto ahora que lo he probado, si alguna de las chicas habló mientras yo me encontraba disfrutando de lo que se encontraba en el plato la ignoré, una vez que el plato estuvo vacío hice caso a lo que la chica del mostrador me había dicho y me levanté para pedir más alimento.

-¡Oh bien!, te gustó, es de mis primeros días en esto y no estaba segura de que estuviera realmente bueno.

-Para mi está bien- digo con curvando un poco los labios.

-Supongo que eso es bueno- dice la chica mientras me sirve.

-¿Crees que podrías darme un poco más de pan para poder llevarme?

-¿No te quedas?- me mira extrañada, ese definitivamente no fue un buen movimiento, solo niego- ¿Sabes? Sería bueno que te quedaras, puede ser solo unos pocos días, así estarás segura que realmente no quieres quedarte, y, además, podríamos ser amigas.

La miró fijamente, suspiro me doy la vuelta y regreso a sentarme. Kimi se encuentra parada cerca de la mesa cuando regreso

-Justo estaba preguntando por ti

-¿Para?

-Durante el primer tiempo, yo seré tu apoyo.

-¿Primer tiempo?

-Mientras te adaptas.

-¿Me adapto?- abro mis ojos- ¿Quién dijo que me quedo?

-Solo intentalo, unos días- la chica pelirroja habla e intenta tocar mi mano, la retiró de inmediato.

-¿Por qué quieren convencerme?, eso no me hace sentir bien.

-No te queremos convencer...

-Parece que quieren hacer, primero el chico, luego la muchacha de la comida y ahora ustedes. No quieran engañarme.

-No se trata de eso, de verdad nos gustaría que te quedaras un poco, así podrías conocernos y decidir irte o no.

-¿Por qué querría conocerlos?

-Está bien, si quieres irte sólo vete- Kimi habla un tanto molesta.

-¿Todo bien?- una voz nos interrumpe

-¿Y a ti que?- volteo para ver al chico que me recibió a la entrada y enseguida me arrepiento de haber hablado, por la forma en la que las chicas me miran puedo interpretar que se trata de un líder o algo parecido.

-Mira, ¿podrías decirme tu nombre para hablarte por él?

-No- respondo secamente.

-Después de la comida hablamos y entonces puedes irte si así lo deseas.

-Está bien- regreso a mí comida.

-Kimi, llevala al área de descanso una vez esté lista.

-De acuerdo- Miro a Kimi para encontrarla viendo fijamente al chico, levanto mis cejas y miró a las demás, por algún motivo le tienen respeto a ésta persona.

Una vez término mis alimentos me sorprendo al ver a la chica del mostrador entregándome una bolsa.

-Recuerda que siempre puedes volver.

Kimi se levanta de la mesa y camina esperando que la siga, me espero hasta que voltea para verme y entonces la sigo.

-¿Y dime que hay entre tú y el chico?- curoseo un poco.

-¿Esteban?- se ríe un poco- amistad

-Oh, ¿ustedes ya...

-Nosotros no actuamos comp allá afuera- me corta de inmediato mientras me mira con un tanto de desaprobación, levanto los hombros y me quedo  calmada el resto del camino.

Llegamos a un espacio que se encuentra al exterior, salgo y siento la brisa de inmediato, hay unos asientos largos donde se encuentran algunas personas sentadas, hay algunos arbustos que se encuentran distribuidos por el lugar y algunos que cubren las bancas.

-¿Y bien?

-Es bonito- digo mientras miro el lugar.

-¿Estás segura de tu decisión?- me siento con vergüenza cuando lo escucho me  doy cuenta que a eso se refería desde el inicio, lo volteo a ver y me lo encuentro sonriendo.

-¿Para que querrían que me quedara?, ¿tienes una intención?, ya sé que tú y la chica son amigos- lo miró fruncir el ceño de inmediato.

-Por supuesto que no tengo intención, no es tan sencillo de explicar, tal vez lo puedas entender con el tiempo.

-¿Por qué no lo intentas?- digo molesta al sentir que me creé tonta

-¿Alguna vez te ha pasado que algo estaba tan mal que no te habías dado cuenta que era así hasta que pasó algo diferente?

-¿Cómo el olor mi ropa que me quite para limpiarme?

-Si, como el olor de tu ropa- lo último lo dice algo extrañado- En nuestra vida continuamente hay cosas que están mal pero que no hemos notado porque es lo normal, pero cuando suceden cosas diferentes, como lo de tu ropa, podemos notarlo.

Me quedé mirándolo, quisiera haber dicho que lo que decía no era cierto pero en días sentía que algo no estaba bien con la vida, el también me miró, y no era la forma en la que algunos hombres te veían allá afuera, era muy diferente y enseguida supe que por lo menos él no tenía malas intenciones.

-Sé lo difícil que puede ser estar allá afuera- me le quedé mirando mientras apretaba la mandíbula "¿Qué podía saber él de estar allá afuera" parecía todo menos haber estado afuera- Quedate con nosotros el tiempo que desees, sólo dile a Kimi cuando estés lista.

Asentí, Kimi se acercó a nosotros.

-Kimi llévala a descansar y trata de hacerla sentir cómoda, dile a las chicas...

-Sabes que no es necesario decírselo, ellas la recibirán con los brazos abiertos.

En otro momento me hubiera puesto a pensar que significaba recibirme con los brazos abiertos, pero en este momento solo podía encontrarme pérdida en mis pensamientos.

YelmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora