La dura realidad

Cap 01: Preadolescencia

Aquí es donde todo comienza, sería el primer día de secundaria, una escuela después de la primaria.
Ivan pensaba y pensaba cada día como sería la escuela, lo atormentaba, tenía miedo a lo desconocido, un día antes del inicio de clases fue a su cama y se fue a dormir; toda la noche pensó lo que podía o no pasar ese día, se planteó tantos escenarios, como: que pasaba si llegaba tarde en su primer día de clases y jamás lo volverían a dejar entrar, preguntas tontas que se hacia un adolescente de 16 años, estaba algo grande para entrar a primero de secundaria pero era algo que a sus padres y a él jamás les importó, él entró tarde a la primaria por descuido. Por consecuencia tomó que él fuera muy grande para estar en cualquier colegio.

—Estoy en un nuevo colegio, tengo miedo a lo que las personas piensen de mi, tengo miedo a equivocarme, tengo miedo a ser odiado por todos, tengo miedo a destruirme yo mismo, sinceramente tengo miedo —susurró.

Los días transcurrían de manera muy rápida, pero Ivan lo veía de manera muy lenta, pareciera que hubiesen pasado 3 siglos desde entonces cuando a lo mucho habían pasado dos semanas y media, al pasar las tres semanas llegó un alumno nuevo que se había inscrito algo tarde.
Ivan escucha que tocan la puerta del salón lo ve fuera del aula.

—Perdón por la tardanza maestro, estaba en dirección y después en control escolar ¿Me permitiría pasar y tomar su clase? —comentó desde la puerta un chico alto, moreno, de mentón cuadrado, con ojos negros, complexión media, cejas pobladas, pestañas chinas, cabello chino y color negro intenso.

El profesor lo miró detenidamente y lo dejó entrar —Claro que puedes pasar chico nuevo —le dijo amablemente— pero no te quitaré tú falta es tú responsabilidad estar aquí mientras yo me translado de una aula a la otra.

Omar entró al aula camino entre las butacas, contó 6 filas y se sentó al lado de Ivan —¿Quería saber si podrías pasarme las actividades de los días que no me encontraba presente?

—Claro que si podría pasártelo sin problema —buscó entre su mochila y le entrego en sus manos un cuaderno azul— en las primeras páginas podrás leer cosas como los criterios de evaluación espero y te ayude (nunca antes me había portado tan amablemente, éste chico me parace muy bonito, eh. No).

El profesor seguía hablando de la guerra fría y porqué se había desatado tal conflicto bélico.

—Gracias, por todo, me llamo Omar ¿Cuál es tú nombre? Claro si no te molesta decírmelo —comentó de forma casual.

—No tengo ningún inconveniente en decirte mi nombre, yo me llamo Ivan, un gusto —le dijo sonriendo.

Aquellos chicos siguieron platicando durante varias horas, desde lo más básico pero pronto comenzaron a profundizar lo más personal.