L O L I T A

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Tyler como siempre estaba manipulando a su víctima. Hasta ahora había conseguido un coche, un par de diamantes y diez de los grandes. ¿Se podía ser más astuto? Pero a Tyler le gustaba jugar con sus víctimas. Primero les decía que si le compraba algo que tuviese valor, él le haría follar como nunca, aun que siempre hay un "pero". Ese "pero" era que los mataba. Cogía uno de los cuchillos de su colección de Hello Kitty Knifes y los degollaba. Siempre eran hombres, nunca mujeres. Ellas eran su competencia.

¿Y Josh? Él se había escapado de la cárcel. Consiguió salir por los conductos de ventilación sin ser detectado y fingiendo un suicidio. Halsey lo esperaba fuera junto a su novia, Jenna. En la frontera los esperaba Brendon junto a Dallon. Se dirigían hacia Japón. Muy raro, ¿no? ¿Para qué dirigirse a un país donde no sabes ni decir un simple "hola"? Eso tiene una explicación. Japón está en conflicto con Estados Unidos por culpa del presidente, Donald Trump, un patán. Gracias a ese detalle evitaría ser buscado en caso de que se dieran cuenta de que no fue un suicidio.

Pasemos a Tyler.

Tyler vivía en Wakkanai, tiene un fetiche con los cuchillos, es gay, tiene 21 años y es buscado por todos los cuerpos de justicia de Estados Unidos. También tiene una mejor amiga llamada Melanie. Es una lolita, como Tyler. Ama las cosas de bebés, es toda una "baby girl" según la gente.

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Josh tiene 27 años, es bisexual, tiene un fetiche con la sangre. Siempre va a ser activo, nunca lo verás como pasivo. Es dominante, mucho, diría yo.

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Josh, junto a su equipo, se encontraban en un barco de contrabando, a un par de minutos de Wakkanai. Las dos horas restantes en el barco fueron llenas de orgías entre los muchachos y algunos marineros. Todo eran pollas, coños y tetas (y algunos juguetes). Todo fue muy divertido.

Al llegar, fueron directamente a la casa heredada de Brendon. Esa casa, hace mucho tiempo, fue un hostal. Era bastante grande, al estilo de los animes. (imagina que es la casa de Kouta en Elfen Lied xdd)

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Fueron a descubrir la ciudad. Brendon ya había estado ahí, por lo que ya se conocía la ciudad, pero no toda. Cambiaron muchas cosas, como ejemplo los bares de lolitas y los puticlubs. Eso antes no estaba. Entraron a un bar de lolitas, el "Harpoon club". Se sentaron por cerca del escenario. Al parecer iban a hacer un espectáculo de lolitas. Primero salieron chicas, después salieron unos camareros, y al final, una lolita diferente. ¿Por qué? Porque era un nene, según Josh. Era precioso, hermoso, una belleza de otro mundo. Los dos se miraron hasta que el castaño desapareció entre la clientela. Josh se había puesto cachondo con el espectáculo que daba con ese vestido tan corto y extravagante y esas medias de rejilla junto a los zapatos de plataforma alta. Todo de color negro y blanco. Una estupenda obra de arte.

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Tyler se quedó con ganas de conocer a pelirrojo. ¿Por qué? A él no le interesaba ni lo más mínimo conocer personas, pero mira que él fue la excepción. Lo veía tan atractivo, tan dominante, tan excitante. Aprovechó que una camarera estaba en su tiempo de descanso para ocupar su lugar y poder acercarse al dominante.

- Buenas noches, caballeros y damiselas. ¿Desean algo? - dio una rápida mirada al grupo y después al teñido.
- A ti - dijo el dominante.
- Lo siento cariño, no estoy disponible en estos momentos. Pero, ¿sabes lo que sí está disponible? - el teñido negó. - El sushi. Sale a mitad de precio por ser un grupo numeroso - le giñó un ojo.
- Por lo menos dime tu nombre, preciosa —dijo Josh aprovechando a que Tyler estaba justo a su lado para abrazar sus piernas y después agarrar su culo.
- Tyler - y le dio una palmada en la mano para que la quitara.
- Bonito nombre. Yo me llamo Josh - lo miro con perversión.
- Bueno Josh, ¿vais a pedir u os echo de aquí? - dijo tocando el pelo del teñido.
- Una ración de sushi, por favor - dijo una peliazul mientras terminando de besar el cuello de la rubia que estaba sentada a su lado.

El castaño apuntó en su libreta y murmuró un "enseguida" para después irse moviendo sus caderas provocativamente.

Si Josh ya estaba cachondo, imagínate ahora con las vistas que le brindaba el castaño.

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