L O L I T A

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Halsey decidió ir a la zona de entrenamiento de la casa. Sí, era raro tener un gimnasio en una casa japonesa, y más si es de las antiguas, ¿pero qué más da? Sólo quería ser más fuerte para proteger a Jenna. La ama desde el primer día que la vio, en la prisión de Rumanía. Halsey fue encarcelada por destripar al famoso cantante Smiley, por ponerle los cuernos. Jenna fue encarcelada por apuñalar y matar a las tres hijas de su ex-novio y dejarlas en el desván. Fue descubierta 3 años después, cuando la nueva dueña de la casa descubrió los esqueletos de las niñas de 3, 4 y 7 años. Empezaron a conocerse en ese periodo de cárcel, pero cuando un carcelero violó a Jenna delante de Halsey, y la peli-azul sin poder hacer nada, sólo mirar, decidió ponerse en forma. Entrenaba todos los días sólo para poder proteger a su adorable novia.

Ah, mataron al carcelero, le arrancaron la cabeza y la polla para trocearlas y añadirlas a la comida. Cuando se descubrió, fueron trasladadas a la cárcel mixta de México, donde conocieron a Josh, Brendon y Ryan. Ellos consiguieron escapar victoriosos, pero Josh no pudo, y al ser descubierto, fue trasladado a su antigua cárcel.

Mientras Halsey seguía pegando puñetazos al saco, Jenna se acercó por detrás y la cogió de la cintura, haciéndola que pare. Le dio un par de besos en el cuello hasta que Halsey se giró y la besó suavemente. Cuando se separaron, vio a Jenna con un traje de conejita PlayBoy, lo que hizo que sus bragas se humedezcan inmediatamente.

- Bebé, ¿sabes cómo me estás dejando las bragas? - preguntó Halsey mientras acorralaba a Jenna contra la pared.
- Punto a mi favor. - gimió la rubia cuando su novia empezó a hacer círculos en su clítoris, a veces apretando en su vagina simulando meter su dedo.

Halsey se dirigió desesperadamente a su boca, saboreando la saliva y jugando con su lengua. Empezó a masajear su teta derecha con su mano libre, haciendo a su pequeña jadear en medio de su apasionado beso. Se apartó de su boca para bajar a su cuello mientras quitaba sus manos para desabrochar el traje. El cuello de Jenna estaba lleno de chupetones y marcas de dientes. En cuanto sus grandes pechos fueron liberados, Halsey volvió a masajear su teta derecha mientras que jugueteaba, mordía y chupaba su pezón izquierdo. Hizo el mismo proceso con su otro pezón y, cuando acabó, empezó a juguetear con ellas. Las agarraba, le daba cachetadas, pellizcaba sus pezones... Un juego que a las dos les encantaba. Le quitó el traje por completo y empezó a repartir besos por todo su abdomen hasta llegar a su coño. Lamió suavemente por encima, sacando pequeños suspiros a su conejita. Volvió a hacerlo, otra vez y otra y así hasta que Jenna se hartó.

- ¿Sabes que me estás desesperando? - preguntó Jenna mientras acariciaba el pelo de Halsey.
- Esa era mi intención. - comentó la peli-azul volviendo a lamer por encima.
- Pues deja tus intenciones y cómeme el coño de una puta vez, no aguanto más. - obligó la rubia.

Halsey lo hizo sin rechistar. Puso su boca en el clítoris y jugó con el junto con su lengua. Metió un dedo, después dos y finalmente su lengua. Jenna no paraba de gemir su nombre, se sentía demasiado bien. Recibió un azote en su perfecto, pálido y redondo culo, después recibió otras cinco. Adoraba los azotes.

- En cuatro. - ordenó la mayor.

Jenna obedeció, esta era su parte favorita. Halsey volvió a lamer con fuerza, a veces hasta mordía y finalmente daba dulces besos.

- ¿Te gusta lo que mami hace por ti? - preguntó mientras pasaba sus dedos por encima de su clítoris, haciéndola sentir más placer.
- Me encanta mami. - gimió la rubia.
- ¿Te gusta cómo te folla mami? - volvió a preguntar Halsey.
- Adoro que mami me folle con su lengua. - se mordió el labio intentando no gemir tan fuerte.
- Quiero oírte pequeña, quiero ver cómo de mucho te gusta lo que mami hace por ti. - terminada la frase, azotó una vez más su culo, separó sus nalgas y lamió la entrada de la rubia, haciéndola gemir fuertemente.

Metió dos de sus dedos en su vagina mientras seguía dándole un beso negro. Segundos después, su pequeña conejita se corrió. Halsey dejó de dar atención a su culo para lamer los fluidos sabrosos que su amor desprendía.

Y ella, sin saber cómo, se corrió también. Porque eso es lo que Jenna causa en ella a la hora de follar, que se corra sin siquiera tocarse. Le importaba poco que su coño no esté atendido, sólo quería ver y oír a su pequeña disfrutando de su trabajo.

- Eres la mejor. - dijo Halsey. La besó tiernamente.
- Te amo, Ashley. - susurró la pequeña rozando su nariz con la de su novia.
- Te amo, Jenna. - admitió la peli-azul.

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La primera vez que escribo smut lésbico. Pos ni tan mal.