capítulo 2

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Capítulo 2

La boda se efectuó en jardines de Versalles, una hacienda magnifica, todo había salido muy bien, no hubo escándalos, ni pleitos, sólo una novia triste y llorosa y un novio frío y serio, ella había entrado en crisis cuando su padre le dijera. Se sentía usada, sentía odio hacía su padre y hacía su comprador, ese tal Armand, era un tipo duro, apuesto, pero sería, tan frío que congelaba y ahora ella era su esposa. ¡Su esposa!¡ y como lo odiaba por eso! si no fuera por su madre y hermanos menores, jamás habría aceptado. No quería ver a Marcos, que solo tenía 18 años, como el juguete de alguna vieja rica o de algún hombre pervertido, ni pensar en que su padre terminase por vender a la niña, ultimadamente, lo creía capaz de todo. Entonces Armand, no era tan mal partido, parecía educado, era joven y guapo, y aunque lo detestara, sabía que era la mejor opción.

Ahora en la recepción bebía champaña tristemente, deseando olvidar todo por medio del licor, oh sí, se convertiría en borracha a ese paso. También se estaba atiborrando de pastel, curiosamente el dulce hacia que se embriagara con mayor facilidad.

Había notado que la sencilla recepción tenia pocos invitados, no le apeteció fingir y hablar con ninguno, pero si llamo su atención que por parte del novio estuviera solo él, ni amigos ni familiares. ¿Acaso no tendría a nadie? ¿O quizá los tenía y no les invito por algún motivo o los invitados decidieron no asistir? Pero a él parecía no importarle.

Al terminar la fiesta, él la dirigió a su departamento.

— ¿No tendremos luna de miel?

Pregunto al notar que habían ido directo a la vivienda del abogado, en vez de a un aeropuerto.

—No, estoy muy ocupado como para ello.

Respondió fragmente, sin tomarse la molestia de mirarla.

—Pero...

— ¿Quieres viajar? puedes hacerlo sola, estoy seguro que puedo arreglarte un viaje a cualquier destino.

—Yo sola, pero...

—Sin peros, Hiseli, ahora eres mi esposa, pero no te preocupes, no pongas esa cara, te prometo que no será tan malo y casi ni me veras.

—Si viajo sola, no sería luna de miel y aunque sea tu esposa, conmigo siempre hay peros.

Objeto, se dio cuenta que se estaba llevando su primera decepción. Sabia que no era una boda como tal, pero se había esperado unas vacaciones.

— Mira no estaré mucho contigo, no tendrás que aguantarme, ya que trabajo mucho.

—Gran cualidad, trabajador ¿no? Al menos no eres un desobligado, aunque da igual.

—No discutamos, Hiseli, esta será tu pieza.

Dijo abriendo una puerta y enseñándole una acogedora habitación con ciertos toques femeninos, lo que la hacía contrastar de forma extraña con el resto de la casa. Aun así, pudo notar que había sido preparada únicamente para ella. Toda la decoración de la casa, era sencilla, minimalista y masculina, a excepción de ese cuarto en tonos rosa y melocotón, con accesorios exquisitos.

—Dormiremos separados ¿no tendremos noche de bodas?

Pregunto dudosa. no estaba preparada para intimar con él, pero imagino que esas serian las intenciones del hombre. Después de todo que varón no quiere consumar su matrimonio o mas bien acostarse con una chica sobre todo si ha pagado por ella.

Química legalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora