#25

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Bell Willims

"El amor otro de mis demonios"

El sol al fin se había despedido de la tierra y la luna me saluda mostrándome su cara completa.
La furia que sentía en mi interior era tan inmensa que quería sacarla y  conocía la única forma de sacarla.

Esta noche se supone que debería marcharme para ir a terapia pero antes debía concluir un asunto pendiente. Bajo mi capucha y tomó unos guantes negros de cuero. Me encaminó al área de las armas, mi última adquisición era una ballesta de largo alcance pero me lo pienso mejor cuando veo una caja color vino era una colección de diferentes tipos de puñales, la había comprado antes que Aris me llevará a terapia.

- Señorito Bell esta usted seguro de lo que va a hacer - giro para encontrarme con Gregg de frente a mi con el seño fruncido, no le respondo y sigo equipandome - la niña Aris se va a molestar demasiado.

Paro un segundo a la mención de su nombre.

- Ella sabe que todo acto tiene una consecuencia - aturdido por mi enojo tomó los puñales que estaba comprendida por un Estilete, un Pugio, una daga y mi favorito un almarada con doble punta y dentada. Era un pedido especial que hice.

Salgo de la casa a toda velocidad en mi range rover y la dejo a cinco cuadras de mi objetivo. Al verlo caminar por la acera la ira se dispara y me abalanzó sobre el, mi primer ataque iba directo a su corazón pero fallo cuando el trata de safarse de mi agarre, me empuja y pelea de repente siento un dolor en mi nariz. El hijo de puta me a golpeado en la cara.

- ¡Pero que mierda te pasa! - dice alejándose unos centímetros de mi, grave error. La voz que vive en mi cabeza grita por erradicar a mi enemigo, quiere que lo torture. No lo dejo reaccionar cuando si puñale se hunde en su piel.

- ¡AUXILIO! - dice al sentir el filoso objeto en su piel, grita y se mueve pero nadie lo escucha, tomo otro modelo y vuelvo a hundirlo en su piel. Repito esto hasta asegurarme de que no volverá a despertar.

Aris

Odiaba la física ya eran las 9 y aun no terminábamos el trabajo, Bruce era la distracción perfecta para olvidarme de mi turbio encuentro con Bell Willims y mi temor a las consecuencias que traían nuestros encuentros. ¿Algún día corazón dejarás de ser masoquista?

- Sabes, si sigues mirando a la pared no creo que aprendas a resolver este problema - me dice Bruce de una forma dulce y sonrió.

- contigo aquí no necesito preocuparme mucho, eres buen maestro - empujó su hombro y el ahora rie.

Justo en ese momento cruza mi amada hermana y me rueda los ojos, la ignoro y la eh estado ignorando desde hace unos días cuando nos peleamos porque ella me culpo de no mirar el horno con la cena y esta se quemó. Pero o sea ella estaba a lado del horno!

- Bueno en eso tienes razón pequeña soy muy buen maestro o tu una buena alumna- nos encontrábamos sentado uno a lado del otro a sí que le fue muy fácil tomar uno de mis mechones y ponerlo detrás de mí oreja, el estaba tan cerca, muy cerca y de repente sentí una punzada en mi corazón; Bell, sin el no me sentía completa y es sumamente estúpido porque ¡demonios! Bruce no era un psicópata o quizás después de todo la única loca aquí era yo por no poder dejar de querer al chico que probablemente sea mi destrucción.

- Yo..no lo creo, en fin mira este se ve que es difícil - suelto tratando de romper ese momento que de alguna forma se habia vuelto mas íntimo de lo que me gustaria. El me mira por unos segundos y va a decir algo pero su celular empieza a sonar.

Demonios, el casi me besa y no se como sentirme con eso. De repente veo como se pone tengo al escuchar las palabras de quien sea que este del otro lado de la linea. Lo escucho maldecir un par de veces para finalmente colgar.

El extraño posesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora