Capítulo 10: Adiós

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Al oír los pasos y murmullos de la madre superiora, Alfred y Arthur corrieron a la habitacion sin ser vistos. 

—¡No esta bien robar, prometeme que no volverás a hacerlo!— Le regaño el niño mientras corrían.

—Claro, lo prometo— Al decir eso Arthur le tomo de la mano para correr mas rapido, mas al tirar un poco de su brazo, Alfred dejó escapar un gemido de dolor.

—¿Te sientes bien?— Pregunto el ingles preocupado, entonces vio el magullado brazo del pequeño. —Oh dios...

—N-no es tan grave.

Arthur levantó al pequeño en sus brazos y siguió su camino a la habitacion, la cual de seguro se encontraba vacía ya que todos los niños jugaban en el patio.

—De verdad, ya no me duele, ademas no es como si me hubiera lastimado una pierna ¿sabes? yo puedo caminar— Decía Alfred avergonzado, sin embargo el ingles parecía no escucharlo.

Una vez llegaron a la habitacion, lo dejo sentarse en la cama mientras sacaba su varita mágica de algún bolsillo interior del anticuado traje. 

—Extiende tu brazo, esto sera rapido.

—¡Que vas a hacer!— Pregunto Alfred asustado, no queria que curara su bazo con magia, podria terminar dejándolo sin huesos, como en Harry Potter.

—No va a dolerte— Respondió el ingles acercando la barita a su brazo.

—No quie...

—¡Hoata!

Un segundo después ya había sanado totalmente, Alfred aun seguía con la cara arrugada y los ojos cerrados con fuerza.

—Eh... no te hice nada, puedes abrir los ojos.

El niño movió lentamente su brazo, ya no sentia ningun dolor, al abrir los ojos comprobó que tampoco tenía hematomas ni astillas clavadas. ¡Lo había curado! 

—¡Esa cosa es genial!— Exclamó fascinado mientras seguía observando su brazo, ¿Que tal si al ser curado con magia adquiriera super fuerza? Eso tambien lo habia visto en una película.

—Si, fue un regalo de mis amigos—. Arthur sonrió nostálgicamente recordando a sus mágicos camaradas. —Pero tiene una cantidad limitada de deseos, debería dejar de usarla tan a la ligera.

—¿Cómo son tus amigos magicos?— Pregunto Alfred curioso abrazando una almohada.

—Oh, son increíbles, primero esta Flying Mint Bunny; es un conejo verde volador parlante ¡Es de lo más adorable! Pero también es increíblemente fuerte— Arthur guardó silencio unos segundos mientras observaba al niño frente a él. —Al igual que tu— Agregó mientras le revolvía los cabellos suavemente, Alfred río imaginando al conejo.

—Y Lukas, el tambien es increible ¿Sabes? es un selkie parece una foca, pero al quitarse la piel, es humano y...

—¿¡Quitarse la piel!?— Repitió Alfred asustado al imaginar tal escena, ¿Que clase de amigo extraño hace eso? ¿Y si también quiere quitarle la piel a Arthur? Definitivamente no dejaría que eso pase.

—No lo dije bien— Se disculpó Arthur. —El tiene un... abrigo mágico, al usarlo es como una foca, incluso puede respirar bajo el agua, y soporta temperaturas muy bajas. Pero al quitarse su pie-abrigo es una persona normal, además también envejece de forma muy lenta. De hecho una vez conoció a un sujeto siendo niños ambos, y cuando el sujeto envejeció y murió el seguía siendo un ni...— Arthur calló rápidamente al recordar a su amigo llorando frente a aquella tumba, no era precisamente una anécdota graciosa como había pensado. —Y luego esta Vlad, el es un vampiro muy antiguo.

Fairytale (usuk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora