Lunes, porque debía existir el lunes?, acaso era tan difícil llamar a todos los días de la semana sábado?... así sería más fácil recordar que hacer, beber, bailar... simple no?.
Odiaba los lunes, me ponían de un cierto humor retorcido al que solo soportaba yo misma y todo porque no tenía a donde escapar.
Iba semi dormida en el asiento del copiloto del auto de mi queridísima amiga Sindy, sin ella tendría que ir en autobús todos los días a la universidad, pero ella me ahorraba el desgaste y eso hacia que la quisiera aún más.
Llegamos a la universidad, Sindy era perversa para cuadrar el auto en su lugar y golpeó una bicicleta que estaba estacionada frente a nosotras... si hubiera sido otro día que no fuera lunes hasta la hubiera recogido.
Ya había olvidado el tema de Derek némesis Hyles, pero al parecer el no. Estaba recostada en el marco de la puerta del salón, esperando a que el maestro de expresión historia de la estética contemporánea llegara cuando mi peor pesadilla apareció.
-Saliste huyendo-, me dijo en un susurro al oído y la rápida vuelta que di para mirarlo de frente termino de despertarme.
-No se de qué hablas Hyles-, le dije encogiéndome de hombros y casi, solo casi, logre huir de él.
-Ven aquí-, el me tomo del brazo devolviéndome al lugar donde estaba,
-no te hagas la que no sabes de qué hablo-, algo en su voz me había sonado a advertencia... pero mejor no tentar al diablo!.-No lo hago Derek, solo que... no lo sé-, hable con fingida inocencia encogiéndome de hombros y su risa maquiavélica me descoloco.
-Habló de...-, dijo en voz alta,
-Shhhhhh, cállate Hyles!-, le susurré.
-No era que no sabías de que hablaba?-, su flamante sonrisa retorcida había hecho su repentina su aparición... y ohhhhh si, estaba en serios problemas!.
Lo mire directo a los ojos y solo pude pestañear rápidamente, no sabía qué hacer o decir... SOS, por primera vez en mi vida me había quedado sin palabras!.
-Que quieres Derek?-, me atreví a preguntar... tal vez si hacia algo que me pidiera, el me dejaría en paz.
Derek dio un profundo suspiro.
-Te recojo en tu casa a las siete-, me dijo y su inescrutable expresión que dejaba ver que hablaba en serio.
Separe mis labios dispuesta a protestar pero no alcance a decir ni pío.
-Y no te atrevas a decir que no vendrás o les diré a todos que tú y yo... ya sabes-, me dijo el muy cobarde y casi pude ver el vapor saliendo a través de mis oídos,
-ahhh y se me olvidaba-, ahora que?, me iba a humillar más?,
-ten, dejaste tu bolso-, el había sacado mi pequeño bolso de su mochila, me lo extendió colgando de su dedo y se lo arrebate para guardarlo en la mía antes que cualquiera pudiera verlo.Uichhhhh, como odio a Derek Hyles!
Pero al menos tenía a mi principal organizador de vida social en las manos, mi celular.Pase el resto del día compartiendo el pensamiento entre que sería de mí en la noche y en lo mucho que odiaba a Derek, no entendía porque quería salir conmigo si tanto nos odiábamos.
Seis y cuarenta de la noche, Derek llegaría pronto y yo aún no lograba conseguir el atuendo que luciría esa noche... al menos si hubiera tenido la decencia de decir que haríamos o a dónde iríamos, podría saber que ponerme.
Finalmente opte por vestirme con un pantalón de jean, una blusa semi formal y unos zapatos altos de plataforma. Deje mi cabello suelto y puse algo de brillo labial en mis labios... si hubiera sabido que terminaría con peinado de loco, mejor hubiera recogido mi cabello!.
Sindy se sostuvo en la posición de que no debería salir con Derek y no quería hacerlo, pero tenía una reputación que mantener, yo era conocida como la enemiga número uno de Hyles y de las pocas mujeres que no estaban a sus pies, y así tendría que seguir siendo... por eso tenía que lograr que el no dijera nada, absolutamente nada de la noche en cuestión!.
-Barbara! te buscan en la puerta-, me dijo Sindy hablando entre dientes y con una fingida sonrisa.
Derek estaba en la puerta de mi departamento y ella ni siquiera lo había hecho pasar. El vestía con sus habituales pantalones de jean, camiseta y zapatos deportivos, excepto porque esa noche tenía además una chaqueta de motociclista.
-Hola Barbie!-, el se inclinó queriendo besar mi mejilla y yo acelere el paso para evitar esos tentadores labios,
-te recomiendo que lleves algo con que abrigarte-, me dijo antes que cerrara la puerta detrás de mi y tuve que devolverme a buscar una chaqueta.Cuando al fin salimos del departamento resultó que el había venido a buscarme en una motocicleta, grande y robusta, como las de las carreras. Derek me paso uno de los cascos que llevaba y aunque dude un momento, termine subiendo en el asiento trasero de la muerte en dos ruedas... okay lo admito, me daba un poquitín de miedillo!.
-Agárrate-, me dijo con su voz ahogada por el casco y mire a ambos lados del vehículo... de donde carajos quiere que me agarre?,
-de mi pequeña Barbie-, me dijo y casi podía imaginar la sonrisa que se estaba dibujando detrás de ese estruendoso casco.-Ahhhh no Hyles, eso no era parte del trato!-, le dije cruzando mis brazos en el pecho.
-Está bien, como quieras-, su despreocupado tono de voz me había alarmado... ya conocía a Hyles y el no se daba por vencido tan fácilmente!.
Dicho y hecho, media cuadra después frenó bruscamente haciendo que mis lindas bubis se estrellaran en su espalda y me sacaran el aire de paso.
-Está bien, está bien!, lo haré-, le dije elevando el tono de mi voz, pase mis brazos a ambos lados de sus costillas y entrelace mis manos adelante,
-contento?-, tal había sido el susto que me di con el frenazo aquel que había accedido a abrazarlo por detrás con tal de que me dejara mantener con vida.Está bien!, estaba siendo un poco melodramática, pero para eso es que estudio!, además yo nunca había subido en una motocicleta como esas y moría de miedo de caerme desde semejante altura y a la velocidad que supuse que el conducía.
-Si, así está mejor-, la satisfacción con la que lo había dicho me hizo hervir la sangre... te odio Hyles y juro que me las pagarás!.
El condujo hasta la estación de gasolina que estaba cerca de su casa y ahí lo esperaban su grupo de amigos que iban en motos parecidas a la suya.
Al llegar a su encuentro recibí toda clase de miradas, desde una muy alegre de Michael, hasta una de "te odio" de parte de Celeste... si sufría por mi mejor se lo guardaba, yo le dejaría a Derek con moño y envuelto en papel de regalo si ella quería!.
Ellos condujeron a alta velocidad por la carretera que llevaba al lago, con el pasar del tiempo fui tomando confianza y la adrenalina que se sentía por la velocidad y el viento al estrellarse con mi cuerpo era muy estimulante... lastima de mi pobre cabello!.
Llegamos a un camino empedrado que nos condujo directo a la orilla del lago donde todos estacionaron y bajamos a pasar el rato.
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SOLO POR TI
Novela JuvenilDerek Hyles, mi némesis, lo había odiado por dos largos años en los que desgraciadamente habíamos sido compañeros de estudio. Como carajos yo, Barbara Mackenzie, la enemiga número uno del guapo y sexy Hyles había terminado en su cama?... vaya usted...