Derek me despertó a medio día, sus tibios labios besaron los míos y ese fue el mejor despertar que había tenido en mi vida... ojalá todos los días pudiera despertar así!.
Ese día el me dio una gran lección de cómo se cocinaba unas deliciosas costillas de cerdo con salsa BBQ... qué vergüenza, y yo regodeándome de mi asquerosa sopa de pollo!.
El lugar había recobrado vida, era eso o el hecho de estar a solas, que nos había dado una nueva perspectiva del lugar. Hicimos de todo lo que se podía hacer en ese lugar, nada, sólo estábamos ahí, viendo la naturaleza y pasando el tiempo juntos, pero esa gran nada era la mejor nada que había podido hacer en años.
Las cosas entre los dos habían vuelto a la normalidad, Derek volvió a ser el mismo chico egocentrico de sonrisa sexy y de palabras de doble sentido, y yo no podía estar mejor con eso.
Dormimos juntos todos los días, yo adoraba la hora de dormir, esa era la mejor hora del día, la hora en la que podía ver su sexy pecho al desnudo y mejor aún, podía pasar mi mano de su pecho a su abdomen y a mi antojo... muy, pero muy estimulante!.
También nos besamos mucho, demasiado diría yo, besos locos e intensos un tanto pasados de tono, y otros dulces y tiernos que me mostraban que el sentía algo más por mi... pero nada!, Derek no hacía nada que me mostrara que quería estar... ósea de ese estar... conmigo y eso ya me estaba hartando!.
Esa era la última noche que pasábamos juntos en la cabaña, la última noche antes de volver a bajar a la ciudad, a la casa de mis padres y a no poder volver a dormir con mi sexy almohada, con mi guapo y sexy Derek Hyles... yo no podía dejar a papa con sus planes de llevarlo a pescar... o si?.
Esos días a solas con el me habían enseñado mucho más de lo que podía pensar, me habían enseñado a cocinar.
Yo estaba frente a la estufa revolviendo las cebollas mientras las caramelizaba para mezclarlas con el pollo desmechado que previamente había cocido, el calor del fogón me había puesto a sudar e hice a un lado mi cabello descubriéndome el cuello y dándome un poco de aire con la mano.
DEREK
Barbara estaba cocinando mientras yo organizaba las maletas para salir temprano al día siguiente a la casa de sus padres. Estaba rebuscando algo de ropa limpia, mama siempre me llamaba la atención por no estar al pendiente de mi ropa, pero no podía encontrar ninguna camiseta limpia que vestir y tuve... digo tuve, nótese el sarcasmo... que salir en jean y sin camisa a meter la ropa sucia en la lavadora.
Barbara tenía calor, me percaté de eso cuando la vi venteandose con la mano el cuello desnudo, ella se veía muy sensual y provocativa mientras lo hacia, tanto que me vi en la obligación de quedarme parado viéndola.
Me detuve en la entrada del pasillo de las habitaciones, deje la cesta de ropa sucia sobre el suelo, a mi lado, y recosté mi hombro a la pared para admirar a la sexy chica que cocinaba la cena.
No supe cuanto tiempo estuve admirando su belleza y sensualidad, había tenido unas enormes ganas de lanzarme encima de ella por días, pero tenía que contenerme, no quería que ella pensara mal de mí y de nuestra relación, quería tenerla en todos los sentidos, pero debía ir con cuidado de no dañar lo que habíamos conseguido durante esos días.
Barbara se hizo a un lado de la estufa y recogió su cabello enredándolo sobre sí mismo en lo alto de su cabeza, y dejo su sexy cuello a plena vista... tenía que acercarme, tenía que hacerlo aunque fuera un poquito!.
Camine hasta la cocina, barbara estaba revolviendo algo en un bol, yo había llegado hasta ella siguilosamente, caminando como un gato al asecho y puse mis manos sobre el meson, a ambos lados de su cuerpo, dejándola atrapada y de espaldas a mi.
-Wow!, no te escuche venir-, ella dio un pequeño salto en el lugar y yo sonreí por lo gracioso que era ver a mi pequeña Barbie nerviosa.
No le dije ni una palabra, estaba concentrado en su largo, desnudo y sexy cuello, e incline mi cabeza a un lado para besarlo. Barbara dejo de respirar cuando toque su suave piel con mis labios y no movió ni un músculo, ni el más mínimo movimiento que indicara que ella no quería lo que estaba haciendo.
Su piel se sentía tibia y demore más de lo necesario en ese beso, ella soltó los cubiertos y puso sus manos sobre el meson, al lado de las mías y apretando con sus manos el borde de este.
Puse mis manos sobre las suyas y entrelace nuestros dedos aún estando detrás de ella, me dediqué a besar su cuello y hombros a cada lado mientras sentía que sus manos debajo de las mías apretaban aún más el borde del meson.
Barbara se dio vuelta y miró directo a mis ojos, había algo en los suyos cuando me veía, algo que no comprendía bien, pero su forma de mirarme me dio un fuerte impulso y la bese.
Ella entrelazo sus manos detrás de mi cuello, pase mis manos sin ver e hice a un lado las cosas en el meson, la tome con ambas manos de la cintura y la senté sobre el mientras seguía besándola como si fuera el ultimo beso que le fuera a dar en la vida.
Estaba entre sus muslos, ella pasaba sus manos por mi espalda desnuda y yo jugaba con el borde inferior de su blusa, rozando la poca piel desnudada entre esta y el borde de su jean.
Ella mordió tirando ligeramente de mi labio inferior y ya no podía aguantar más, tenía que tenerla. Subí mis manos por su espalda con su blusa entre ellas y la saque sobre su cabeza dejándola solo con un lindo sostén de encaje blanco, su cabello cayó suelto sobre su espalda y esa era la mejor vista que había tenido de mi linda Barbie.
Tocar la piel de su espalda desnuda era un sueño, tenía que pasar mis manos por cada centímetro de su piel y la bese mientras lo hacía, mientras tocaba toda su piel desnuda.
Barbara rodeo mis caderas con sus piernas y la tome del trasero, tenía que llevarla a un lugar donde pudiera estar cómodo a solas con ella y hacerla mía, tan mia como nunca había sido.

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SOLO POR TI
Teen FictionDerek Hyles, mi némesis, lo había odiado por dos largos años en los que desgraciadamente habíamos sido compañeros de estudio. Como carajos yo, Barbara Mackenzie, la enemiga número uno del guapo y sexy Hyles había terminado en su cama?... vaya usted...