Otabek esta apunto de casarce, JJ, su mejor amigo, le promete llevarlo a la mejor despedida de soltero de todas. Yuri, esa noche por ayudar a Mila decide tomar su lugar en el night club, sin saber que el club fue reservado para solo dos chicos. Pero...
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La habitación tenía un aroma que le encantaba, las sabanas eran muy suaves al tacto, pero nada se comparaba con aquella piel con la que había despertado esa mañana, la abrazo pegándola a su cuerpo, resistiéndose a abrir los ojos, sin embargo vinieron a el los recuerdos de la noche, las caderas que iban y venían, los gemidos y el deseo que ambos habían experimentado, fue entonces cuando se levanto de golpe para observar nuevamente a su compañero de cabellos rubios, piel blanca y mejillas rosadas cuyos ojos verdes aún permanecían cerrados.
Otabek estaba sudando frio, no sabía que hora era, no sabia como había pasado lo que paso sin siquiera estar borracho o drogado, todo lo contrario, lo había hecho consciente y completamente sobrio, su deseo había tomado posesión de él, pero su fuerza de voluntad que tenia fama de ser de acero, se había quebrado en una noche la cual saboreo un cuerpo ajeno al de su prometida.
Tomo su celular lo más rápido que pudo para descubrir mas de quinientos mensajes de su prometida, cincuenta llamadas de ella y cinco de JJ, en el buzón de voz pudo escuchar la voz de su novia molesta y preocupada, luego la de JJ quien reía y afirmaba no recordar nada de lo que había pasado en el night club.
Debía salir de allí y rápido, sin embargo, un nudo en su corazón se hizo al momento de ver a el rubio, cuyo nombre ni sabia, aun dormido plácidamente, en su cuello había marcas de mordidas que el había dejado y por sus brazos aun se contemplaba la vez que lo tomo por los mismos para poder penetrarlo con fuerza. Sacudió su cabeza para aterrizar, se levanto y camino en círculos, vio la hora, aun eran las siete de la mañana por lo que debía pensar en una muy buena excusa para no estar en problemas con Karen.
Yuri lentamente abrió los ojos al sentir frio en su espalda, ya no estaba el calor que lo abrazaba, sin embargo, oía pasos por la habitación, reacciono levantándose de golpe pegándole un susto a Otabek quien se sorprendió por no sé decir que se asustó, Yuri cubrió su cuerpo con las sabanas levantándose de golpe, pero sus piernas le fallaron y el dolor en sus caderas lo lanzo al suelo.
Otabek lo observo algo confundido por su reacción, ¿Qué no era normal para esos bailarines dormir con sus clientes?, intento ayudarlo a levantarse, pero Yuri se negó, como pudo tomo sus cosas y entro rápidamente al baño.
"oh mi Dios, ¿Qué hice?" se miró al espejo descubriendo las mordidas y marcas de beso en sus cuellos, su pecho inclusive en sus piernas y trasero. "si Seb ve esto, estoy muerto" dijo asustado mientras sentía que algo corría por sus piernas, bajo su mano a su entrada y pudo sentir como el semen salía por ella, no dudo en meterse a la ducha para poder limpiarse mientras sus manos y piernas temblaban, rogo que el hombre no estuviese allí cuando el saliera.
Otabek por su parte daba vueltas, debía llegar a su casa lo mas pronto posible, debía cubrir las marcas de besos, pero eso era lo de menos, ¿Cómo el explicaría a Karen los rasguños en su espalda? Era muy marcados y eran demasiados como para decir que fue un gato o una caída. A pesar de la preocupación no se sentía arrepentido de haberlo hecho con el rubio, nunca había tenido esa sensación tan profunda e intensa, nunca había tenido sexo con una persona de la manera en cómo lo había hecho con ese chico, sus instintos y deseos afloraban de una manera tan salvaje que no podía evitar recordar la noche anterior, ni siquiera su prometida había despertado ese instinto que el rubio había despertado.
