Tercer Baile

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Una punzada en el corazón de ambos apareció, había dolor, pero no lo comprendían, Yuri simplemente clavo su mirada, pero sus ojos reflejaban el dolor que sentía por dentro, por otro lado Otabek miro a Yuri, ese hombre lo abrazaba por la espalda y realmente le molestaba, realmente lo hacía, sentía rabia por no poder hacer nada y maldecía su suerte, en su imaginación era él quien abrazaba aquel cuerpo, era el quien besaba esos labios, era el quien percibía su aroma, era él y solo él, pero la realidad le cayó como balde de agua helada en la cabeza, Karen le hala del brazo mientras él rubio se marchaba del lugar con ese otro hombre. Y así nuevamente esas almas que deseaban estar juntas se separaban.

-no te quedes mirando a la nada como un idiota, Otabek- le dijo Karen.

-lo siento, tienes razón vamos- dijo mientras entraban al auto para seguir su camino, dentro de él una llama comenzaba a quemarle el pecho.

-Yuri, gatito, ¿Qué ocurre? ¿lo conocías? - pregunto Sebastián detrás de él, y Yuri apuraba el paso.

-No, no lo conozco solo que he recordado algo que Mila me pidió que hiciera- dijo mientras por dentro algo quemaba y dolía.

Yuri tomo la mano de Sebastián, del que se suponía que él amaba hasta hace un día atrás, era él, ese hombre con quien escapo de su padre para vivir juntos lejos de Rusia era él, quien el amaba con locura no a ese hombre quien acababa de salir del altar con su esposa, no era ese hombre quien ni siquiera sabía su nombre, no era él simplemente no lo era.

Ambos desaparecieron en la penumbra de la noche, mientras que Otabek se alejaba con Karen en el auto.

Yuri estaba practicando sin parar, sus movimientos fluían cual rio por su cauce, sin embargo, su maestra lo corregía una y otra vez, sus pies en punto, sus rodillas flexionadas, sus brazos he inclusive su manos libre y la mano con la que ocupaba la pandereta, ya mañana seria su debut, y era en lo que mas se concentraba ya que si lograba impresionar a todos en Broadway conseguiría ser el hada de azúcar en el cascanueces y el cisne en el lago de los cisnes, sin mencionar que sería prima balerina.

Bailo y bailo hasta que en el salto final algo vino a su mente, él, tomado de la mano con aquella mujer, con su ahora esposa. Inevitablemente cayo recibiendo un muy fuerte regaño.

-Aterriza Plisetsky, deja de andar por las nubes, ya que esto es muy importante, serás el primer chico en interpretar este papel, así que debes impresionarlos- le decía su profesora mientras volvía a hacerlo desde el principio una y otra vez.

El descanso llego, Yuri camino hacia su camerino para cambiar sus zapatos he ir por algo de beber, ya que realmente necesitaba un Red Bull o algo que lo ayudara a despertarse de ese sueño. Afuera hacia frio, Yuri como siempre había olvidado llevar un abrigo colocando sus zapatillas en el suelo sus ojos bajaron y vieron una chaqueta, marrón claro, estaba amontonada entre la ropa de ensayo que el solía acumular debajo de su mesa, rápidamente la reconoció, era "su" único recuerdo de aquel hombre, quiso echarla a un lado pero antes percibió aquel aroma, el perfume de él, solo sería una vez, de todos modos Sebastián no estaba cerca así que no habría que dar muchas explicaciones, la paso por sus hombros abrazándose así mismo con ella, dio una vuelta para luego salir con una sonrisa nostálgica del salón a la tienda que quedaba justo en frente, compraría algo de té y regresaría.

Innecesario Amor (OTAYURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora