Cap: 4 Lagrimas

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Guarde mi celular en el bolsillo de mi pantalón y tome con cuidado el cuerpo de N-hyung, me asegure que su cuerpo estuviera tapado pero mientras lo cargaba entre mis brazos podía sentir que estaba temblando,...no quería verlo de esa manera, no era justo. Llevándolo con cuidado Sali del departamento y baje las escaleras, quería protegerlo entre mis brazos, quien intentara tocarlo tendría que enfrentarse a mi, quería ver quien se atrevía a querer arrancarlo de mis brazos, porque quien quiera llegar a el de ahora en adelante será porque yo lo apruebe.


Al llegar a la salida de los departamentos ya se encontraba esperando por mí el chófer recargado en la puerta con un paraguas sobre el, al verme corrió a mi y coloco el paragua sobre mi cabeza "solo no dejes que se moje el" le dije asiendo que moviera la sombrilla para N-hyung, al llegar al auto me abrió la puerta de los asientos de atrás, acomode a mi hyung dentro del auto, el chófer me seguía con el paraguas hasta que entre del otro lado de los asiento de atrás con N-hyung, acomode mi brazo alrededor de sus hombros he hice que recargara su cabeza en mi hombro.


chófer: ¿a su hotel señor?


Ravi: si, rápido


-Mientras el chófer conducía, Ravi se concentraba en querer trasmitirle su seguridad mientras abrazaba el chico de piel morena, los truenos afuera del auto aunque sonaban fuertemente he incluso los relámpagos que iluminaba brevemente el cielo, dentro del vehículo no había ruido ni luz que interfiriera con aquella sensible situación. Al llegar al hotel Ravi le pidió al chófer que podía retirarse y le recordó que debía guardar silencio, el chófer realizo una reverencia y le aseguro que su silencio era suyo. Ravi tomo nuevamente entre sus brazos a N y con mucho cuidado entro con el al hotel, los empleados al verlo realizaron una reverencia, uno de los guardaespaldas que andaban dando su ronda por el hotel al ver a Ravi se acerco a el rápidamente, caminando a su lado lo acompaño dentro del ascensor.-


Guardaespaldas: ¿puedo serle de ayuda señor Ravi?


Ravi: cuando llegue mi doctor escoltarlo a mi departamento, aparte de el no dejes que nadie entre, -serio- absolutamente nadie, ¿e sido claro?


Guardaespaldas: considérelo hecho señor Ravi –reverencia-


-Las puertas metálicas se abrieron y Ravi salió del ascensor con el joven moreno entre sus brazos, al llegar a la puerta de su departamento solo se inclino asiendo que su ojo fuera escaneado abriéndose la puerta después de que se confirmara que era Ravi, una vez dentro no se detuvo para quitarse los zapatos, ni mucho menos para cerrar la puerta ya que no era necesario al contar todo su departamento con un sistema inteligente, siguiendo con su camino hasta su habitación coloco sobre sus sabanas al cuerpo tembloroso de su hyung, Ravi no sabía bien que decir, solo tenia una ira enorme que trataba suprimir ante su hyung, sabía que podría vengarse de quien fuera que le haya hecho eso a su hyung pero su prioridad es asegurar su salud. Saco su celular y le llamo al doctor, igualmente este sabia que debía tener discreción ya que la familia de Ravi son personas muy importantes.-


-Ravi le explico sin mucho detalles sobre lo que le había pasado a N para que el doctor pudiera traer las cosas necesarias, este le aseguro que iría rápidamente después de recoger algunas cosas del hospital y finalizo la llamada. Ravi parecía una estatua que miraba fijamente al chico de piel morena inconsciente sobre su cama, había un montón de cosas dentro de su mente, ira, preocupación, unas infinitas ganas de partir a la mitad a quien fuera que le haya hecho eso a N y esa sensación de culpabilidad por no haber pensado antes que algo así podía pasar. Ravi era un sin fin de pensamientos en los cuales también estaba el hecho que todo esto se hubiera podido evitar si el pendejo de Leo no se hubiera ido, al final dirigió su ira hacia el segundo mayor pero Ravi era más inteligente de lo que aparentaba, era ilógico querer buscar un culpable entre él y Leo ya que los únicos que hicieron todo esto serán atrapados, en un punto como este, Ravi solo se calmaba imaginando como lo mataría y si fueran mas entonces en verdad los aria sufrir. Partirle la cabeza con un bate, romperle los dedos uno por uno, arrancarle la primera capa de piel de la espalda y ponerle sal. Su mente había vuelvo a ser quien antes intento dejar ir, pero ya no importaba, si eso significaba proteger a N no le importaba.-

Dulce cafe...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora