4. Caballero.

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Disclaimer: AMOLAD pertenece a The snipster.

El dragón de la muerte despertó alarmado, pronunciando el nombre que había quedado de su sueño: "Leo"

—Imposible—murmuro... no podía ser ese su nombre, sin embargo su mente ya había empezado a enlazar sus recuerdos con aquél... Se odiaba así mismo, sus recuerdos eran inestables, y hacía ya algunos años se había dado cuenta de que su cabeza enlazaba el presente con el pasado, intentando llenar los huecos olvidados.

Mortem había comenzado a escribir lo que pasaba por los siglos, cuando se dio cuenta de la pérdida de sus recuerdos, la cual era lenta pero, con el tiempo importante. —"¿Lo estaré sustituyendo con el nombre de ese caballero?"—Se pregunto, mientras los ojos del dragón se cristalizaban, y aquella aura oscura se salía de control, secando toda la flora a su alrededor, quemando lo roca hasta que adquirió un color negro satinado.

Un dragón sin corazón era volátil, frágil, inestable... regreso a su forma humana para recuperar el control, pero a veces era demasiado, todo se acumulaba en él, sin que lo que guardaba llenara su pérdida— ¡Maldición Vitae! ¡¿Dónde estás?!... —Grito con desesperación, reclamándole aquél que no volvió a ver, desde ese trágico día. —Prometiste que... estarías... conmigo al despertar... —Se dejo caer sobre sus rodillas, llorando con frustración, mientras intentaba recobrar la calma.

Observo los tesoros de la cueva, todos aquellos que le habían dado los guerreros para que perdonara sus vidas, otros más eran tributos y algunos más importantes regalos, sin que alguno fuera lo que él quería, lo que ansiaba... en su forma de dragón lo habían llenado de regalos, regalos que nunca había necesitado, sólo quería algo... y lastimosamente él se lo había dado a un hombre hacía más de quinientos años; se adentro a la cueva pasando junto a las montañas de oro, piezas de tela fina, coronas, piedras preciosas, abriéndose paso hasta un portal, el cual era protegido con runas, y por el cual sólo él podía pasar, bajando hacia su verdadero hogar, quería descansar, de pensar, de añorar, de extrañar.

—¡Des!—Alguien gritaba por fuera de la cueva, —¡Des! —continuaba insistiendo sin que el aclamado respondiera, la pequeña mujer de piel achocolatada y extraño cabello albino se sentó afuera, resignada. "Si no piensa responder" pensó para sí misma, mientras sus ojos plateados adquirían un leve brillo.

La mujer se transformo en un pequeño dragón cubierto de numerosas plumas color salmón, una larga y esponjosa cola era en lo que terminaba su cuerpo, gruño, sin que el interpelado respondiera, decidiéndose a adentrarse a la cueva, sin embargo se detuvo al ver el sello de runas que obstaculizaba su paso, con desgano procedió a aclamar con su mente al dragón que dormía en lo profundo de la gruta, con un bufido, la pequeña dragón resoplo dentro enviando un extraño humo color rosado, esperando molestar al residente y que este saliera de su sueño, de su residencia.

El estrepitoso ruido del metal cayendo hizo a la pequeña dragón voltear, encontrándose con un reluciente caballero cubierto completamente de acero, enseguida se alerto... sintiendo un profundo miedo, se suponía que los caballeros los habían dejado en paz, desde que los creían muertos... no pensó encontrar uno en la profundidad del bosque y mucho menos en la morada de su amigo. Lanzó un poco de humo para distraer al caballero y poder huir de él, después de todo ella no era un dragón de batalla, pero fue rápidamente asediada afuera de la cueva.

Des escucho la conmoción, y se abrió paso entre el humo que había soltado Lorraine, No, su nombre en ese estado era: "Amare" su nombre real, al escuchar el ajetreo y ver a su mejor amiga siendo acorralada por un caballero, adquirió su forma de dragón, apartando con su cola al guerrero de ella, sin embargo aquél se movía rápidamente, pese al peso de su armadura, soltándose de su cola, saltando para tomar su espada e intentar clavarla en sus alas dorsales, con un rápido movimiento se alejo de él, no podía ver el rostro de su adversario, los yelmos impedían la telepatía con los soldados.

Solem & NoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora