11.Para bailar y soñar...

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Con los días que se fueron incrementando alrededor de ellos, la confianza también lo hizo; la mente de Des parecía más estable o por lo menos el moreno parecía apaciguar sus emociones, las risas en las tonterías cotidianas que hacían los llevaba a perderse en su propio mundo, aquel que pintaba todo de un bello color, respirando la tranquilidad y paz, sin duda alguna un lugar incierto; sin embargo ¿Qué importaba? la cotidianidad y el cambio es algo a lo que debes estar dispuesto, las risas y juegos se hicieron evidentes y el acercamiento de dos cuerpos interesados se hizo presente, sonrisas y jugarretas en el bosque, espantando a las dríades, y atrapando luciérnagas. Tan fantástico; sólo teniendo al otro junto en una tarde soleada de verano, en una fresca noche viendo el caudal del lago, mientras los cisnes ocultaban sus largos cuellos en el plumaje del contrario.

Primero eran sutiles roces entre dos manos, juegos de palabras con tono elevado, paseos por el bosque y en los prados perdidos en el inmenso cielo, pequeñas muestras de importancia, tan sencillas como prestar atención a lo que dice el contrario, siendo receptor de todo lo que el contrario tenga por ofrecer. Nunca antes el sol había brillado tanto en los ojos ansiosos del dragón de la muerte, la tierra nueva nunca se había sentido como un paraíso terrenal, por primera vez el recuerdo era algo que quería olvidar.

—Se siente extraño—Menciono el alto, mientras una sonrisa se albergaba en su cara.

—A que te refieres—Pregunto el joven de ojos verdes, mientras volteaba a verlo y se aproximaba hasta donde estaba debajo de aquel frondoso ciprés, realmente era un día sereno; el sol radiante, el cielo celeste despejado y la fresca brisa inundando sus pulmones.

Des tomó con premura su mano y la colocó sobre su pecho—Sentir tanto, y no tener nada dentro.

Leo lo miró con preocupación, nada latía donde había colocado su mano, sabía a qué se refería, era justo como le había dicho "tan sediento que te ahogas en cualquier sentimiento" abrazo el delgado cuerpo —Tienes demasiado dentro, no es un corazón el que te hace ser quien eres— le susurro en su oído.

Des se sonrojo en extremo mientras lo separaba de su cuerpo y miraba el rostro que tenía a escasos centímetros del propio, posó suavemente sus dedos sobre la tez morena y con mano temblorosa lo acerco a sus propios labios, fundiéndolos en un beso.

"Tan cálido" pensó el dragón; no quería separarse de aquellos, sin embargo Leo se alejó confundido mientras veía el rostro de Des, una sonrisa traviesa obtuvo como respuesta de aquella acción, mientras lo acorralaba con esos delgados brazos y lo tumbaba en el verde césped. — No me gustan los juegos,— menciono mientras se acercaba peligrosamente a él— No cuando son mis sentimientos los que están puestos en la mesa tan descaradamente,—Rió— ¿Quieres estar conmigo? No lo preguntaré otra vez.

Leo no pudo evitar sonrojarse en demasía, mientras interrogaba a su interlocutor, Des abatido se puso de pie, lo había dicho claro: No lo preguntaría dos veces; el moreno tomo su muñeca y grito en su escasa lucidez un —¡S-Si! —Era más de lo que alguna vez podía pedir, un compañero para su extraña eternidad, sin embargo la duda se arremolinaba en su interior.—P-pero...tu... yo...—tartamudeaba dudoso de que pudiera perder a Des al revelar una verdad, el no era un humano normal... —No me conoces del todo, Des.

—Ni tú a mí, y aquí estamos...—resoplo un tanto resignado—¿No puedes simplemente dejarte llevar en esto? ¡Disfruta el ahora! Le he llorado demasiado al pasado, ya te lo he dicho; No tengo nada que ofrecerte; Sólo esta abrumadora calma; Esta efímera felicidad... No te prometo un: "estaré contigo siempre", porque sin duda es una mentira. —Apretó su puño, recordando el pasado—ni un amor sincero; Sólo te puedo dar un momento. —volteo a verlo seriamente.

Solem & NoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora