Solem & Nox

17. Guerra.

Disclaimer: Amolad pertenece a The Snipster.

La batalla se desató, la seductora mujer adquirió su verdadera naturaleza como una Lamia, intento atrapar con sus manos al dragón, el cual la esquivo, se movió rápidamente deslizando su cuerpo y reptando en grotescos movimientos con sus brazos hasta él, tratando de enroscar su larga y fuerte cola en el cuello de Mortem, el cual sin mucho dificultad logró controlar a su colérica contrincante, la cual se retorcía ante el agarre fuerte de las garras del dragón.

—¡Su sangre me dará la belleza que perdí y su muerte le dará su pago a mi señor! —Fue lo que pronunció aquella deforme mujer.

—Eres demasiado prepotente dada tu condición—Habló tranquilamente Des, mientras la miraba directamente a los ojos. Y retornaba a su forma humana —Dime ¿Quién te envió? Y ¿Qué busca de esta unión?—pregunto con marcado enojo.

—La pregunta es ¿Quién eres tú?—Murmuro la mujer serpiente con dificultad, mostrándose airosa.— Soy la princesa del reino de "Ignis" así él me proclamo, y estoy aquí por un tratado de paz.— sonrió con altivez mientras hallaba una posición menos desventajosa— Es un acuerdo de "casas" como verás. Tu presencia sólo desatara sangre y guerra entre nuestros pueblos de interferir dragón—Escupió con cizaña y enojo.

Des la miraba incrédulo, furioso con él "como" se habían suscitado los hechos, estaba harto de correr en círculos sin poder alcanzarlo, de que el destino se hubiese ensañado con ellos, de la promesa que no lograban cumplir, enfadado con el maestro de los hilos detrás de todo ese daño. Ahora que sus sentimientos se hallaban estables, comprendía las acciones de Vitae y la traición que habían sufrido por el rey, aquella emboscada que le hizo actuar al moreno con imprudencia. Al recuperar su corazón en su pecho comprendía que lo hizo para salvarlo, tal vez en su estado moribundo no pudo pelear con fue debido, pero logro escuchar la conversación del caballero con Nim.Era un milagro que estuviese vivo, teniendo a su valiente Leo al alcance, había querido correr con él cuando despertó, volar a su dirección y arrebatarlo de ese matrimonio arreglado.

Quién diría que la vida cambia demasiado cuando no estás, nada era igual a lo que alguna vez conoció, la inmensa cantidad de humanos, los pueblos separados que eran dirigidos por los cinco reinos en los que ahora se comandaba lo que fue Terra Nova, donde la democracia era la regla a seguir o condenaría a miles a sufrir de miseria, dolor y hambruna. Un error y todo un reino caería en decadencia y quedaría a merced de los demás, los acuerdos, los tratados de comercio y paz, eran cosas que nunca había visto, antes como una única mega urbe existían sin preocuparse si eso venía del norte o del sur, ahora recelosos los comerciantes jugaban con los precios y realizaban complejas estrategas para subir en los cargos y volverse dirigentes, gobernantes, consejeros y al final, reyes.

Amare fue la que lo encontró la que le explico que no podría simplemente aparecer con Leo, cancelar el compromiso y robarse el rey de lo que quedaba de Terra Nova. Era un acuerdo, un pacto de casas que prometía enseres para lo que quedaba de Terra nova, paz y otra tanda de cuentas diplomáticas.

—Acaso ¿Lo olvidaste?—Sonrió Des, con sorna—Esta es una conquista a la casa real, y en este momento he proclamado este reino como mío y estoy tomando al rey como rehén. —Ejerció más presión al delgado cuello—La única sangre que se derramara será la tuya y la única guerra que tendrás será contra tu muerte inminente, sino contestas. Debo decir que no soy una persona con mucha paciencia.

Habían tardado en idear aquel atraco, para rescatar a Leo, establecer un nuevo rey, y encontrar el culpable de aquella hambruna y desolación de reinos. Nunca pensó que ambas cosas pasarían el mismo día, había pensado en cederle el reino a la futura reina, no espero que aquella fuera una lamia y mucho menos que lo que buscará fuera acabar con Leo y cederle el poder al causante de aquellos estragos.