Capítulo 8: "El prisionero de Olcast"

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Las horas habían pasado, los horarios se cuadraron en todo el mundo y el lugar había quedado vació. Solo Caín y Jack se encontraban ese estadio aun combatiendo el uno contra el otro para ver si las habilidades del albino eran tan insólitas como este decía.

—El que dijo que la tercera era la vencida esta pendejo, es septuagésima sexta la que de verdad cuenta. –Dijo Jack con una sonrisa en su rostro, sus ropas estaban ya bastante sucias por la cantidad de veces que había sido derribado. Mantenía distancia con Caín y su espada apuntando a él.

—Me sorprende la cantidad de veces que has dicho eso. -Al mayor le gustaba herir el orgullo del contrarió, le parecía divertido ver cuánto se molestaba.

El campo ya se había puesto de nuevo bajo la oscuridad profunda, esto porque a Caín y a Jack les gustaba más la noche, razón por la que el campo de batalla se adapto más al gusto de ambos, solo era posible ver gracias a Sensibus, habilidad que ambos vampiros poseían. A lo lejos apareció una fuerte luz que se acercaba a ellos, era la maga Celestra con su ya antes vista túnica azul rey.

Ambos vampiros dejaron de lado su combate al ver de quien se trataba, se quedaron viendo a la robusta mujer hasta que llegara.

—¡Hey ustedes dos, dejen de pelear! Seth ya regreso y quiere que vayan al CSMS porque va a haber una junta muy importante y ambos tienen que ir. —Dijo la dama con voz dulce pero severa.

Jack volteó a ver a Caín.- ¡De la que te salvaste!

El pelirrojo sólo lo volteó a ver indiferente, redirigió su mirada a Celestra y se acercó a ella.— ¿Ya hizo todo lo que tenía que hacer?

La rubia se quedó mirando a ambos unos segundos, Celestra quien tenía una poderosa intuición sentía que Caín y Jack tenían una conexión aún más especial de lo que al señor vampiro le gustaría admitir. Al ver al antiguo tan cerca de ella se sorprendió y ruborizó un poco, siempre había sido fan de su leyenda y tenerlo cerca le ponía los pelos de punta.

—Ah. Si, debemos de darnos prisa, me dijo que quiere hablar con los dos pero por separado. ¡Ahora tú ven y apresúrate! –Musito mirando al peliblanco quien reaccionó al momento corriendo hasta donde ellos dos.

Las armas de Jack y Caín desaparecieron al momento, pues estas pertenecían a los objetos del Gimnasio capital.

Alzo su varita y en un solo movimiento una onda de aíre los envolvió desaparecieron en unos pocos segundos.

Al momento aparecieron en una sala de presentación o al menos eso parecía por la cantidad de sillas que había y el suelo elevado que había hasta adelante, además del pódium con dos asientos a los lados que había.

—¿Dónde estamos? –Preguntó Caín quien siguió el lugar con la mirada, todo el suelo estaba hecho de madera, las paredes estaban pintadas de un ligero color piel y los asientos estaban acolchonados con un terciopelo rojo.

Jack también miro el lugar un poco y supo al momento de donde se encontraban.- Este lugar es el Bastión, es la sala de reuniones del Cesema o CSMS como te lo hemos estado presentando desde que llegaste.

—¿Cesema? Es mucho más sencillo de recordar que CSMS, ustedes definitivamente son malos con los nombres. —Dijo el vampiro a forma de queja mirando al menor.

—No es eso, es que apenas estas introduciéndote a este mundo, pronto entenderás todo y se te hará todo mucho más fácil. En fin, aquí es a donde vienen todos los Sanctorum, los Nobles y los mejores Alba Sanctorum.

Celestra se metió entre ellos.- Yo me tengo que ir a atender otros asuntos, pero voy a volver pronto de todas maneras. —Dijo esto agacho ligeramente la cabeza y se dio la vuelta saliendo por la puerta que estaba al final de todas las sillas.

Caín: El despertar de un mitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora