Capítulo Uno

4.8K 26 4
                                    

CAPíTULO UNO

Donde conocemos que algo importante ha sucedido

En un lugar cuyo nombre no importa para esta historia se atisbaba la tragedia. El ocaso de la tarde ayudaba a crear el ambiente necesario para intrigar a uno de los seres más maravillosos de este mundo, aquel que había otorgado a su cerebro el poder de la sabiduría, había llenado sus pensamientos con las experiencias relatadas y culturizado su mente con lo único bueno que el hombre había dejado a la humanidad.. ¡Si! ¡Estoy hablando de ti! El más brillante de los lectores que se dispone a dejar volar su imaginación y viajar hacía un mundo desconocido que yo humildemente voy creando para todos, con el cual solo quiero que paséis un rato agradable. Espero estar a la altura.

Como iba diciendo, la tarde empezaba a caer dejando mantos negros por las calles, despertando así las farolas y luces de esta gran ciudad, dejando al descubierto una amenazante tormenta que tronaba como si el hijo de Zeus estuviera eternamente enfadado con el mundo. El agua caía torrencialmente a la acera a veces en su forma líquida y otras en su forma sólida, convertidas en pequeños granizos que hacían saltar las alarmas de los coches.

Un hombre adolescente de buen parecido, con su pelo negro mojado y aplastado sobre la cara, corría por las calles sorteando a personas y coches por igual como si no hubiese un mañana al que llegar. Iba con sus brazos apoyados en la cabeza para amortiguar los posibles impactos de los granizos cuando un niño, que parecía flotar en medio de la multitud, captó su atención. Giró su cabeza mientras corría para ver si aquel fenómeno era real o fruto de su estado de shock y en ese preciso momento tropezó bruscamente con una chica tan delgada como bella, tan liviana como angelical. No se demoró ni un segundo en pedir disculpas, tan pronto como su cabeza se estabilizó, se puso de pie, se sacudió, soltó una leve sonrisa y empezó de nuevo a correr. Por un momento su mente empezó a dibujarle lo que el creía que hubiera pasado si se hubiera quedado unos minutos más allí, veía a la chica enfurruñada y gritándole bastantes improperios como para tirar por tierra cualquier educación, pero nada más lejos de la realidad... volviendo la esquina le pudo más la curiosidad y con el rabillo del ojo pudo ver como la chica todavía estaba en el suelo ensimismada y también pudo oír como una señora regordeta con su abrigo de bisón por bandera la ayudaba a recobrar el aliento llamándole Julieta.

Corrió con ese nombre retumbándole en las sienes por unos segundos y a sabiendas de que sus ojos no podrían ver más que el rostro de esa chica en las caras de las chicas que encontraba a su paso. Dejó de correr como si una fuerza de repente le hubiera frenado, debatió sobre si ir a pedir disculpa a la chica cuando otro chico pasó corriendo a su lado, le agarró del brazo y le animó para que reanudara su carrera, así lo hizo.

Aquellos velocistas solamente pararon en su afán cuando estuvieron en las instalaciones de unos de los hombres más poderosos de aquel sitio, solamente cuando tuvieron audiencia con su señoría en persona nuestro peculiar personaje pudo relatar el porque de su desesperación y su austero rostro.

- Señor Oberón, lo que usted predijo ha sucedido. - dijo con voz apenada.

[Continuara]

CUENTA LA LEYENDA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora