Capítulo Doce

84 3 3
                                    

CAPÍTULO DECIMOSEGUNDO

Año Cero (2ª Parte)

Anteriormente…

Oberón cansado de su cautiverio y sobre todo de las torturas a las que Héctor estaba sometiendo a su grupo, decide hacer un último esfuerzo y con su poder invoca una magia oscura para salvar a los suyos. Dicha magia tiene efecto, aunque no se sabe a que precio, y el mundo tal y como lo conocíamos ha cambiado. Ahora por todo el mundo van apareciendo gente ficticia y Romeo, con su nuevo poder, se encarga de reclutar a los “aparecidos”. Aunque no todo ha cambiado demasiado, Héctor sigue intentando darle caza y parece que tiene un as en la maga para lograrlo…

Río Rompe Piedras, Centro Salóm, en las afueras de Albor Nuevo. Año Cero.

-Bienvenidos al Centro Salóm, mansión propiedad de Oberón. Esta será nuestra nueva casa.- Romeo lo anunció a todos, tanto a los nuevos como a los que ya conocía. El jardín donde estaban era de un verde precioso y los árboles todavía seguían majestuosamente de pie, tal y como lo recordaba, sin embargo la mansión…

-¿Qué era este sitio? Está totalmente en ruina- dijo Belisa.

-Era la mansión de Oscar Salóm, seguramente lo conoceríais por Oberón.- explicó Romeo.

-Era el lugar donde empezó todo, donde Oberón adiestraba a Romeo y Mercuccio para lo que se avecinaba.- Dijo Segismundo.

-¿Y vamos a vivir aquí?- preguntó la muchacha que rescataron de los Grandes Lagos con tono engreído.

-Es el último lugar donde vendrán a buscarnos.- Romeo miró a la chica pelirroja que acababa de preguntar.

-Pero necesitará unas cuantas reparaciones, ¿no? ¿Qué haremos ahora?- Belisa seguía a lo suyo.

-Llenarlo- sonrió Romeo. -Entre todos volverá a ser lo que fue, un centro de enseñanzas para los nuestros, para que nos preparemos para lo que se avecina. Bella se encargará de instruiros en las teorías y las tácticas. Segismundo y yo lo haremos en la lucha.

-¿y donde está ese tal Mercuccio?- Ante la pregunta, Romeo entristeció.

-¡Andrea, no seas impertinente!- replicó Bella a la pelirroja.

-¿la conoces?- Segismundo actuó.

-Si, es una de las aldeanas de mi mundo.- Bella le echó una mirada a la chica que reviviría a un muerto.

-Pues bien, Bella, llévate a los nuevos y ponles al corriente de todo.

-No me digas lo que tengo que hacer, Romeo.- Bella se envalentonó -Recuerda nuestro trato. ¡Vamos chicos!

Segismundo y Romeo se quedaron pensativos en el jardín mientras Bella se llevaba a los nuevos “aparecidos” hacia las instalaciones.

-Parece que todas las de su aldea son poco sociables- masculló el pobre Romeo.

-Recuerda como reclutamos a Bella- apuntó Segismundo.

Bahía de las Arenas, lo que una vez fue San Francisco. Hace 8 días.

Por unas de las solitarias carreteras convencionales hacia la Bahía de las Arenas marchaba un comando de la policía fuertemente escoltados. La caravana estaba formada por un camión transporte de reos peligrosos, debidamente equipado con todas las últimas tecnologías en seguridad, dos coches de policías, un helicóptero vigilando desde el aire y delante de todos una furgoneta blindada para abrir paso. Con este protocolo se aseguraban de que el espacio aéreo estuviese despejado, mantenían las lineas de comunicaciones abiertas en todo momento, la maniobra estaba siendo tranquila y exitosa hasta que de pronto dos extraños irrumpieron de la nada en medio de la carretera.

CUENTA LA LEYENDA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora