Fuga |j.b.|

Capítulo 3. "Levante las manos, caballero."

Narra ____:

"Siempre que me dices que luego haremos el amor, nunca lo hacemos." Se quejó Justin mientras estaba al fresco de la noche en la terraza de mi dormitorio. Era raro verlo en mi terraza, con flores, decorada y cuidada, y no en la suya, con una simple mesa, dos sillas y el suelo por barrer desde hace meses.

Decidí que pasásemos mas tiempo en mi dormitorio y no solo en el suyo, por no decir que le he pedido salir más e ir a sitios nuevos, estaba harta de siempre estar en su cuarto, en el salón o en el puerto descargando droga, no era justo tener esta vida, porque te priva de muchas cosas, pero nosotros mismo nos estábamos privando ya de otras muchas cosas que no eran necesarias privarse de ellas.

"Bueno, la noche es joven, como nosotros, no tenemos horarios." Dije riendo desde el interior de mi vestidor, arreglando la gran cantidad de ropa que tenía. "Aunque te lo dijese antes de ayer por la noche." Reí.

En este último año había cambiado bastante mi estilo, ya no era tan juvenil como antes, antes se notaba que era una adolescente y bueno, aun lo sigo siendo ya que tengo todavía 19 años, pero como dice Justin, me estoy volviendo toda una mujer y por supuesto, una señora, la Señora Bieber.

Tenía decenas de bolsas a mi alrededor esperando a ser llenadas con ropa para llevar a la beneficencia, y así, al menos otras personas podrán darle mejor uso del que yo le doy.

Empecé con el cajón de los shorts. Cogí uno que recuerdo haberme puesto solo una vez, ya que era solo negro y no tenía nada más, no lo veía nada atractivo para llevar puesto y no me quedaban bien, o no al menos como a mi quedaban.

"¿Crees que alguien querrá ponerse mi ropa?" Le pregunté a Justin a la vez que metía doblado el primer pantalón de esa bolsa.

"¿Y por qué no?" Preguntó el en un tono de indiferencia. "Yo me los pondría." Dijo riendo seguidamente por lo que dijo. Seguro que lo dijo sin pensar o prestar atención. Reí negando con la cabeza.

"Pero es que yo no me lo pondría." Confesé, cogiendo unos cuantos pantalones y mirándolos uno a uno.

"¿Por qué? ¿Porque es de otra persona?" Dijo en un tono de incredulidad y apareció por las puertas del vestidor. "No me esperaba eso de ti, la verdad." Dijo metiéndose las manos en los bolsillos. Llevaba otro bañador, una camiseta de manga corta y el pelo revuelto.

"No lo he dicho por eso." Dije abriendo inconscientemente los ojos y dejando lentamente un pantalón dentro de la bolsa.

"Yo de pequeño no tuve una infancia buena, llevaba ropa de la beneficencia y no me daba asco, ni nada, eso se lava y listo." Se encogió de hombros, como si no hubiese escuchado mi comentario.

"Te repito que no lo he dicho por eso." Repetí, poniendo mis manos en mis caderas mientras le contemplaba.

"¿Entonces?" Preguntó confuso.

"Lo digo porque yo no pondría eso, en el sentido que es bastante feo y... corto. Debo dar ropa, no trapos que no le tapen el culo a las niñas." Confesé mientras miraba mis pantalones cortos. Me daba vergüenza ahora mismo pensar que yo llevé eso y dejé ver parte de mis glúteos alguna vez en un movimiento.

"Vamos, si tapan el culo. Además, esa bolsa la llevaremos a alguna organización laica." Dijo él con una sonrisa.

"¿Por qué esta bolsa solo?" Pregunté mientras seguía sacando ropa y dividendo entre lo que quería y no.

"Porque no creo que en ninguna religiosa cojan esos pantalones tan cortos." Río. Lo miré mientras reía y pensé en lo que dijo, empecé a reir mientras negaba con la cabeza.