Capítulo 32 y 33

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Capítulo 32.

-Karol: ¡Me engañaste!, eres un mentiroso y un tramposo dije cruzándome de brazos.
-Mike: Tú eres la causante de todo, me vuelves loco, no podía esperar hasta la noche para tenerte entre mis brazos.
-Karol: ¿En serio? pregunté un tanto sonrojada.
-Mike: Por supuesto que si, no sé qué me pasa cuando estoy contigo que pierdo el control, eres un peligro karol, nublas mi mente y no me permites ver las cosas con claridad.
-Karol: Quizá debas remitirme a las autoridades respondí jugando.
-Mike: Eso haré, pero tu condena será estar encerrada en un habitacion conmigo, sin oportunidad de fianza ni de apelación.
-Karol: Eso sí me da miedo exclamé y me abracé a mí misma.
-Mike: Debería, en serio, ya no sé qué otra locura podría cometer, eres una hermosa tentación andante. (Es el lado pervertierno de mike) no lo juzguen chicas que a ustedes también les gustaría que les sino era algo así y más si viene del nalgon de Mike)

-Karol: Definitivamente deberían encerrarme, en una torre alta sin accesos.
-Mike: Y yo iría a rescatarte dio la vuelta en la siguiente esquina ya no puedo imaginar mi vida sin ti, definitivamente me hechizaste. (Ternutita yo quiero a un mike en mi vida jaja ok no bueno si)
Mi corazón se disparó ante esas palabras y ya no supe que más decirle, coloqué mi mano encima de la suya, sobre la palanca de velocidades y él me sonrió, en un semáforo en rojo se acercó y me besó dulcemente. Seguimos el trayecto en silencio, yo quería preguntarle tantas cosas, pero no sabía cómo, no quería arruinar el momento, parecía mágico.

Llegamos a la casa, mike metió el coche a la cochera, me ayudó a bajar y me dio un beso en los labios, yo lo miré asustada.
-Karol: ¡mike!, pueden vernos.
-Mike: Tranquila, todavía siguen viendo el partido respondió y volvió a besarme, pero después de unos segundos lo separé.
-Karol: Basta, no es bueno tentar a la suerte.
Me sonrió y luego bajó las bolsas del maletero, caminamos a la cocina y dejamos todo ahí, en efecto, Ana y ruggue seguían viendo el partido. Él me preguntó por las cervezas y le dije que se nos olvidaron, sólo esperaba que no notaran que nos tardamos más de la cuenta, pero al verlos tan emocionados siguiendo el partido descubrí que no habían sentido el tiempo pasar.
Subí a darme una ducha y cuando bajé ya había terminado el partido. Ana y mike estaban en la cocina y no pude evitar sentir celos de esa escena, pero cuando él se dio cuenta de mi presencia me guiñó un ojo y se me aceleró el corazón, olvidando la molestia. Ruggue estaba afuera de la casa, hablando por su móvil otra vez, así que me puse a preparar el flan.
Era una situación tan extraña, mike partía las lechugas mientras Ana preparaba la pasta y yo estaba poniendo los ingredientes en el molde, entonces extrañamente, noté que la actitud de ella estaba un poco diferente, no estaba tan efusiva con mike y por primera vez escuché que lo llamó por su nombre en lugar de decirle "baby", que por cierto, odiaba que le dijera así.(se llaman celos Karol celos)
Ruggue entró finalmente y también se puso a ayudarnos, puso el vino en la nevera y comenzó a separar las uvas de los racimos.
Parecíamos cuatro buenos amigos de toda la vida compartiendo un agradable momento culinario, incluso las cosas entre mike y ruggue estaban más relajadas, se habían olvidado del acalorado partido de ping pong y, como mi novio estaba distante conmigo, mike se estaba comportando tranquilamente. Como a las seis estaba lista la cena, Ana y yo pusimos la mesa y después nos sentamos los cuatro a comer mientras seguíamos hablando.
-Ana: ¿Por qué no mezclas los alimentos karol?, de todas maneras se mezclan en el estómago preguntó divertida.
-Karol: No sé, es una manía que tengo desde niña, creo que fue a raíz de una vez que me enfermé del estómago.
-Ana: Que curioso, nunca había conocido a alguien así y yo que pensaba que era rara.
-Karol: Creo que todos tenemos alguna manía, la de ruggue es hablar por teléfono todo el tiempo y viajar demaciado hasta en fechas importantes.
-Ruggue: Cariño, no es algo que disfrute mucho, créeme, es sólo por el trabajo.
-Mike: Yo también trabajo mucho ruggue, pero no soy esclavo del teléfono dijo serio mientras lo fulminaba con la mirada porque me había agarrado la mano, pero yo la retiré suavemente para que él no notara nada extraño.
Narra Karol:El comentario de mike aunado a la conversacion que yo había escuchado en la mañana y al volver a verlo hablando por teléfono, me llevaron a la conclusión de que ruggue escondía algo, quizá no era una amante, pero había algo raro en su vida que no quería que yo supiera y lo analicé con la mirada unos segundos tratando de descubrir que era lo que me escondía.
Después que terminamos de cenar vimos una película de acción y luego jugamos Jenga. Hubo un momento en el que entré a la cocina por un vaso de zumo y mike entró tras de mí.
-Mike: Por favor, quédate esta noche conmigo, es la última que estaremos aquí, el lunes viajo muy temprano a Londres voy a ver un nuevo hotel y regresaré días antes de la boda de Katja me pidió parándose frente a mí con cara de gorrión herido.
-Karol: Pero mike, ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a ruggue?
- Mike: No sé, ármale una discusión y le dices que te dormirás en la otra habitación, por favor suplicó no sólo con palabras, sino también son su mirada.
-Karol: No sé mike... me pones en un apuro.
-Mike: No es mayor al que tú me pones, karol, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor insistió tomando la punta de mis dedos.
-Karol: Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, ruggue tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.
-Mike: Está bien aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.
-Ana: Chicos me voy a dormir anunció entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.
-Mike: Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños dijo cariñosamente y yo lo miré seria y salí de la cocina después de despedirme de ella.
Ruggue estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Ana pasó, se despidió de él y subió. Mike salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada.
Minutos después ruggue se levantó y le dio el mando de la televisión.
-Ruggue: Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño, exclamó mirandome.
Mike me dio una mirada suplicante que ruggue no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.
-Karol: No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.
-Ruggue: Está bien, pero no tardes se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente. Mike, ¿tú no vas a dormirte ya?
-Mike: Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del coche para entregarlo mañana.
-Ruggue: Bueno, hasta mañana se despidió y subió las escaleras.
Mike se quedó sentado ahí y cuando se escuchó que ruggue cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí. Gracias señorita limpieza exclamó en tono de burla.
-Karol: Muy gracioso, acompáñame a la cocina, anda.
Me tomó de la cara y me plantó un beso en los labios, yo le recriminé con la mirada, él me tomó de la mano y entramos a la cocina. Me puse el delantal y comencé a lavar los platos mientras él se recargaba en el mueble, a mi lado.
-Mike: Cuéntame de ti dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.
-Karol: ¿Qué quieres saber?
-Mike: Lo que quieras contarme..
-Karol: Está bien, pero...tomé un fuerte suspiro, era una duda que tenía desde el primer día que lo conocí y que después de este fin de semana se había incrementado ¿tú podrías primero contestarme una pregunta?
-Mike: Claro, pregúntame lo que quieras, las reglas ya no existen me guiñó el ojo.
-Karol: ¿Por qué un chico como tú tiene un... pasatiempo tan... peculiar?
-Mike: ¿A qué te refieres? exclamó extrañado.
-Karol: A la forma en que nos conocimos dije mirando el plato que lavaba para evitar mirarlo ¿por qué lo haces?, si no es por dinero, que obvio no te falta, entiendo lo del placer, pero, ¿no sería más fácil conseguirse una novia o ligarse a alguien en un bar?, ¿por qué así?, ¿por qué esas reglas?
-Mike: Es complicado karol suspiró así como a ti, un amigo mío de la universidad me dio el teléfono de una chica y me explicó de que se trataba el asunto miró al suelo un tanto avergonzado, creo que era la primera vez que hablaba de eso con
alguien me dijo que era un tipo de sociedad secreta, de cierto nivel económico, quizá para salir de la rutina o cumplir fantasías que no harían con su pareja, así que un día por curiosidad le llamé a la chica y... bueno, fue emocionante eso de no saber nada de la otra persona y seguí con el juego, a veces yo llamaba y a veces me llamaban me miró fijamente mientras yo procesaba la información y me dio una rabia pensar que él llamara a alguien ahora tú dime, ¿quién realmente te dio mi teléfono?, no te ofendas, pero tú no encajas en el prototipo de las chicas que están involucradas.
-Karol: Me lo dio una chica en el baño de un bar, no sé cómo se llama y vagamente la recuerdo ahora fue mi turno de avergonzarme, él soltó una risita y movió la cabeza.
-Mike: ¿Y por qué me llamaste?, estarás de acuerdo que fue sumamente arriesgado.
-Karol: Lo sé, me imaginé miles de cosas pero suspiré el día que te llamé era mi cumpleaños, mi papá vive muy lejos y mi mamá en Los Ángeles y, para variar, ruggue tuvo que trabajar hasta tarde, así que me sentía muy sola, de casualidad encontré la servilleta con tu número y después de vacilar mil veces te llamé.
-Mike: Vaya, veo que la cuarta regla fue rota mucho antes que las demás..

Capítulo 33.

-Karol: ¿De qué hablas? pregunté sorprendida, sólo recordaba tres.
-Mike: Regla número cuatro, no repartir los teléfonos indiscriminadamente y menos a desconocidos, te repito que es como una secta, había que ser muy selectivos a la hora de dar algún teléfono, ni imaginas que personajes están envueltos ahí.
-Karol: No quiero saberlo, se me revuelve el estómago de imaginar con cuantas has estado.
-Mike: ¿Ahora entiendes lo que yo siento al pensar que ruggue pueda tocarte? respondió poniendose detrás de mí y abrazándome por la cintura
-Karol: No es lo mismo, él es mi novio.
-Mike: A eso precisamente me refiero, ustedes han hecho el amor, sé que suena trillado, pero es la verdad, yo sólo he tenido sexo con esas mujeres, ninguna había significado nada me dio, un beso en el cuello, hasta que tú apareciste una noche de un martes y me cambiaste la perspectiva de todo, añadió recargando su mandíbula en mi hombro.
-Karol: Entonces, ¿no soy una más? dije con el corazón en la boca.
-Mike: ¿Y todavía lo preguntas?, jamás había roto las reglas karol, sabía perfectamente que esas mujeres estaban con otros de la misma forma que estaban conmigo, así que ninguna valía la pena, pero contigo fue muy diferente, por eso no te dije la última regla, desde un principio supe que no le darías mi teléfono a nadie, así que no era necesario decirla.
-Karol: ¿Y ahora qué va a pasar?
-Mike: Lo que tenga que pasar me abrazó con más fuerza lo único que debes saber es que no dejaré que salgas de mi vida resopló en mi oído y espero que el que salga y pronto de la tuya sea él, no quiero compartirte con nadie... y menos con él.
-Karol: ¿Por qué lo dices de esa forma?, ¿tú sabes algo de ruggue que yo desconozca?
-Mike: No, me gustaría para que de una vez por todas lo dejaras, pero no sé nada me dio otro beso en el cuello mejor olvidémonos de él y aprovechemos estas horas juntos.

Colocó sus manos en el plato que sostenía y me ayudó a restregarlo al igual que los demás que faltaban, ninguno decía nada, sólo sentía su cuerpo pegado al mío y su aliento sobre mi cabeza. Nuestras manos se rozaban entre los platos y el jabón que resbalaba, mike deslizaba sus dedos en los míos, la sensación era maravillosa, sentí poco a poco como él se excitaba, pegando más su cuerpo al mío que en automático hice hacia atrás y cerré los ojos al sentir también mi excitación. Él dejó correr el
agua para retirar el jabón de los platos y después los pusimos en el escurridor.

Con sus manos, aún mojadas, acarició mi abdomen por debajo de la camisa y un escalofrío delicioso recorrió mi piel mientras me daba besos cortos en el cuello. Me giré para quedar frente a él y nos besamos apasionadamente en tanto le acariciaba el pecho por encima de su camisa . Él me tenía abrazada, acariciando mi espalda.

Subí mis brazos sin que él lo pidiera y me quitó la camisa y después el sostén, delineó mis senos con las yemas de sus dedos y después los besó en tanto yo acariciaba sus cabellos. Se separó un poco mirándome con un infinito deseo, entonces yo le quite la camisa y la dejé caer al suelo, besé su torso perfecto, lamí sus pezones y él jadeaba acariciando mis nalgas por encima del pantalón y después deslizó sus manos para desabrochármelo.
Me cargó y me colocó en la mesa para quitarme el resto de la ropa, mi respiración estaba más que acelerada y lo único qué deseaba era sentirlo en mi interior, no importaba cuantas veces me hiciera suya, la sensación previa era la misma, incluso más intensa con cada encuentro. Mientras mike retiraba el condón de su envoltura yo le desabroché el pantalón y se lo baje al igual que su bóxer, mientras se lo colocaba me besó apasionadamente y segundos después sentí como se introdujo, yo puse mis manos en sus nalgas para impulsarlo a que entrara más profundo, él me acariciaba el contorno de mi cuerpo y nos mirábamos, grabándonos las expresiones de placer que ambos teníamos en la cara, tratando de gemir lo más bajo que se pudiera.
Dirigió su boca a mi cuello y lo recorrió con su lengua y después lo succionó con sus labios, yo lo sujeté fuertemente por la espalda, sintiendo como entraba y salía de mí con un ritmo exquisito y lo aprisioné con mis piernas para intensificar la sensación, gruñó en mi oído y entonces, tomé su rostro con mis manos y lo besé desesperadamente, pero terminé rompiendo el beso porque no pude reprimir el grito al llegar al orgasmo al mismo tiempo que él, que apenas y pudo ponerme su mano en mi boca para que no fuera tan audible mientras me miraba con sus ojos acuosos debido al intenso placer que acabábamos de experimentar. Retiró su mano de mi boca y me besó una vez más, en tanto yo acariciaba su
cuello y sus hombros bien definidos, después me abrazó fuertemente unos segundos y luego frotó mi nariz con la suya en tanto acariciaba mis mejillas.
-Mike: ¿Qué me hiciste karol? que me tienes todo hipnotizado.
-Karol: Lo mismo que tú me hiciste a mí, porque yo estoy igual que tú.
Sigo???

Estas libre esta nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora