Capítulo 42

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Capítulo 42.

Narra Karol: Volvió a desarmarme por completo, no pude expresar palabra alguna, estaba por demás emocionada y a la vez avergonzada por haber pensando durante un segundo que me, engañaba y sólo buscaba burlarse de mí, no cabía duda que los celos nublaban la razón y jamás los había sentido con tanta fuerza, ni siquiera con Ana.
–Mike: Aunque, para serte sincero, me da gusto que esto haya pasado, exclamó y me di la vuelta para mirarlo, porque tus celos me demuestran cuanto me quieres.
–Karol: ¿Y todavía te atreves a dudarlo?
–Mike: No, pero me encanta confirmarlo, enfatizó y me dio otro beso.
–Mike: ¿De verdad no ibas a dejar que te besara?
–Mike: Por supuesto que no, te lo juro, karol, entiendo tu desconfianza, pero si de algo debes estar segura es que jamás te engañaría, no tengo ninguna necesidad de hacerlo, ya vamos a comer, anda.
Me recorrió la silla para que me sentara y después él se sentó frente a mí. Ambos pedimos ensalada y mientras nos las llevaban, mike me acariciaba una mano, entonces me sentí más tranquila, pero aún así le conté lo que Agustín me había dicho de él y volvió a reiterarme que no tenía por que preocuparme, que no me negaba que sí había sido así, pero que ya había cambiado.
–Mike: karol, ya ni siquiera tengo el móvil al que me llamabas.
–Karol: ¿Cómo que no lo tienes? pregunté
sorprendida.
–Mike: Ese número era exclusivo para esas citas, pero ya lo tiré porque no tengo ninguna intención de seguir involucrado en eso.
–Karol: ¿En serio?
–Mike: Sí, encontré algo mucho mejor y sin buscarlo, llegaste tú y ahora todo es diferente, agregó y me dio un beso en la mano, anota el número de mi blackberry  añadió y me lo dictó, pero no borré el otro, quería asegurarme que me decía la verdad.
Me sentí feliz, como nunca antes, al enterarme que ya no estaba en esa sociedad o lo que fuera.
Me acompañó a la oficina y le di mi llave del departamento, nos dimos un
beso y entré al edificio. Arreglé todo lo necesario para la junta que tendríamos con el Sr. Jackson a las 3:30. Agus se fue a las siete y me dijo que ya me podía ir yo también, así que apagué la computadora, tomé mi bolso y salí de la oficina. Mike me estaba esperando afuera del edificio, me recibió con un beso y nos marchamos.
Cuando llegamos al departamento me lleve una grata sorpresa, la mesa estaba puesta para dos personas y en el centro había un hermoso arreglo de girasoles, lo miré boquiabierta y lo abracé efusivamente luego de darle un beso.
–Karol: Mike, ¿cómo sabías que los girasoles son mis flores preferidas?
–Mike: Sé más cosas de ti de las que te imaginas, respondió guiñándome un ojo.
–Karol: ¿Ah sí?, ¿y cómo puede ser eso?
–Mike: Es un secreto, siéntate que la cena ya está lista.
–Karol: ¿Te ayudo en algo?
Mike: No corazón, tú vienes de trabajar, debes estar cansada, aunque espero que no tanto para el postre, dijo en tono sensual.
Me sirvió una copa de vino y fue a la cocina, regresó con una cacerola con pescado y en la otra mano una bandeja con ensalada, me sirvió en un plato el pescado y en el otro la ensalada y después se sirvió él, puso algo de música y se sentó frente a mí. Cenamos tranquilamente y me comentó que Katja le había llamado para confirmar mi asistencia a su boda y él le aseguró que por ningún motivo faltaría.
–Mike: Por cierto, corazón, ¿puedes permiso para faltar ese viernes?, por favor, me gustaría llegar al ensayo, ¿sabes?, soy el padrino.
–Karol: ¿En serio?, no tenía idea, voy a hablar con agus, si no se puede, llego el sábado yo sola y así no te pierdes el ensayo.
–Mike: De ninguna manera, tienes que llegar conmigo.
–Karol: Cierto, que soy tu “novia” exclamé en tono gracioso, no se vería bien si llego sola.
–Mike: Exacto, daría la impresión que estamos disgustados.
–Karol: michael… hablando en serio… ¿por qué le dijiste a esa chica que soy tu novia?
–Mike: ¿No lo eres?
–Karol: ¿Lo soy?
–Mike: ¿No quieres serlo?
–Karol: ¿Lo quieres tú?
–Mike ¿Vas a seguir respondiéndome con preguntas?
–Karol: ¿Vas a seguir evadiéndolas?
–Mike: ¿Vas a continuar evadiéndolas tú?
–Karol: mike, en serio, esto no es ningún juego, dije un tanto seria.
–Mike: Para mí tampoco lo es karol, dio un suspiro, sé que no te lo he preguntado formalmente, pero así te considero.
–Karol: No tienes que preguntarlo, las palabras se las lleva el viento, lo que cuentan son los hechos, sólo me tomó por sorpresa escuchártelo decir… ¿me presentarás de igual forma con tu familia? pregunté con cierto temor.
–Mike: Por supuesto, ¿no te agrada la idea?
–Karol: No es eso.
–Mike: ¿Qué es lo que en realidad te preocupa, karol?
–Karol: Yo no soy de tu clase, mike, tú has estudiado en las mejores escuelas privadas, yo siempre en públicas y si pude costearme la carrera fue porque trabajaba.
–Mike: No conoces a los Ronda, mi familia no es nada pretenciosa, créeme que lo que menos les importara es tu status social, has tratado con Katja, ¿acaso te ha hecho menos?
–Karol: No, pero, eran cuestiones de trabajo, ahora se trata de su hermano y se ve que te adora, ¿qué pasara si se entera no fuimos juntos a la universidad?
–Mike: Nada, en primera estará demasiado feliz y entusiasmada por su boda y en segunda no es nada rencorosa, además le caes muy bien.
–Karol: No me gustan las mentiras y no creo que a ella tampoco, a nadie le gustan.
–Mike: Tranquila, no tiene porque enterarse, pero si te tranquiliza le diremos “la verdad”.
–Karol: ¿Qué? pregunté con pánico.
–Mike: Podemos tergiversarla un poco, que nos conocimos en el bar del Rose Imperial el día de tu cumpleaños, que te envíe una copa de cortesía y después platicamos, volvimos a encontrarnos un par de veces más y coincidimos de casualidad en el desfile, ¿qué te parece?
–Karol: Podría ser, pero aún así que vergüenza.
–Mike: No tienes nada de qué preocuparte, mi familia te adorara porque eres adorable y encantadora, ya verás me guiñó el ojo.
Terminamos de cenar y mike se ofreció amablemente a lavar los trastes, entonces yo entré a mi habitación y saqué un baby doll (lencería) que me había comprado aquella vez que fui a la tienda de ropa interior, pero que aún no había estrenado porque tenía pensado hacerlo en el siguiente encuentro en el hotel que
ya no se dio porque nos conocimos oficialmente, así que ahora era un buen momento para estrenarlo, combinado con un poco de juego que se me ocurrió, así que me lo puse y encima un abrigo, tomé mi móvil y marqué a su blackberry.
–Mike: Hola respondió en tono sensual.
–Karol: ¿Estás libre esta noche? pregunté usando el mismo tono que él.
–Mike: La verdad no, estoy en casa de mi novia, dijo siguiéndome el juego.
–Karol: Es una verdadera lástima… ardo en deseos de verte, acariciarte, besarte, desnudarte, recorrer tu cuerpo.
–Mike: Uf, no sigas que me harás hacer algo que no quiero.
–Karol: Vamos, no tiene porque enterarse tu novia… además, lo prohibido es más excitante, ¿no crees?
–Mike: Definitivamente.
–Karol: Me han dicho que eres un dios en la cama y me encantaría comprobarlo y, por tu tono de voz, creo que no exageraron, tienes una voz endemoniadamente sensual, has despertado más mi deseo por ti.
–Mike: ¿En serio piensas que mi voz es sensual? exclamó enfatizándola más.
–Karol: Demasiado… mi cuerpo ha empezado a… alterarse sólo de escucharte.
–Mike: Tu voz también es muy sexy, ¿así eres tú?
–Karol: ¿Por qué no vienes y lo compruebas por ti mismo?
–Mike: Está bien, ¿cómo te reconozco?
–Karol: Sólo traigo puesto un abrigo negro respondí y le colgué.
Salió de la cocina y yo estaba parada en la entrada de mi habitación, tenía un brazo estirado recargado en el umbral de la puerta y le sonreí coquetamente, lamiéndome los labios, mike me recorrió con la mirada.
–Karol: Hola extraño, dije y le guiñé un ojo.
–Mike: Hola belleza, en verdad eres tan sexy como tu voz.
–Karol: Y espera que me ponga en acción😏😏  agregué y lo agarre de la camisa.
Lo besé desenfrenadamente, él me pegó a su cuerpo y entramos a la habitación, lo giré y lo hice sentarse en la cama, me quité el abrigo y le mostré mi atuendo, el cual consistía en un hermoso sostén negro con encaje en las orillas de las copas, una tanga negra también con encaje  en la orilla de arriba.
Este

–Mike: Lo dicho, sí que eres sexy

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–Mike: Lo dicho, sí que eres sexy.
–Karol: Esta noche yo te haré feliz a ti.
Sigo??

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