Capítulo 37

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Capítulo 37

–Karol: Sigo pensando que estás loco.
–Mike: Claro que lo estoy, pero por ti.
–Karol: ¿De verdad?
–Mike: ¿Y por qué lo dudas?, si no estuviera loco por ti no te escribiría todos los días ni estaría ahora a punto de regresar a Estados Unidos sólo para asegurarme que estás bien, debes tenerme confianza, corazón.
–Karol: Lo sé respondí con un suspiro.
–Mike: ¿En serio estás bien karol?
– Karol: Sí, anda, ya ve a cenar, no es necesario que vengas.
– Mike:Está bien, entonces nos vemos a esa hora, ¿sí?
–Karol: Vale, hasta entonces.
–Mike: Cuídate mucho corazón, por favor, te mando muchos besos.
–Karol: Yo también, adiós.

Narra Karol: Llegué a casa y cené mientras veía la televisión, no me quise cambiar de ropa porque vería a mike por la webcam, lo cual me tenía nerviosa. La conecté y verifiqué que sirviera, me tomé una foto y la puse en el messenger. A las diez en punto él se conectó y de inmediato me escribió hola y me mandó la invitación para la video llamada, sonreí y la acepté.
–Mike: Hola mi preciosa ¿cómo estás? preguntó en cuanto nos vimos.
–karol: Bien, ¿y tú? respondí saludándolo con la mano.
–Mike: Feliz de verte, aunque me gustaría más estar contigo.
–Karol: ¿En serio no tienes sueño?
–Mike: No, por supuesto que no, tú me lo quitas, me haces falta, ¿ya te lo había dicho?
–Karol: Sí, en cada correo electrónico que me escribes respondí y puse mi mano en la pantalla del notebook y él hizo lo mismo ¿qué es lo que más extrañas de mí?
–Mike: ¿Por dónde empezar?, tu sonrisa, tus ojos, el aroma de tu cabello, tus besos, tus caricias, tu sensualidad, el calor de tu cuerpo, tus manos en mi espalda, tu respiración errática, tu forma de perder el control se quedó )l)
en silencio y una sonrisa traviesa escapó de sus labios ¿qué tal si jugamos un poquito karol?
–Karol: ¿Jugar?, ¿a qué? pregunté haciéndome la tonta porque bien sabía a qué se refería.
–Mike: A que estamos juntos y vamos haciendo lo que nos digamos, tú sabes, cositas que nos haríamos el uno al otro respondió y me guiñó el ojo lamiéndose los labios.
–Karol: Está bien, pero tú empiezas y yo te sigo, ¿sí?
–Mike: Vale, suéltate el cabello y acomódate bien en la silla, muy bien, ahora cierra los ojos y concéntrate en mi voz, imagina que estoy ahí contigo, parado frente a ti y empiezo a acariciar suavemente tu cuello, eso es, imagina que es mi mano y la deslizó hasta llegar al primer botón de tu blusa y lo desabrochó, voy bajando desabrochando los demás, al terminar, acarició tus pechos, así, despacio, en círculos, muy bien karol, ahora con la otra mano, imagina que la deslizó por el interior de tu muslo, por debajo de tu falda, justo así, te acarició por encima de tu ropa interior y voy sintiendo tu humedad, mis dedos se abren paso y finalmente alcanzan tu interior, comienzo a acariciarte despacio, suave, placentero, eso es linda , no te detengas, siénteme, oh sí, tus jadeos me fascinan, sigue así, un poco más, otro poco, ay karol, no tienes idea cuanto me encantaría ser verdaderamente yo quien te estuviera acariciando.
–Karol: A mí también, mike abrí los ojos y vi que él también estaba acariciándose, me lamí los labios, yo te llenaría de besos el torso y bajaría por tu abdomen, seguiría bajando y dejando más besos, cuando sintiera que yo no pudieras más te ofrecería entrar en mí, lento, constante, como sólo tú sabes hacerlo, oh mike, así me encanta, sigue moviéndote, hazme tuya, enloquéceme, no pares, falta poco.

Ya no pude pronunciar palabra alguna, un intenso gemido salió de mis labios y cerré los ojos al sentir que llegaba al clímax con mi corazón latiendo a mil, ¿cómo podía hacerme sentir eso cuando estaba a kilómetros de distancia? Apreté los ojos, me daba vergüenza verlo, ya no era más una desenfrenada desconocida, era una mujer completamente enamorada de él.

–Mike: Eres extraordinaria karol, jamás me cansaré de decirlo.
–Karol: Y tú también, me haces hacer locuras que jamás imaginé dije abriendo los ojos.
–Mike: Bendita sea la tecnología.
–Karol: ¿Me esperas?, voy a lavarme las manos.
–Mike: Está bien, pero no tardes.

Regrese al cabo de cinco minutos y él ya había vuelto a ponerse el pantalón del pijama.
–Mike: ¿Cómo te sientes? pregunto sonriente.
–Karol: Relajada.
–Mike: Me encanta haber contribuido con eso se puso serio y suspiró no quiero arruinar el momento pero necesito saber algo que me está quemando… ¿ya terminaste con él? añadió.
–Karol: Sí, descubrí que andaba con otra, curioso, ¿no?, ambos vivíamos en una mentira.
–Mike: Lo sabía, por eso no quería que te tocara.
–Karol: ¿Qué dijiste?, ¿tú sabías que rugguero tenía una amante? exclamé más que sorprendida. ¿Cómo lo supiste?  agregué un tanto molesta.
–Mike: Un día lo vi en un restaurante, pero él no se dio cuenta.
–Karol: ¿Por qué no me lo dijiste cuando te lo pregunté?
–Mike: Porque no sabía si ibas a creerme, no quería parecer intrigante.
–Karol: ¿Qué clase de excusa es esa? dije exasperada, yo pensando que no querías que me tocara porque estabas celoso y resulta que sólo era porque sabías que se estaba acostando con otra.
–Mike: Por supuesto que estaba celoso y mucho más sabiendo lo que él te ocultaba.
–Karol: ¿Mira quién habla de ocultar cosas?, primero lo del coche y ahora esto, ¿cómo me pides que confié en ti si haces cosas que no son para ganarse mi confianza?, ¿en qué más me has mentido?, aparte de esto y de decirme que te irías a un viaje de negocios cuando en realidad te fuiste a descansar a Las Vegas, ¿en serio Ana es sólo tu amiga?, ¿o es igual de buena para mentir que tú?, ¿qué clase de relación retorcida mantienen?
–Mike: ¿Cómo puedes decirme eso karol?, por supuesto que Ana sólo es mi amiga y si no nos crees pregúntale a Katja.
–Karol: Ahora el ofendido eres tú, ¿no?, ya parece que tu hermana va a saber lo que en realidad hay entre ustedes, ¡por favor!
–Mike: Es que estás llevando esto al extremo, ¿vale?, sí te oculte lo de ruggue, porque sé el cariño que le tienes y no quería lastimarte, karol, tuve más de una ocasión para gritártelo, estuve a punto de hacerlo cuando los vi en la cocina besándose, pero a pesar de mi rabia y de mis celos no iba a ser yo quien te quitara la venda, no iba a tener un enfrentamiento con él frente a ti porque sabía que te dolería, no iba a ponerte entre la espada y la pared, no soy así karol, estaba seguro que algún día te enterarías.
–Karol: Que sobreprotector resultaste exclamé cruzándome de brazos.
–Mike: Pues sí, así soy y si te engañe en lo del coche fue para estar más tiempo contigo a solas, sin que ellos estuvieran cerca y lo del viaje de negocios no fue del todo mentira, si fui a Las Vegas fue porque sabía que irías con rugguero, quería tenerte cerca y quería ver cómo era tu relación con él.
– Karol: ¿O sea que todo lo hiciste premeditado?, eres increíble y yo soy una tonta por seguir con esto dije molesta y cerré ventanita y la sesión del skape.
Sigo ??

Estas libre esta nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora