Príncipe de Lobos

Capítulo 14: Goku

Goku se despertó temprano y decidió ir a correr, correr siempre le ayudaba a despejar su mente. Se levantó, se resistió a la tentación de llegar a su Luna, pensando que probable aún dormía, y se puso unos pantalones cortos de entrenamiento. Se decidió por una camisa a sabiendas de que no lo acompañaría el tiempo. Se cepilló los dientes y bajó a la cocina. Brian y Sara estaban dormidos por lo que intentó hacer el menor ruido posible que era fácil para él siendo un hombre lobo y todo. Sacó un plátano y casi se lo comió todo y se sirvió un vaso de jugo de naranja. Enjuagó el vaso y lo puso en la lavadora de platos y luego tomó el teléfono que había dejado sobre la mesa, lo puso en el bolsillo, y salió por la puerta principal. Porque él era un Canis Lupus podía correr distancias muy largas, incluso en su forma humana y no se cansaba. Él no tenía que trabajar para mantener su físico musculoso, era sólo la forma en que fue construido un Canis Lupus, algunos más delgados que los otros, pero todos muy musculosos. Miró a la ventana de Milk cediendo a su deseo, él se acercó a su mente brevemente. Él decidió que si ella estaba pensando algo que él no quería oír, él se retiraría rápidamente. Así era, ella todavía dormía y sus pensamientos se dispersaron. Siguió viendo su cara y luego otra cara masculina que asumió era la de Trent que había estado saliendo con anterioridad. Ella no parecía estar interesada en él nunca más, pero era obvio que la había herido. A Goku y a su lobo no le gustaba eso. Él se apartó de sus pensamientos y empezó a subir por la calle. Tuvo que contenerse para no correr a toda velocidad, porque era mucho, mucho más rápido que un ser humano, pero el lobo quería correr, quería cazar. Goku empujó hacia abajo el impulso y lo acomodó en un trote rápido y agradable. Lo encontró en su mente la noche anterior, cuando el coche había conducido despacio por la casa de Milk. Vio a dos hombres, uno de los cuales habían sido el vendedor en el concesionario que había ido ese mismo día, así que sabía que tenía algo que ver con Grey. Todavía no sabía lo que quería de Milk, pero por lo que su padre le podía decir, querían a Goku fuera de su territorio. Hasta el momento el Alfa no había dado la orden para que se fuera Goku. El problema es que una vez que su Alfa le diera la orden de dejarla iba a tener que convencer a Milk y su madre de ir con él, no había manera de que él saliera de aquí sin protegerlas. A medida que continuaba corriendo, los pensamientos de Goku iban hacia atrás y adelante, pensando en Milk y su cita de esta noche, pensando en el empaque local que no sabía que existía. Cuando finalmente volvió a la casa de Los Henry, había estado fuera por más de dos horas. Pasó por la puerta de enfrente y se paseó por allí hasta que vio a Sara que bajaba por las escaleras en pantalones cortos y camisa de entrenamiento y el pelo recogido en una coleta.

—Vamos a salir a correr por algunos senderos en el parque en la ciudad, si quieres venir te invitamos, pero parece que ya has estado fuera de casa -dijo Sara-.

—Gracias por la invitación, pero creo que ya hice demasiado ejercicio por hoy. Quería consultarte algo y asegurarme de que estaba bien. Le pregunté a Milk si quería tener una cita conmigo esta noche, así que voy a estar fuera, ¿eso será problema? -preguntó Goku-.

—No hay problema en absoluto. Milk es una chica muy amable y todos la queremos, no creo que tenga que decirte que la cuides, que pareces tener modales impecables. ¿Tienes un casco de moto para ella o pedirás prestado el coche? -ofreció Sara-.

—Eso es muy generoso, pero me compré dos cascos cuando compré mi moto.

Una vez se fueron de la casa, Goku se dio una ducha, se sentó a llamar a su padre de nuevo y ver si podían llegar a algún tipo de plan. El teléfono sonó una vez y la voz de su padre estaba en el otro extremo.

—*¿Da?* (¿Si?) -dijo-.

—Soy yo -le dijo Goku-. —Necesito saber lo que quieres que haga. ¿Tengo que solicitar una reunión con el Alfa y descubrir qué le llamó la atención?