Capítulo 13: Milk

1K 96 4
                                    

Milk se quedó en el porche mirando como Goku se retiraba a la casa de Los Henry. Quería volver a llamarlo, no quería pasar un segundo sin él. —Obtén control sobre ti misma mujer -se dijo-. Tomó unas cuantas respiraciones profundas tratando de despejar su mente y cuando lo hizo se dio cuenta el sutil aroma de maderas y especias. Qué extraño, pero el olor la llamaba, la consoló, al igual que ella podría envolverse en una manta del mismo.

Ella echó un último vistazo a la casa de Los Henry y volvió a entrar.

—Mamá, -ella gritó- estoy de vuelta adentro.

—Bueno, las chicas tomaron un poco de brownies arriba. ¿Te encuentras bien, necesitas hablar sobre algo? -su mamá le preguntó-.

—No, estoy bien -le dijo Milk-. —Oh, hay una cosa. Goku me invitó a salir en una cita para mañana por la noche. ¿Está bien?

Lily miró a su hija, tratando de decidir si pensaba que era una buena idea que su hija esté con él, después de todo ella sabía qué y quien era Goku, pero nadie sabía que ella sabía. A pesar de que estaba empezando a pensar que Goku podría sospechar algo.

—Sí, está bien. ¿Ustedes dos saben lo que van a hacer?

—Todavía no -respondió Milk, luego subió a darle las últimas noticias a sus dos socias del crimen-.

Milk abrió la puerta de la habitación para encontrar a Bulma y Pan tendidas en el suelo de su dormitorio felices comiendo los brownies que Sara había traído.

—Así que, ¿confesó su amor eterno por ti y te pidió salir corriendo a su castillo en Rumanía? -preguntó Pan en una voz melancólica-.

—Oh, Dios mío, -dijo Milk sarcásticamente- ¿cómo lo sabes?

—Estoy bien así, ya sabes con el conocimiento del futuro y lo que no -respondió Pan-.

—Sí, sí, eres una gitana de verdad -le dijo Bulma-.

—Entonces, tenemos que vencerte o vas a confesar de buena gana, porque tú sabes que yo estoy en la tortura, así es como soy -dijo Bulma sonando absolutamente segura de sí misma-.

—Bueno, él me dijo que tenía cosas de que hablar, pero que él no creía que esta noche era la noche para hacerlo, y que quería hablar con su padre en primer lugar, todo lo que eso significa. Entonces él me invitó a salir en una cita y luego se inclinó hacia mí... -explicó Milk, pero Bulma interrumpió-.

—¿Él te besó? ¿Fue bueno, eran sus labios suaves, estaban sus labios cerrados o estaban entreabiertos como si él quisiera luchar con...? -Bulma preguntó con rapidez, sin ni siquiera respirar-.

—Un paso atrás Don Juan, ni siquiera termines esa frase, déjame terminar -regañó Milk-.

—Bueno, si no te besó entonces, miénteme para que yo pueda vivir a través de tu vida amorosa imaginaria -dijo Bulma con mala cara-.

Milk ignoró ese comentario y continuó con su relato: —Entonces, se apoyó en la cerca y al principio pensé que iba a darme un beso, pero luego la cabeza se fue ligeramente a la derecha y su boca estaba justo al lado de mi oído y él sopló en mi cuello.

—¿Por qué hacer eso? -preguntó Pan-.

—Lo sé ¿verdad? No sé. Sé que casi le agarro por la camisa y le doy un beso yo misma. Él debe haber bloqueado su mente de la mía porque no recogí nada.

—Perverso -dijo Bulma pensativa-.

—¿Has dicho "" a salir en una cita con él? -preguntó a Pan a Milk-.

Príncipe de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora