El invierno llegó y con el las malas noticias, y es que habían pactado llevarse a Enzo a principios de verano.
Mis suplicas no sirvieron de nada. Y por lo visto una vez comprado yo ya no lo podía comprar (y aunque pudiera, no podría económicamente).
Y así fue como todas las mañanas me fui con el y aprendí a aprovecharlo al máximo. Le daba mas galletas y hacíamos mas juegos y yo lo único que quería era no perderlo.
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No mires al rojo
Historia CortaElla trabaja en un sitio muy peculiar y se ha encariñado de algo de lo que no se debería encariñar... Esta historia puede desencadenar polémica, si vas a comentar algo, hazlo desde el respeto y poniéndote el la piel de otro. Gracias