Si, todo se lleno de silencio, y si, lo llamé.
Y si, lo llamé, con todas mis fuerzas, lo llamé, con la simpleza de mi voz, intentando que recordara y me reconociera.
Y si, vino corriendo hacia mi, pero se le veía la rabia en sus ojos y el ansia de venganza y ahí supe, que no era el.
Y como no era el, no paró, y me clavo su cuerno derecho en mi estomago.
Sabía que estaba arrepentido, que iba a llorar.
Y lo ultimo que sentí antes de morir, fue como me lamió la cara con cariño.
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No mires al rojo
Historia CortaElla trabaja en un sitio muy peculiar y se ha encariñado de algo de lo que no se debería encariñar... Esta historia puede desencadenar polémica, si vas a comentar algo, hazlo desde el respeto y poniéndote el la piel de otro. Gracias