UNA NUEVA HOJA EN BLANCO.

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Aquella madrugada en que salí del trabajo me esperaba casi cualquier cosa, menos encontrar a Hyuk llorando en la puerta de mi apartamento. Estaba tan cansado mental y físicamente, haber firmado un contrato de casi remodelación absoluta con el centro comercial no era nada sencillo, sobre todo si se planeaba cambiar el techado principal por vitrales geométricos en los que cabían cero fallas. Pilares nuevos, una decoración nueva, sofisticada pero agradable a simple vista. Estaba tan cansado que quería llegar a dormir y caer inconsciente por días. "Hongbin, buenas noches ¿novedades del trabajo de hoy?" fue el mensaje que me mandó el señor Bo, mi jefe en Taebaek, de quien me había vuelto sus ojos y oídos. Estaba algo arrepentido algunas veces, pero tan solo recordar todo lo que él había hecho por mí... No, no podía mantenerme débil.

Pensé en responderle el mensaje de texto, pero Hyuk cambió todo aquella noche...

-... Adelante, Hyukkie. –Mencioné lo más tranquilo posible, buscando ocultar mi corazón que se me estaba saliendo a golpes. Ambos, sin muchos ánimos, dejamos el calzado frente a la puerta y cuando observé bien dónde vivía no supe qué hacer. Era un apartamento tan pequeño, que siquiera había divisiones entre las paredes. A la derecha contra la pared estaba mi sofá-cama, frente a la misma una mesa pequeña con apenas tres sillas; en la pared contraria, un intento básico de cocina, apenas una parrilla eléctrica, un microondas, el lavabo y una nevera individual para nada ostentosa. -¿Quieres...?... ¿Agua?

-No. –Por un instante sentí que la historia se repetía, ver a Hyuk con los ojos quebradizos, callado, y su rostro de berrinche... ¿Cómo era posible que todo se arruinara, una vez más, antes de iniciar?

-... Puedes sentarte, si gustas.

No obtuve respuesta, solo lo vi tomar asiento a uno de los lados del sofá, evitando mirarme, o como si no supiera que yo estaba ahí. Esa sensación del remolino brusco de agua hecho nudo en la garganta, me apareció de pronto, fue duro pasar saliva así como sentarme al otro extremo del sofá y voltear a verlo.

El silencio de la madrugada nos hizo escuchar nuestras miradas, que hablaban por sí solas, supe que Hyuk había leído la carta después de que, al paso de los segundos, sus ojos se volvieran más brillantes, rojizos y soltaran lágrimas pesadas. ¿Qué podía decirle? ¿Qué podía hacer? Me acerqué despacio, no vi ningún tipo de reacción positiva o negativa de su parte, y me acerqué un poco más, solo un poco, casi nada... Un poquito más... Tomé el atrevimiento de sostener una de sus manos, él todavía parecía una estatua llorosa y silenciosa, sin reacción alguna y cuando pude estrechar nuestras manos, me relajé un poco, bajar mi carga de tensión y adrenalina, me recargué por completo en el sofá... Sentí felicidad por un instante, el momento en el que cerré los ojos y apoyé mi cabeza en uno de sus hombros.

-... ¿Hongbin?... Hongbin... Oye... ¿Me escuchas?... Hongbin~. –Su voz era suave, y a pesar de escucharlo no podía abrir los ojos, ni siquiera con mi mayor esfuerzo, era como si alguien les hubiera puesto pegamento. -Hongbin... Tu teléfono... –Increíblemente, había reaccionado más fácil y rápido a esas palabras, que el simple hecho de razonar que era Sanghyuk quien me hablaba. Al tomar el móvil y apagar la alarma razoné que había amanecido, que me había quedado dormido y que él seguía ahí, mirándome con fatiga y confundido.

-... Buenos días.

-Buenos.

-... Yo... Lo siento... Ah... No me di cuenta... De... Mh... No supe en qué momento me quedé dormido.

-Estabas cansado... Es normal. –Un silencio incómodo nos dejó mudos, haciendo que nos miráramos y al mismo tiempo fingíamos no hacerlo. ¿Qué podía decirle ahora que lo tenía así de cerca? La oportunidad ya estaba ahí, solo era cuestión de abrir la boca. -¿En verdad despiertas a esta hora? Es decir, son las cinco y media de la mañana... Apenas has dormido algo.

INSIDE (InOut Segunda Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora