INSIDE (InOut Segunda Temporada)

COME BACK HOME (Parte 2)

Buenas tardes hermosas Starlights bebésh~ ♥ quiero disculparme por mi extensa ausencia y dejarlas en suspenso, en verdad, mil disculpas, tuve muchos asuntos en casa pendientes, muchas, tantas, que no terminaré de explicar aquí, pero en fin, vayamos a lo importante: HE REGRESADO, Y EL HYUKBIN TAMBIÉN ♥ :3

--------------------------------------------------------------------------------------

-Con permiso... Adiós Hyukkie, nos vemos a la cena~.

Pude escuchar la gentileza con que su hermana se despidió de mí y a pesar de esforzarme por despedirla, mis ojos no lograban apartarse de él; su cabello estaba decolorado en un rubio sumamente pálido, traía un pantalón de vestir negro, una playera cualquiera, alguna pulsera, algún collar en su cuello y unos ojos que no parpadeaban.

-... ¿Hyuk? –Pregunté atónito, observando cómo se acercaba a paso lento hasta mí, haciendo que mis latidos fueran lentos y pesados, su mirada me recorrió de pies a cabeza y cuando lo tuve tan de cerca que pude apreciar el color de su collar plateado con dije de luna, tan solo estiró su brazo, cerrando el portón apropiadamente. "Qué desastre de cabello" fue lo único que le escuché murmurar entre dientes, como si sufriera de un problema del habla que le prohibiera abrir por completo la boca, dio media vuelta y sin más regresó a su casa, dejándome ahí parado, sin voz, sin pensamiento alguno, incluso podría asegurar que hasta mis latidos se habían detenido.

No pude reaccionar con propiedad, más bien no había reaccionado en absoluto, volviéndome como la piel muerta de las serpientes al mudar: una capa grotesca, invisible e inservible que se haría polvo con el paso del tiempo. Una náusea se amontonaba en el centro de mi garganta, haciéndome retroceder un paso, y luego otro... Además de otro, hasta empezar a retirarme de ese lugar cobijado en confusión, pues no comprendía el modo en que él había hablado, su lenguaje corporal... Sobre todo la avalancha de nieve y lava que me embistió hasta dejarme tirado en las profundidades del mar, donde me sumergía hasta ahogarme en esa agua salada que me empapaba el rostro deformado por la frustración.

Lo había... ¿Perdido?

¿Había dado todo, literalmente todo de mi vida, por nada?

El pecho me volvía a convulsionar, agitado, con un hipeo que me hacía temblar en general. Estaba sentado en una banca de alguna parte que no supe si era un parque, el centro comercial, la parada de los autobuses o alguna propiedad privada, solo había caminado hasta encontrar un lugar dónde sentarme y poder estar a solas, poder perder la cordura a gusto, abrazándome en necesidad de los brazos de mi madre. En ese momento sentí lo que era morir en vida, algo así como el momento en que me volví un fantasma para mi padre, quien seguramente seguía sin notar que me había mudado; estarse pudriendo en una banca era algo tan común y normal como cualquier cosa cotidiana, como quemarse la lengua con el café hirviendo, como pisar por accidente una tachuela con el pie descalzo, pudrirse vivo era algo similar a ducharse con el agua enmohecida de una pileta abandonada, romperte la uña del meñique, una fiebre tan fuerte que hace palpitar los párpados y el contorno de los ojos como si se fueran a derretir... Era tan común como esas sensaciones, multiplicadas por diez mil, cayendo de golpe sobre tu cuerpo sin darte oportunidad de salvarte.

-... ¿Te encuentras bien, Hongbin? -Me preguntó mi compañero de trabajo y futuro jefe en cuanto llegué al hotel y caminaba por el pasillo de mi piso hacia mi habitación, aquél mismo compañero con quien había pasado parte de la noche anterior trabajando arduamente.

-Si, no... Lo siento, me siento mareado. Voy a descansar un momento, perdón.

-Sí, eh... Recuerda que el almuerzo...