Dedicado a: BlackCapricornio01
—Papá.—Esa voz se me hace conocida.
Me giro y el niño si es que se le puede llamar de esa manera, está mirándome, tal vez una mirada de odio o decepción es la que se asoma entre sus grandes ojos cafés.
—Saluda a tu tío. —Le ordena al niño, crío o como sea.
—Hola. —Extiende su mano derecha.Mierda me suda hasta la raja del culo.
—Joven. —Aprieto su mano mostrando algo de seguridad en cada sílaba.
—Vamos a ir sin rodeos. —Mi cuñado habla, cortante y tan pedante como siempre.
—Sí. —No tengo idea porqué tanto misterio y suspenso. ¿Acaso mi hija es una super estrella o algo? ¿Cómo es que medio mundo sabe quien es ella? —Pienso y aparento seguridad de sí
—Ya sé la verdad de todo, de absolutamente todo. —Hace una pausa y traga saliva. Ya sé porqué y como mi hermana murió, ya sé que maltratabas a mi sobrina y también sé que fue violada y que aún estrechas la mano con la persona que le hizo esto.—Los nudillos de sus manos se tornan blancos mientras habla.
Que alguien me saque de este agujero negro, por favor.
—Cuñado. —Su mano impacta fuertemente con el la mesa de cristal.
—¡No me llames así!—Se pone en pie, su voz en gruesa y dominante.
—Eso no fue lo que sucedió. —Escarbo en mi mente buscando alguna solución pronta.
—¿Qué sucedió?. —Sus ojos están tan grandes como platos. ¿Mi hermana al saber que tu la engañabas se envenenó?, ¿Mi sobrina siempre se caía de la cama, por eso sus brazos estaban morados o su rostro lucía hinchado cada dos días?, ¿Ella se le insinuó al maldito y luego desistió sobre lo que decía? ¿Vas a decir que las cosas fueron así?
Su rostro está a la par con un tomate maduro.
—No, cuña-, disculpa Freddy. —Ella le contó todo, hablo para mis adentros. Las cosas fueron como tu dijiste, estaba cegado, tanto que maltrataba a mi hija y dejé que la violaran en mis narices, luego estuve de nuevo en su contra, todo fue como lo dijiste—Bajo la mirada. Pagaré por ello. —Musito por lo bajo.
—¿Pagarás?. —Una irónica sonrisa la siguiente en aparecer. —La única persona que podía hacerte pagar se está muriendo y eso gracias a los golpes continuos que le propinabas.
¿Por mi culpa?
—Creí que estaba enferma. —Mis ojos están enlagunados.
—Sí, tu hija tiene un tumor cerebral, y a este paso ya no hay nada que se pueda hacer. —Hay rabia y dolor en sus palabras.
—No estarás creyendo que ahora eso también será mi culpa. —Refuto.
—No, no no lo es. —Su labios se curvan hacía un costado. Sólo le propinaste tantos golpes en su rostro y su cabeza que ahora tiene un tumor celebrar.
No respondo a sus palabras.
—Llévame donde mi hija.—Afirmo con la poca fuerza que me queda.
—Claro. —Responde seco.
Tomamos el ascensor y un perturbante silencio nos acompañó como un pasajero más en el reducido lugar.
Llegamos hasta una puerta adornada con flores y velas de todos los colores, habían algunas cartas y unas cuantas frases. Al abrir esta emanaba un exquisito olor a fresas y arándanos frescos, más adentro encuentro a una chica entubada por cada orificio de su rostro, es mi hija.
—Hija. —Mi voz entrecortada y casi inaudible.
—Hija, no sé como se hacen estas cosas y sé que estás escuchando o al menos espero que hagas eso. —Trato de estar lo más calmado posible.
—Mi amor..—Suspiro y tomo su mano. Con tu madre, cuando supimos de ti, de que ibas a nacer, fue un momento lleno de alegría, no había duda alguna. Decidimos esperar a que nacieras para que nos sorprendieras y cuando te pusieron en mis brazos nada valió más que ese instante, no sé si había tenido un primer amor antes, pero de seguro que en ese momento lo tuve, desde ahí te convertiste en mi todo, te amé desde el momento en que tu madre me dijo que estaba embarazada. A medida que ibas creciendo siempre te veía tan frágil, tan niña, tan tú, con tus mejillas rosadas por tanto reír, con tus pasitos cortos, te fuiste metiendo en mi corazón y fuiste tomando todo de mi, mi pequeña.—Finalizo mientras más lágrimas adornan este día.
Hago una pausa en mis palabras y la observo. Su cabello está húmedo y su rostro limpio, sus ojos están cerrados y una lágrima brota de su ojo derecho.
—Hija, perdóname. —Limpio su rostro y beso su frente. No sé en qué momento dejé que personas extrañas ocuparan tu espacio, perdóname por fallarte. —Sueno mi nariz hacía adentro. Cielo, te pido que algún día puedas sentirte orgullosa de tu papá, no de este que ves ahora, no de este que te ha maltratado tanto y te tiene en esta situación, de un papá que te escuche, te entienda y te valore. Gracias por estar conmigo siempre en cada momento, gracias por traer mis Sandalias, los jugos, los besos y los abrazos y los incontables "¿cómo te fue papi?" que me diste durante años, por lo que se me olvida, mi cielo, gracias.Vamos a luchar con esta enfermedad, por favor resiste un poco más, sé fuerte, vive por ti, por favor cielo.
Un nudo se me hace en la garganta.
—Te amo An... —Un fuerte pitido suena de una de las maquinas e ingresan los enfermeros apresurados.
—¡Angeline! ¡Angeline! hija, hija, responde. —Me levanto y le hablo lo más fuerte que puedo.
—Señor, por favor quédese afuera. —Me ordena un joven a lo que decido no hacer caso.
—1,2 ¡Despegue!. —Mi hija se eleva un poco.
—Nada, doctora. —Dice un joven mirando una pantalla.
—Quítese. — Exclama Freddy mientras revisa las pupilas de mi hija con una pequeña linterna.
—Doctora, ¡qué se retire!. —Dice exaltado mientras ella casi lo desaparece con la mirada pero hace lo que él le pide.
—1,2 ¡Despegue!. —Observa la maquina y no hay respuesta por parte de mi hija. Estoy al borde.
—No responde. —El enfermero confirma lo evidente.
—A un lado. —Dice Freddy mientras se pone encima de mi hija. — 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10. —Presiona su pecho mientras cuenta.
Repite el proceso.
—Hora de la muerte. —La doctora mira el reloj.
No hija, no te me vayas.
Estoy en shock, mi pequeña..la maté.
—Hora de la muerte. —Un enfermero se acerca a Freddy y este le golpea.
—Papá, ya, detente. —Él se acerca a su padre con lágrimas en los ojos. —Papá.
—Angeline. —Gotas de sudor de Freddy caen al cuerpo de mi hija.
—No, no..—Me acerco a su cuerpo.Casi no puedo caminar, beso sus mejillas y su frente. Angeline por favor regresa, no me dejes. —Le digo muy cerca a su oído, mientras mis lágrimas caen por la punta de mi nariz.
Amor siempre estarás en mi corazón, te amo.
—Hora de la muerte, 5:48 pm, día 22 de junio, año 2014. —Mi sobrino es ahora quien da el doloroso dictamen. Cierra sus ojos y se inclina frente a su camilla.
¿Dijo 22 de junio?
—¡Hija! —Un gran golpe en mi corazón y dolor inmenso en mi pecho me prepara para la etapa más dolorosa de mi vida. Feliz cumpleaños. —Digo levantándola y besando su frente.—Dios te bendiga en tu día, mi princesa.
Fin.
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12 Cartas a papá. |Terminada|
Short StorySí papá, hasta que cumplí 16 quería una vida como el matrimonio que tú y mamá llevaban, pero luego me enteré que todo era basado en mentiras y espejismos, ahora papá, sólo quiero vivir mi vida y ver lo que me depara cada día. 12 cartas a papá...