Las cartas inesperadas

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Harry y Ginny volverían a la madriguera pues ya era tarde y la señora Weasley los regañaría si llegaban más tarde.
Entraron a la casa, Ginny subió por las escaleras a su habitación al igual que Harry solo que este último fue a la habitación de Ron.
Cuando Harry llego pensó que Ron estaría dormido pero se llevó un pequeño susto...
-¿Dónde estabas y por qué vienes tan arreglado?.- Dijo más bien grito el pelirrojo
-¡Por un demonio! Cállate Ron, ¿quieres matarme de un susto?.- Se quejo Harry
-Solo quería saber dónde estabas.- se encogió de hombros
-Estaba con Ginny, me preparo una sorpresa.- Sonrió
-¿Qué tipo de sorpresa?.- pregunto el pelirrojo con miedo en la respuesta
-No es de lo que estás pensando.- Se apresuró Harry tras ver la mirada del otro.- Me preparo una cena y estuvimos viendo las estrellas, por eso es que llegamos tarde, aunque no nos alejamos mucho
-Más te vale Potter.- Dijo
-Oh por Merlin Ron, algún día pasará.-
Ron le aventó una almohada
-Mejor me voy a dormir antes de matarte y que Ginny me mate a mi.-
Harry solo se rio y negó con la cabeza, Ron era un caso perdido.

A la mañana siguiente Ginny entro al dormitorio de Ron dispuesta a despertar a su hermano y a su novio, pero un poco diferente a la última vez.
-RON WEASLEY DESPIERTA EN ESTE MISMO INSTANTE.- Gritó Ginny para luego tirarle un balde de agua.
-AH mierda Ginny ¿qué te traes ahora?.- Dijo frustrado.
-Anoche escuche cuando gritaste. No tienes porque andar amenazando a Harry ni a interrogarlo, lo que hagamos es nuestro asunto
-Si Harry no se queja, ¿por qué tú si?.- Interrogó
-Será porque este idiota es tu mejor amigo y no quiere perder tu amistad, ¿tal vez?.- Dijo irónicamente
-Acabas de llamarme idiota.- Dijo Harry fingiendo estar enojado.
-Perdón amor, sabes que te amo.- Dijo Ginny acercándose para darle un beso.
Se separaron por una tos bastante fingida por parte de Ron
Ginny lo miró mal y dijo
-Apúrense que mamá ya casi termina el desayuno.-
Harry se quedo pensando y decidió que hoy llevaría a Ginny a dar un paseo, pues tenía ganas de pasear.

Decidieron apurarse antes de que la menor de los Weasley volviera y los llevara de las orejas tal como lo haría la señora Weasley.
Estaban todos desayunando a excepción de Percy y el señor Weasley que ya había partido al ministerio, cuando llegaron 2 lechuzas, una del profeta y la otra de Hogwarts.
Ron se levanto para quitar las cartas y se sorprendió al notar que había una para cada uno.
-Que raro.- Dijo.- hay una para Ginny, una para Hermione, otra para Harry y otra para mí.
-¿En serio?.- interrogó el azabache, tomando su carta.
Ginny sonrió pues podía ser que Harry tuviera que cursar su séptimo año y estaría con ella, no se volverían a separar.
-Si, dice que debemos cursar séptimo si así lo deseamos, ya que el año quedó inconcluso y en nuestro caso no lo cursamos.- Dijo Hermione leyendo su carta.
-Que emocionante.- hablo Ginny.- Cursaremos séptimo año juntos.- sonrió de oreja a oreja
-Yo pensé que no volveríamos.- Dijo Ron con un bufido
La señora Weasley iba a regañarlo pero alguien se le adelantó
-¿Cómo puedes pensar eso? Ronald.- dijo Hermione.- Tienes que estar preparado y más si quieres ser auror.
La señora Weasley sonrío complacida con su futura nuera.
-Bueno, ya que tienen que volver, deberían ir al callejón Diagon.- Dijo la señora Weasley.- Iran después de almorzar.- Les dijo sin esperar réplicas, Ron bufó y la señora Weasley le mando una mirada de advertencia y se encogió de hombros.

Harry Y Ginny Después De HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora