Hasta Las Estrellas [Resubiendo]

Noche II

Ahí estaba Evan, esperándola.

Sin falta a las nueve en punto, Sabrina se bajada del auto para volver al prado y ver las estrellas.

Quisiera estar junto a ella, pensaba Evan.

A él no le parecía lógico cómo una persona podía lograr aquella toda calma con tan solo verla. Parecía un ángel que hacía que se tranquilizara.

Lo ayudaba a pensar en algo más que en sus problemas con su padre. Fue la razón por la cual su hermana huyó de casa. No había noches que no tuviera pesadillas por todos los abusos de todos esos años. Despertaba sudando, su pecho subiendo y bajando a una velocidad increíble. Su mente viajaba a esos días siempre con tanta regularidad; pero al ver a Sabrina, podía olvidar todo, hacerlo sentir en paz.

Ella cumplía 18 años. Ese día era su cumpleaños. Evan lo averiguó por su madre, a quien vio comprar gestos para su hija, diciéndole a cada persona que su princesa, cumplía 18 años ese mismo día. Incluso se lo había dicho a él mismo.

Evan sonrió cuando se lo dijo y horas más tarde, estaba comprando una caja de chocolates que ahora yacía en el césped. Era lo que se podía permitir y no parecía suficiente, pero todas sus inseguridades se fueron cuando la chica de cabellos oscuros vio la caja con su nombre y una carita feliz, y una sonrisa se extendió en su rostro.

Miró hacía los lados buscando al dueño del gesto que hizo que su corazón se erizara un momento del miedo y la emoción. Ella estaba bastante segura de que nadie, aparte de sus padres, la quería o siquiera la conocía.

Se sentó en el pasto para tomar la cajita entre sus manos y leer la nota adherida en ella: Gracias por hacerme feliz. Gracias por existir un año más.

Y quizás por primera vez en su vida, sintió que su vida valía de algo. Tomó algunos chocolates para comerlos y con uno en su boca, empezó a escribir.

No es necesario ni un diamante, ni Saturno. No es necesario todo el amor del mundo cuando el amor se puede expresar en un gesto. Sea pequeño, sea grande, siempre será dulce.

Porque quizás, ese gesto la había hecho muy feliz en mucho tiempo.