ErLu VII

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Dos meses.

El vientre de Erza ya estaba siendo más notorio, todos en el gremio estaban felices al ver que todo con la pareja iba de maravilla. Lo único que a todos les preocupaba era que Jellal seguía llegando al gremio y cada vez que tenía la oportunidad de encontrar a Erza sin la compañía de Lucy, se acercaba a la pelirroja.

Mirajane no era ninguna tonta y sabía que era lo que el chico estaba buscando hacer. Una Erza embarazada, con las hormonas alborotadas era una presa fácil ante los rumores. Solo esperaba que Erza no fuera a caer en eso estúpido juego.

Las puertas del gremio se abrieron dejando ver a la princesa Hisui y a Yukino juntas. Nadie entendía nada, pero al ver la sonrisa en el rostro de Lucy todos se relajaron. Querían saber qué era lo que la princesa y la ex miembro de Sabertooth hacían en el gremio, no era que les molestara, pero tenían curiosidad de saber.

—Chicas. —Dijo Lucy con entusiasmo, todos notaron la felicidad de Lucy para luego ver como una sonrisa se plasmaba en el rostro de Erza.

—Hola. —Saludo Hisui en general, todos saludaron de regreso. Yukino también saludo a todos en el gremio para luego concentrarse en la maga estelar frente a ella.

—¿Qué las trae por aquí? —Pregunto Erza poniéndose al lado de Lucy.

—Queríamos hacer un anuncio. —Dijo Hisui.

—Princesa. —Dijo Makarov. —Es un placer tenerla por aquí.

—Es un placer visitarlos. —Respondió la princesa.

—Te dejamos hablar. —Dijo Lucy. —Qué quieres decirnos.

Lucy no era tonta y había visto como Yukino y Hisui entraron tomadas de las manos, se había dado cuenta de que algo pasaba entre las dos magas estelares cuando pasó todo lo de Eclipse. Erza estaba al lado de Lucy esperando a que Hisui por fin decidiera hablar.

—Yukino y yo no nos vamos a casar. —Dijo la peliverde sosteniendo la mano de la albina.

La alegría de Lucy no podía ocultar ante nada, ahora Hisui y Yukino se casarían y eso hacía que la rubia se sintiera feliz por sus amigas. Eso quería decir que a pesar de la naturaleza de Hisui, Yukino había podido ver más allá de lo que todos en el consejo mágico habían hecho tiempo atrás.

—Esto hay que festejarlo. —Dijo Makarov sonriéndole a las chicas. —Serán dos pájaros de un tiro. —todos en el gremio lo vieron confundido. —El compromiso de la princesa y Yukino, el embarazo de Erza.

Hisui dejó salir un jadeo ante eso y miró a Lucy con los ojos abiertos como platos.

—¿¡Por qué no me habías dicho!? —Se quejó la peliverde dándole un golpe a Lucy en el brazo.

—¡Eso dolió! —Se quejó Lucy haciendo pucheros.

—¡Ese era el punto! —Dijo Hisui haciendo pucheros también.

—Te lo iba a decir pronto pero no había podido salir. —Dijo Lucy cruzando los brazos sobre su pecho. —Pero ahora ya lo sabes.

Yukino y Erza solo se pusieron a reír ante las cosas que sus parejas hacían. Las dos Alfas sonrieron al ver que después de todo lo que habían pasado y todo lo que habían sufrido por su naturaleza la vida les estaba sonriendo. Porque a pesar de que Hisui era la princesa de Fiore su padre la había obligado a esconderse hasta que toda la masacre contra los lobos terminará. Esa no era una infancia que ninguna de ellas deseaba para nadie, con el miedo de no saber si las encontrarían y las matarían.

—¡Fiesta! —Gritó Natsu provocando que todos levantaran las manos y gritaran un sí al aire.

Yukino se acercó a Mirajane y Lisanna, no podía negar que su parecido con la menor de los Strauss era enorme. Mirajane le había dicho que la consideraba como una hermana.

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