The passionate Mr Nikiforov

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ADVERTENCIAS: Posible OCC o Errores de Ortografía. CAPITULO LARGO.No me hago responsables de sangrados nasales o algún paro cardiaco. Hay salseo del bueno 7v7

Al fic.

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Aun no sabía que sentir, hasta ahora había tratado de ignorar el asunto con el que estaba lidiando. Tal vez era porque me quitaba un peso de encima, pero en verdad no sabía cómo llamar este sentimiento.

Después de que Mila me presentara a todos, y le avisara al señor Nikiforov sobre la llegada del joven Plisetsky, me vi sediento de hambre. Desde que me desperté no había comido nada. Ni desayuno o almuerzo. Las tripas me dolían y me gruñían de manera feroz, era hasta vergonzoso que Mila tuviera que ser la que escuchara esto y de inmediato se disculpara porque no me ofreció antes algo de comer.

-Vamos, le pediré a Mickey que te haga algo delicioso, ¿no te opondrás a eso cierto? – Asentí avergonzado, tal vez ella ya sabía que era un poco reacio a tantas atenciones.

Nos dirigimos a la cocina y ella entro de primero, saliendo presurosa con una gran sonrisa.

-Buenas noticias, Mickey está preparando su especialidad – Me imagine lo que comería, y la boca se me lleno de saliva – Además, parece que el señor Viktor tampoco a almorzado ¡Tendrás tu oportunidad de comer con él en el comedor! – ¿Qué? ¿Con él?

No sabía cómo reaccionar, estaría con él a solas, comiendo un platillo que de seguro requeriría modales en la mesa. No sabría de qué hablar, tal vez hasta me mancharía el traje y él se reiría.

No, no quiero eso.

-¡Mila! – Baje la cabeza y junte mis manos en modo de súplica – Enséñame los modales básicos que se usan en la mesa, por favor – La pelirroja me vio confundida y después rio.

-Yuuri, no te preocupes por eso, él señor Viktor no es muy quisquilloso en ese aspecto – Pensé en que tenía razón pero los ojos se me aguaron de más al pensar que tal vez haría el ridículo, así que cuando ella me vio se crispo y volteo a ver a todos lados.

-¡Esta bien! ¡Está bien! – Acepto presurosa – Déjame preparar una mesa y comenzamos ¿Vale? De igual forma tenemos dos horas así que vamos – Esa noticia no me sentó tan bien cuando el estómago me rugió de nuevo, tenía demasiada hambre - Si quieres, entra a la cocina y pide un pastelito, de seguro te lo dan – Agrego Mila antes de desaparecer por un pasillo

Mire el mismo por un momento y después la puerta de la cocina ¿Solo era entrar y pedir un pastelillo no?

-Ni que fuera tan difici-

-¡Minami! ¡Deja de comerte las galletas! ¡No son tuyas idiota! – Sin embargo el alboroto de adentro me quito las agallas que había ganado. Creo que el ambiente de allá dentro estaba siendo muy brusco, tal vez era mejor aguantar el hambre. Solo un poco no me vendría mal.

Me fije, con los gritos relampaguear de la cocina, que estaba solo. Por fin solo en esa gran mansión. No me sentía muy a gusto, parecía que si daba algunos pasos me perdería, así de grande la veía yo y así de pequeño me sentía ahora.

Empero, no quería quedarme varado ahí, se supone que esperaría a Mila, pero al mismo tiempo quería probar si por si solo podía recorrer esta casa. Ella no estaría conmigo siempre, debería de aprenderme por lo menos donde era cada cosa. Era cierto que me guio por todo el lugar, pero solo en donde estaban las personas que tenía permitente conocer, así que de cierto modo no había conocido cada rincón del lugar...eso me daba escalofríos ahora que lo pensaba.

A Su Servicio My LordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora