Relajada y enamorada

25 4 12
                                    

La verdad es que el masaje me está relajando bastante, lo cual es de agradecer. Estos días he estado un poco tensa y estresada por los exámenes y los trabajos que se aproximan poco a poco. Ojalá hubiese ido a algún spa cuando estaba en 2º de bachillerato; durante esa época sí que estaba muy agobiada, aunque no solo por los estudios. Esa edad fue la peor sin duda alguna: problemas familiares, emocionales, académico... No obstante, el pasado es pasado y hay que vivir el presente que resulta ser más agradable y hermoso.

Noto como las manos de la señora me tocan la espalda con fuerza. Intento lo mejor que puedo en no soltar algún gemido, puesto que me está resultando bastante intenso y excitante. No obstante, debo de admitir que el masaje podría ser mejor si Jordi me lo estuviese dando; aunque, claro, seguro que mi piel se pondría de gallina al sentir sus manos acariciando delicadamente mi espalda... Y, en ese caso, no me vería capaz de retener algún que otro gemido. La verdad es que no lo he pensado mucho, pero ¿cómo será el sexo con Jordi? 

Tras varios minutos más de masaje, al final nos dirigimos hacia la cálida piscina del spa.

—Bueno, ¿te ha gustado el masaje? —pregunta Jordi con esa tierna sonrisa suya.

—Mucho, mucho. ¿Y a ti?

—Sí, no ha estado nada mal.

Ya llegados a la zona de la piscina, nos sumergimos poco a poco en ella. La temperatura es la ideal: ni muy caliente, ni muy fría, templada.

—¡El agua está perfecta! —añado tan contenta.

—Sí, está bien. Ahora intentemos no hacer ruido.

Mientras él se va a hacer unos largos, yo me quedo por mi zona e intento relajarme. Yo no hago largos, ya que me ahogo. Sé nadar, pero siempre me hundo cuando hago unos pocos largos. No sé muy bien a que se debe; no sé si es por mi peso, o porque me agobio mucho, o porque no tengo mucha resistencia. Espero que no sea por lo primero porque siempre me he sentido insegura con mi peso. Nunca he llegado a ser la más delgada de la clase, ni de broma, pero tampoco he llegado a tener sobrepeso. Por eso me dio un poco de vergüenza que me viese Jordi en bañador... No creo que luzca muy bien con este bañador la verdad, pero era lo único que tenía.

De repente, veo que Jordi para de hacer largos y se dirige hacia mi lentamente.

—Hola, mi amor —lo saludo con un beso.

— Hola, preciosa. ¡Muchas felicidades!

—Igualmente, cariño —respondo poniendo mis brazos sobre su cuello, al igual que se lo hacía a Miguel.

—Este mes contigo ha resultado ser de lo más maravilloso y perfecto.

—Lo sé, cielo.

—Gracias a ti me siento más feliz y menos estresado y preocupado. Me has levantado la autoestima y haces que mi corazón vuelva a latir de nuevo.

Ante ese inesperado comentario, no puedo evitar sonreír tan tontamente, o sea, tan enamorada, y opto por darle un beso en sus preciosos labios mojados. Esta tan guapo que le haría el amor ahora mismo. No me importaría en absoluto subirme a sus caderas y besarle sin parar y dejar que sus manos corran por mi cuerpo, mientras que yo le agarró del pelo y luego le sujeto el cuello mientras suelto gemidos ante el espléndido acto sexual que llevaríamos a cabo.

Sin embargo, Jordi de repente se aparta de mi y vuelve a hacerse unos largos. Creo que ya conoce mis intenciones; no sé si es porque en realidad es Edward Cullen y sabe leer la mente de los demás o si es por la manera tan intenta con la que le estaba besando. Sea como sea, pienso que Jordi ya lo sabe y ha decidido por no seguir ese camino, lo cual me provoca ciertas inseguridades. ¿Es que no soy suficientemente guapa para tener sexo con la persona que quiere? ¿Acaso estoy tan gorda que le doy asco? ¿Será porque aún me ve como una niña? ¡Si ya no soy virgen! ¡No tendría que preocuparse por eso! ¡Yo también sé hacerlo!  Aunque pensándolo bien, también puede ser porque Jordi crea que es aún pronto y que deberíamos esperar un poquito más para ver como sigue nuestra relación. Aun así, me encantaría acostarme con él. ¡Si es que está muy bueno! Y, encima, es tan buena persona, encantador, magnífico, perfecto... Sinceramente, creo que es la persona más especial que he conocido en toda mi vida.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora