Vacaciones de primavera

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¡Por fín! ¡Ya estamos de vacaciones de Semana Santa! Bueno, aquí las llaman spring break. Y aprovecho esta semana para llevar a Alex a Florida. Así disfrutaremos de la playa y desconectaremos, lo cual necesito. Sigo sin recuperarme del todo. Hablo tanto de la rodilla como de la ruptura con Esther. Estas semanas he sido muy duro con ella y no se lo merece en absoluto, pero no me queda otra opción, tenía y tengo que demostrar que soy una figura competente y que no me lío con cualquier estudiante. A ver, suena un poco raro, pero es verdad, yo no soy el típico profesor que se fija en todas las chicas que son guapas e inteligentes. El caso es que Esther es la excepción. La única excepción. Y me ha cambiado mi mundo. No quiero a nadie más que a ella, pero he de pasar página. Además es muy jovencita y tiene mucha vida por delante, empezando por una carrera universitaria que ni siquiera ha finalizado todavía. Es que no es factible una relación con ella ahora, se ponga como se ponga, o yo mismo. Tiene que vivir esos años de universidad; vivir la vida universitaria. Algún día me lo agradecerá el haberla dejado ir. Lo mismo hasta conoce a alguien mejor. No me gusta esa idea, pero es verdad. Lo mismo soy la persona que le ayuda a quererse a sí misma. A lo mejor somos de esos...

Pero, bueno, volviendo al presente, nos encontramos Alex y yo en el hotel Marvelous de Florida registrándonos. ¡Seguro que nos lo vamos a pasar genial! Seguro que desconectaremos. ¿Y si no...?

--Buenas, ¿cómo se llama?

--Hola, soy Jordi Maldonado y tenía una habitación reservada para cinco días.

--¡Ah sí! Aquí está su reserva, señor Maldonado. Para desayunar, tenemos una cafetería que abre a las 8:00 y finaliza a las 10:00. Si siguen todo recto, llegan a la piscina. Si quieren un guía turístico, mañana a primera hora  estará alguno por el hotel. Mientras tanto, aquí tienen folletos turísticos de lo que pueden hacer en Florida. Si tienen alguna duda, no tengan reparo en llamar al servicio. También ofrecemos servicio de habitaciones. En su habitación viene el menú. Aquí tienen el mando de la televisión y aquí su tarjeta. ¡Bienvenidos al hotel Marvelous!

--Muchas gracias. Vamos, Alex.

Para ser el típico hotel de Florida que aparece en las películas, me sorprende que tenga servicios de habitaciones. Es pequeñito pero acogedor y muy colorido: azul claro y rosa clarito. 

Nada más llegar a la habitación, aparece la más indicada: mi ex mujer. Llama a Alex y hablan un poco. Ahora se llevan un pelin mejor. Se enteró de la movida con Esther y del accidente y, aunque al principio se convirtió en mi bully número 1, luego se comportó y mostró mi afecto. La verdad es que ahora nos llevamos mejor Marta y yo después del divorcio. Suele pasar. Es que hay personas que están destinadas y otras que no.

--Bueno, ¿quieres que nos demos un chapuzón? --sugiero.

--¡Genial!

--Pues cojamos nuestras cosas y vayámonos a mojarnos un poco.

Después de prepararnos y salir del hotel, justo nada más salir del hotel, la veo. Es ella. ¡Debe de ser ella! Tiene el mismo pelo y el mismo tono de piel. ¡ES ELLA! ¡ES ESTHER! Y creo reconocer ese vestido que lo habré visto en algún momento. ¡ES ELLA! ¡JODER! ¡LA ESTOY VIENDO!

--¡ESTHER! --gritó.

Pero no se gira.

--¡ESTHER! ¡SOY YO!

De repente, la chica se gira, me mira y se ríe con su amiga. Está claro que no es ella, pero sí que se parecía... Era ella, debía de haber sido ella, tenía que haber sido ella...

--¿Papá? ¿Estás bien?

--Sí, sí, cariño. No te preocupes.

--No has superado lo de Esther, ¿verdad?

--No.

--Bueno, ya lo harás. Era una cría de casi mi edad. Te mereces a alguien más madura.

--Ella lo era. 

--Pues sí, pero no era ella la indicada. ¿Podemos seguir el viaje sin hablar de ella?

--Intentaré, cielo, lo intentaré.

--Gracias. Si quieres, te presento a algunas madres de amigas mías que se han quedado viudas o solteras.

--Muchas gracias, Alex, pero no es momento aún.

--Tampoco es que estuvierais mucho tiempo juntos.

--Alex, el tiempo no es proporcional al sentimiento. Eso tenlo siempre presente.

--Pues vale. Ahora a bañarnos. ¡Mira ahí podemos quedarnos!

Dejamos nuestras cosas y pasamos la tarde bañándonos. disfrutando y riéndonos, mientras me olvido de mi dolor y sufrimiento. El pasado es pasado y ya no puedo cambiar nada. La decisión está tomada y esta es mi vida. Hago yo lo que quiero con ella. Soy el dueño de mi destino.

NUESTRO PEQUEÑO SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora