Capítulo 7. Ene y Marco.

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Andrea se levantó del banco, sintiendo que su agradable conversación con Noa había llegado a su fin. Suspiró, apenada, aunque no se podía quejar. Ene e Ilena acababan de llegar.
-Un beso. -Dijo Ene a modo de saludo. Le dio dos besos a Andrea y comenzaron a hablar con soltura.
-Por lo que veo te has traído a tu novio. -Le dijo Andrea a Ene.
Ella sonrió.
-¿Y a quién te has traído tú? -Le hizo una mirada cómplice.
Andrea trató de no mirar a Noa.
-Más bien es amigo de Mier.
Ene se rió malvadamente.
-Yo no hablaba de amistad.
Ilena apareció entre ellas.
-¿Os vais a montar a...? -Se detuvo un momento para observar el rostro de Andrea, rojo como el carmín. -...algo más?
Ene alzó la vista, tanto que parecía que mirase más allá del espacio.
-Esa. -Y puso su dedo en la montaña rusa más temeraria de toda la feria.
-Bueno, había pensado en empezar por algo suave... -Dijo Ilena, señalando una singular atracción de agua y toboganes. No hacía falta ser un genio para saber que era para críos, pero ella se lo pasaba igual de bien.  
Ene tomó de la mano a su novio.
-Si no queréis nos subimos Marco y yo. -Se acercó a susurrar. -¿Alguna de sujeta velas?
-Gracias, pero estoy servida. -Comentó Andrea, señalando a Mier.
El novio de Ene las miró, asustado.
-Cuando os juntáis a hablar así me dais miedo.
Ene levantó una ceja.
-No es momento para bromas, Marco. ¡Es momento de...! Pagar la entrada... -Se pusieron a la cola, que parecía más larga que One Piece y Naruto juntos.
Nadie quiso subirse a aquella atracción a excepción de la segunda pareja del día. Andrea comenzaba a ponerse nerviosa. Cuando todo el mundo a su alrededor tenía novio menos ella, se sentía como si la estuviesen pisando el estómago con rabia y repitiéndole, por si no había quedado claro, toda la mala suerte que tenía.
Sacó el móvil para grabar a Ene en la atracción, y más tarde consiguió una foto de ellos dos, dados de la mano, y sin más comenzó a recordar.

Flashback.

Era una tarde de invierno, fría y gris. La rizos (*) estaba subida a un árbol de extraña forma, en el cual se había tumbado, presa del aburrimiento. Suspiró.
-¿Seguro que hemos quedado en este parque? ¡Ene no llega!
Andrea observó a su alrededor.
-Deberían llegar en seguida.
Marian se colocó la bufanda de Gryffindor alrededor de su pelo rosa.
-La veo, pero... ¿Quién es él?
Ilena se puso las gafas.
-Me suena.
Todas se quedaron mirando, como aves rapaces. Cuando Ene llegó, las saludó.
-Y bien, ¿este es? -Dijo La rizos, señalando al chico que estaba a su lado.
-¡Ah! -Exclamó Ene. -Lo cierto es que quería presentároslo. -Le señaló con un pulgar. -Él es Marco, es mi novio.
El chico se acercó.
-Encantado.
Sin duda todas quedaron alucinadas. Habían caído en la cuenta, ¡aquel era el chico con el que Ene se chocó aquel día en el cine! Era alto, moreno y tenía una melena corta y brillante que parecía haber salido de un anuncio de champú del caro. Su sonrisa era blanca y deslumbrante, tanto que parecía que brillase en la oscuridad.
-Oye, pues no está nada... -Comenzó a decir Marian, pero Ilena la detuvo con un golpe repentino en las costillas.
-Sí, eso, no está nada mal que nos haya presentado a su novio. -Terminó Ilena para cubrirla.

Fin del flashback.

Andrea dejó su móvil y se quedó observando la montaña. Notó una presencia a su lado.
-¿Noa? -Preguntó.
Al girarse se topó con una enorme masa de algodón de azúcar casi rozando su nariz.
-¡No soy Noa! -Ilena comenzó a reírse, mientras se asomaba detrás de la nube rosa. -Noa se fue hace un momento por allí. Estaba llamando por teléfono, parecía estar serio. ¿Hay una medusa en tu cerebro, impidiéndote pensar en otra cosa? ¿Será Busa?
Andrea se quedó mirando hacia donde señaló.
-¿Se ha ido solo?
Ilena asintió.
-Dijo que ahora volvía. Pero no te pases de stalker, se habrá ido al baño.
Andrea ignoró su comentario y se fue a buscarlo sin entender muy bien el por qué. ¿Era acaso aquello que en las pelis de policías llamaban... Una corazonada?

Continuará.

(*) Nota del autor: Recordemos, para no llegar a confusión, que Andrea tiene 4 amigas: La rizos, Ene, Marian e Ilena.

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