Capítulo 5. La casa del terror.

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Cuando la atracción se puso en marcha, los alaridos del niño de detrás se hicieron realmente intensos, tanto que Andrea tuvo ganas de lanzarlo hacia el agresivo señor calvo que la pegó antes con un paraguas.
Noa debió de notar su desagrado.
-No te preocupes, ya se callará.
Andrea asintió.
-Eso espero.
El vagón en el que estaban montados se metió en un oscuro túnel, en el cual no había ni un ápice de claridad. Andrea tensó todo su cuerpo. No es que tuviese miedo, pero...
-¡AAAAAAH! -Gritó al ver una figura a su lado. Era tan solo un muñeco.
"Mierda, espero que nadie piense que soy una miedica."
-¿Estás bien? -Preguntó Noa, a su lado. -¿Qué ha pasado? -Al parecer él no había visto el muñeco.
Andre se inventó una excusa.
-Ah, es que pensaba que se había borrado mi partida en Mystic Messenger... -Dijo, poco segura de que fuese convincente.
Noa se encogió de hombros y siguió observando a su alrededor.
-¿Qué es eso? -Dijo, señalando hacia delante.
El túnel estaba completamente a oscuras para Andrea.
-¿Qué dices? No hay nada. -Dijo, sintiéndose valiente de nuevo.
-Sí, había alguien.
Andrea se tensó. ¿Qué tipo de alguien? ¿Un pasajero perdido o un caminante de The Walking Dead? ¿Un inocente niño sin rumbo o un temerario asesino en serie? Las preguntas se agolpaban en la cabeza de Andrea.
Abrió los ojos con fuerza, como si así fuese a ver mejor. El vagón se paró, pero ninguno de los dos dijo nada. Andrea notó que algo se posaba en su hombro.
-Noa, no te pongas sentimental. -Dijo, sonriendo.
Él frunció el ceño.
-¿De qué hablas?
Andrea miró su hombro, y una luz, de pronto, alumbró al rostro desfigurado y ensangrentado de un hombre de tez pálida y ojos grisáceos, inyectados en sangre.
Andrea comenzó a gritar sin control a la par que el tren se ponía en marcha, pero una luz parpadeante revelaba que el hombre perseguía este sin cansancio.
Cuando el tren salió del túnel, la claridad abrasó sus ojos, así como el flash de la cámara de unos turistas.
La gente la observaba como si fuese de otro mundo. Ella se quedó mirando a su alrededor, pensando en lo que había pasado.
-Era... ¿parte de la atracción...?-Dijo Andrea.
Noa frunció el ceño.
-¿Estás bien?
Andrea se tiñó de rojo rubí.
-Sí. -Dijo, como si nada hubiese pasado.
Noa no se dio por vencido.
-Si no querías venir me podría haber quedado fuera, conti... -Una voz le interrumpió.
-¿Qué tal todo? -Dijo Mier.
Ilena corrió hacia Andrea.
-¡Nos hemos encontrado con Ene y su novio! -Dijo, ilusionada. -Estaban subidos a la atracción más alta.
Pero Andrea no hacía caso. Seguía en shock, aunque lo peor estaba por venir.

Continuará.

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