Londres,
Un exclusivo club gay erótico
Un dom atormentado
Sums sin esperanzas
Oscuridad. Amor. Sexo.
Bienvenidos a Enigma
Contenido gay
Contenido explícito
Mayores de 18 años
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-Tenemos nuevos chicos. Camareros, bailarines y acompañantes.
Louis se sentó junto a Harry y Scott, uno de sus mejores amigos.
Scott era estadounidense y Louis le había conocido durante su estancia por estudios allí. Todo era muy distinto en Estados Unidos. La oligarquía dom había sido derrocada hacía más de cincuenta años y aunque el sistema seguía diferenciando claramente a las personas según su clasificación genética, los sums gozaban de una relativa libertad y una serie de derechos e incluso una pequeña representación en el Senado.
Scott era el cónsul estadounidense en Inglaterra, pero en realidad habían transcurrido más de dos años desde la última vez que él y su esposa habían salido del país. Ella era también dom. Louis la conocía, era una mujer muy agradable y tan activista e incapaz de callarse como su esposo. Por eso ambos sabían que el gobierno inglés les denegaría la entrada de nuevo si salían y Scott nunca se callaba ante la realidad de lo que veía.
Su matrimonio había sido un acuerdo conveniente para que tanto él como su mujer, abogada de Harvard y directora general de la Comisión Europea de Derechos Humanos, pudiesen alcanzar un bues puesto político. Sus dos familias eran fuertes e importantes y el matrimonio homosexual era legal y tolerado por la sociedad en Estados Unidos pero no gustaba en los políticos. Amigos de la infancia, habían acordado eso para alcanzar juntos sus sueños.
Ella sabía que él no era heterosexual. La homosexualidad de Scott nunca había sido un secreto y en Enigma podía ser él mismo.
Louis le estaba mostrando el nuevo catálogo de bailarines dispuestos a sexo y las fichas del nuevo personal.
-Me gusta él -Scott le detuvo en la fotografía de uno los nuevos bailarines -quizás me interese conocerlo...
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-Debuta hoy. -Louis bebió un trago de café – esta noche abriremos con los números musicales eróticos y luego los chicos nuevos se incorporan...
-De hecho es hora de abrir -Harry miró su reloj.
Scott estaba revisando los camareros
- ¿Un número como camarero? Vaya, Louis... eso me hace sentir orgulloso de que seas mi amigo.
El chico rubio sonreía en la foto. Louis se inclinó.
-Fue un capricho de Harry aunque la verdad le hubiera contratado igual. Se veía con muchas ganas. Y la clasificación social me vale mierda.
-El rubio es mío -dijo Harry. Fue a hablar con los de seguridad para la apertura.
Era lunes así que el día se preveía tranquilo. Perfecto para que los nuevos chicos se aclimatasen. Los fines de semana aquello era una locura de billetes de mano en mano y gente divirtiéndose.
Louis, Scott y Harry estaban en una sala privada desde la cual se dominaba visualmente todo el club.
Louis era propietario de todo el edificio, y el club y sus dependencias lo ocupaban todo.
En la planta baja estaba la sala como tal. Con tres barras de bebidas, y tres tarimas grandes más otras dos plataformas elevadas más pequeñas para los bailarines.
El reservado desde donde Louis dirigía el club también estaba elevado. Era una sala de cristal, desde la cual se veía todo aunque desde fuera se veía con efecto espejo. Nadie podía ver el interior. Se subía y bajaba por unas escaleras de aluminio.
Tras unas puertas de acceso restringido estaban el comedor para trabajadores, una cocina, un almacén y la oficina donde entrevistaron a los aspirantes.
En la planta menos uno, a la que se accedía por unas escaleras ocultas tras una puerta de acceso restringido, estaban las habitaciones donde dormían los chicos con derecho a cama. Eran quince en ese momento , dieciséis con Niall. Nunca menos de doce pero nunca más de veinte, número total de cuartos. Tenían un baño compartido.
En el primer piso, estaban los cuartos para tener sexo con los clientes y la oficina donde se cerraban los tratos.
En el segundo piso estaba la vivienda de Louis. Ocupaba todo el piso y era un lujoso loft.
En el tercer piso había tres habitaciones de invitados. A veces lo usaban Harry o Scott si se divertían con alguno de los chicos o si se quedaban a dormir.
Louis vigilaba a la gente mientras entraba. Los camareros ya estaban en su puesto y se encendió la música.
-Mierda, ahí está otra vez ese puto Malik -dijo Louis.
Harry entró de nuevo en la sala.
-Siempre está tranquilo. Se pone con sus amigos y toma unas copas -dijo Harry.
-Su padre es el mayor traficante de Londres. No puede estar aquí por nada bueno.
Scott y Harry miraron al joven Malik. Tenía un aspecto poco intimidante y solo parecía un universitario buscando copas y buena música.
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