Enigma ||Narry||Zouis||AU||DOM SUM||

Capítulo 44: Asesinos

45 votos para actualizar ❤️

Scott entró en la sala y se sentó frente a Britt para desayunar.

Ella bajó el periódico estadounidense que estaba leyendo.

-Creo que me ofreceré como voluntaria para defender a los sums que están en prisión sin ningún tipo de garantía judicial...

-Britt -Scott le sujetó la mano.

-Está bien, de verdad.  Sabes que te quiero.  Muchísimo.  Y quiero que seas feliz y nunca dijimos que esto fuera por amor ni que fuera para siempre.

-No, joder.  Debí decírtelo de otro modo pero toda esta mierda se precipitó con esos ataques y...

-Lo sé.  Y siempre has sido sincero.

-También antes de conocer a Liam a veces me acostaba contigo.  No he sido el mejor...

-Scott, ninguno somos santos pero yo te he perdonado por haberlo hecho mal y te quiero demasiado para perder el tiempo peleando.

-Voy a tomar a Liam como segundo compañero.  Necesito que esté bien y nuestro divorcio puede tardar meses que no tenemos ahora mismo.

-Quiero conocerle.  Debe ser un gran hombre si te hace ser tan feliz y arriesgarte tanto.

-Lo es.

-Yo también quiero a mi gran amor -dijo ella riéndose.  Scott se levantó para abrazarla.  Britt le miró -Scott, la cosa está peor de lo que parece y dicen.  No me fío de esa política conciliatoria.  Además nos ha un chivatazo.  Los chicos del centro número 3 están dando información de abusos sexuales y físicos a uno de nuestros voluntarios.

-Eso es bueno, que denuncien...

-Dicen que un dom ha ido a hacer preguntas.  Eso ha puesto al director nervioso y les ha interrogado.  Han detenido a tres. 

-Mierda.

-El centro forma parte de ese grupo de elegidos para las actividades inclusivas y me da miedo lo que pueda pasar.

-Britt, creo que te estás arriesgando demasiado .

-Ya estamos metidos demasiado como para salir. 

Liam escuchaba mientras desayunaba.

Algunos sum habían oído cosas de los dom en el club.  Hablaban de revueltas y cambios.  Hablaban de política. 

Todo había cambiado mucho los últimos días.  Podía notar el peso de su teléfono móvil en el bolsillo. 

Louis se sentía en un sueño.  Zayn era... todo lo que siempre había creído no merecer y ahora estaba allí, viendo televisión con él.

Besándole.

Tenía que proteger ese sueño a toda costa. 

Harry salió de la casa de sus padres furioso y desanimado.  Ni siquiera se había atrevido a hablarles de Niall.

Iba a hacerlo pero antes sacó tímidamente el tema de que había irregularidades y abusos en algunos centros de la clase C.

Sus padres empezaron a darle un discurso salpicado de gritos y órdenes.  Le acusaban de dejarse llevar por una presunta propaganda agresiva de terroristas antisistema y le recordaron los beneficios de proteger a los sum de si mismos.

Lo que más asco le daba era que el, en un momento determinado, había llegado a pensar así. 

Subió a su coche. 

Era medianoche cuando los chicos entre doce y quince años del centro número 3 fueron metidos en tres autobuses con destino al campamento de inclusión.  Actividades deportivas y lúdicas que debían durar hasta el lunes e incluían a sums de baja extracción por toda Inglaterra.

Los tres autobuses chocaron en cadena.  El primero perdió los frenos y se estrelló contra un puente provocando el choque en cadena de los otros dos y cayendo desde treinta metros a un lago. 

Los otros dos perdieron el control tras él.

Cayeron detrás.

Noventa chicos y chicas murieron esa noche en ese accidente cerca de Londres.

La noticia corrió y según la versión oficial, provocó revueltas en el campamento de sums por "rebeldes terroristas" que acabó en un incendió del campamento y la muerte de cien chicos.

Casi nadie creyó la versión oficial.

La mayoría de la gente estaba acostumbrada a que los sums tuviesen esa clase de "accidentes" si se ponían rebeldes aunque nunca a tan gran escala.

Pero nadie se iba a atrever a decirlo.

O sí.

La voz empezó a correr.  En los centros, en las familias de hijos arrebatados, en los apartamentos hacinados y en las casas de los clase B.  Los clase A hablaban y señalaban.  Algunos dom se avergonzaban.

Se extendió, como una mecha imparable.

Y salieron de sus casas como una multitud silenciosa primero.

Hasta que miles de gargantas se unieron en una sola voz gritando "asesinos".