Problem

Calzones

Carrie

Necesito sacar a Katie de ahí, por lo poco que he estado en ese lugar me he dado cuenta del tipo de hombres que están en este lugar y no son de los que no puedes evitar enamorarte como en los libros que disfruto leer en mis tardes libres, si no del tipo que sin duda tendra hasta una enfermedad de transmisión sexual hasta en los ojos, y claramente a mi amiga no la quiero con ninguno.

Lo único que no puedo entender es el porque razón estoy en un callejón casi oscuro salvo por una lámpara que alumbra un poco, con un tipo el cuál su apodo significa asesino, desafíe, y maldije un millón de veces mientras me cargaba, (rayos, ¿todo eso he echo?. Parece que lo bocona me va a matar un día de estos.) parados y sólo viendonos el uno al otro tan fijamente sin decir una sola palabra, en vez de ir por Katie; demasiado para una noche.

-Deja de verme, no tengo tiempo para lidiar contigo ahora, voy a volver ahí por ella.- le digo mientras acomodo mi sudadera y con disimulo mis pantalones de gatito, ya que cuando me cargo, fue tan deprisa que se jalo un poco hacia abajo, mostrando parte del borde de mis calzones amarillos. 

Que verguenza.

-¿Enserio vas a volver allá con ese mastodonte salvaje, buscándote sólo para vengarse de las dos bromitas que le hiciste?. Pensé que eras más lista fierecilla.- me dice con burla.

Esta es la segunda vez que me llama de ese modo y no me gusta, me imagino a una hiena loca como las del Rey León, y no la chica, si no el hermano que sacaba baba y sus ojos estaban desorbitados, esa era yo, al menos cuando escuchaba que me llamaba así.

-Deja de decirme así, y sí, tengo que volver, Kat me necesita, está ebria, y ahí dentro hay más idiotas que alcohol, así que no me importa el peligro del mastodonte.- dije segura mientras me colocaba la capucha de la sudadera.

-Y dime niña lista, ¿como se supone que entrarás y saldrás?.-

-Soy pequeña, puedo escabullirme entre la multitud mientras me acerco a la barra por ella.- dije convenciendome de que era un buen plan.

-¿Y si ella ya no está en la barra?. Dime que harás, Einstain.

Este tipo es muy fastidioso. Para empezar, porque sigo hablando y contandole mi brillante plan a este sicario. Manos en acción.

Comienzo a dirigirme de vuelta a la fiesta cuando Slayer se interpone en mi camino.

-No te voy a dejar regresar ahí.- dice serio.

-No eres nadie para detenerme, muévete.- digo mientras intento empujarlo. Pero fue en vano. Por supuesto, como cuando choque con él la primera ves que hablamos, una pared es este tipo.

-¿Enserio intentarás moverme? Pequeña, no me hagas reír y ven conmigo.- dijo mientras me tomaba de la muñeca.

¿Ir con él? Ni ebria como Kat, lo haría.

-No.- dije cruzada de brazos.

-Escucha, tu amiga estará bien, la ví con un amigo, le llamaré y le diré que la lleve a su casa, pero tú ya no te vas a meter a ese estacionamiento.- vuelve a tomar mi muñeca mientras me adentra más al callejón.

Comencé a sentirme muy acalorada pero no porque estuviera feliz o algo, si no por el miedo que comenzó a surgir en mi interior. Slayer me estaba alejando de las luces para cumplir lo que todos decían; Hacerme pagar por desafiarlo. 

-No, no ,no, vuélveme a tocar y voy a gritar.- le dije en advertencia.

El se me quedó viendo con cara de fastidio y comenzó a revolverse el cabello negro y suspirar con cansancio mientras lo oía murmurar algo como "claro, ya sabía" demasiado bajo, creo que dijo algo así.

-Mira, no pretendo hacer nada malo contigo, ¿no crees que de haber sido esa mi intención, hubiera dejado que Doug te golpeara?.- me dice con cansancio.

Ese era un buen punto, pero si pensaba con un psicópata, tal vez lo hubiera hecho para que nadie más tocara su víctima ya que era eso, suya y de nadie más, nadie puede matar a SU víctima.

Al menos eso es lo que pensaría un psicópata según el libro de mi antigua escuela.

Al ver que no le contesté, dio por cerrada la conversación y me volvió a cargar.

Odio que me carguen. ¡¡¡Mis calzones se van a ver!!!