Parte 5

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Hemos estado caminando por el bosque durante un buen rato intentando no llamar la atención ni hacer ruido. Hipo ha estado muy callado desde que empezamos a movernos, y yo también. Creo que este es uno de esos momentos incómodos, en el que no sabemos que decir.

Hipo se detiene de repente y me coge del brazo para que me detenga. Yo también paro.

—¿Qué ocurre? —lo miro preocupada.

—Creo que he oído a alguien pidiendo ayuda. —extrañada intento escuchar. Agudizo el oído y escucho un gemido lastimero que viene de muy cerca.

—¡Vamos! Podría ser Heather.

Con paso apresurado y sin armar escándalo nos dirigimos hacia la voz. Mi corazón late muy fuerte. ¿Qué es lo peor que nos podríamos encontrar? Estamos a tan solo unos pasos cuando divisamos lo que parece ser una jaula tapada con una manta. Hipo y yo nos miramos, pensando exactamente lo mismo. Nos acercamos con las armas preparadas y quitamos la manta que la tapa.

Mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Miro a Hipo y parece que está pálido. En medio de la jaula, encogido en posición fetal, se encuentra Dagur con la ropa raída y varios cortes en el cuerpo.

—Por-por favor... —dice Dagur sin abrir los ojos y escondiendo su rostro con las manos. Parece ser que no se ha dado cuenta que somos nosotros. Cree que somos uno de esos cazadores.

Vuelvo a mirar a Hipo. Parece estar muy preocupado—. ¿Qué hacemos? ¿Lo sacamos?

—No sé... —dice Hipo en un susurro.

—No podemos dejarlo aquí.

—Ya sé que no podemos pero...

—Hipo, por favor. Tú eres el que le quisiste dar otra oportunidad. —lo fulmino con la mirada intentando entenderle.

—Ya lo sé, pero no es eso a lo que me quiero referir. Sabes que si nos lo llevamos así como así, nos descubrirán y podemos poner en peligro a los demás. —veo que Desdentao se acerca para darle a entender de que tiene razón—. Creo que tengo un plan. Lo que vamos hacer es... Me cambiaré en la jaula por Dagur... —lo interrumpo con un grito ahogado y pegándole en el brazo derecho.

—¡¿Cómo?! ¿pero qué estás diciendo? ¿estás loco? —Se frota en la zona donde lo he golpeado. No puedo estar más furiosa.

—Escúchame... —intenta hablarme.

—No. No puedes cambiarte por Dagur y ponerte en peligro tú por salvarlo. Ya sé qué prefieres salvar a los demás antes que a ti mismo pero esto es demasiado... —todo esto lo he dicho de un tirón y subiendo la voz cada vez más. Estoy empezando a palidecer. Hipo me pone las manos en los hombros y me mira a los ojos.

—Escúchame antes por favor... —me repite. Pero yo estoy tan molesta que no quiero escucharlo.

—No. No quiero escuchar nada de lo que tengas que de... —enmudezco completamente. Sin darme cuenta, los labios de Hipo están de repente sobre los míos haciéndome callar torpemente. Estoy tan atónita que tengo los ojos completamente abiertos mientras que Hipo los tiene cerrados. Quita las manos de mis hombros para llevarlas a mis caderas y acercarme a él. No puedo evitar relajarme y cerrar los ojos disfrutando de este momento. Mis labios se moldean con los de él, reconociéndose al instante, y nos besamos. Nuestros besos son lentos y torpes debido a nuestra inexperiencia. Dejo caer el hacha al suelo y sin evitarlo coloco mis brazos en su cuello profundizando el beso. "Este es el momento que he estado esperando" digo en mis pensamientos. Al abrir los ojos me doy cuenta de que Hipo me mira fijamente a los ojos y con un amago de sonrisa. Intento esconderme detrás del escaso flequillo, pero Hipo no me lo permite ya que me coge del mentón y me levanta la cabeza para que lo mire.

¿A qué estás esperando? (Hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora