Parte 6

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Nos separamos rápidamente cuando vemos a Dagur entrar por la entrada de la cueva. Nos mira divertido, deja la comida al lado del fuego y suelta una carcajada.

—No tenéis que parar porque yo estoy aquí. Ya sé de sobra que estáis juntos.

Hipo, aún sujetándome la mano con fuerza, se pasa la mano por la nuca. Se siente incómodo o avergonzado.

—¿Era tan obvio? ¿Cuándo...? —Dagur lo interrumpe—. Desde siempre, desde que os conozco básicamente.

—Pero si acabamos de empezar a estar juntos. —suelto yo algo confundida.

—No, si os dais cuenta habéis estado juntos desde siempre. Solo que habéis esperado más de la cuenta para deciros lo que sentís el uno por el otro. —me quedo pensando en lo que Dagur acaba de decir. Tiene razón. Hipo me mira y sonríe al mismo tiempo que yo. Piensa lo mismo.

—No sabía que fueras experto en estos temas, y menos que te hayas fijado en nosotros. —Esta vez Hipo lo dice con un deje divertido. Dagur vuelve a reír-. Pues sí lo soy, y además ¿quién no se ha fijado en vosotros ya?

Reímos por el comentario. No me creo que fuéramos tan visibles a simple vista.

Nos sentamos junto al fuego y comemos el pescado que Dagur ha traído. Desdentao quiere más pescado y Tormenta más muslos de pollo. Que hambre manejan los dragones.

Descanso mi espalda en el pecho de Hipo, mientras él me envuelve con sus brazos y piernas. Dagur no deja de sonreír. Decido preguntar por lo que pasó antes de desmayarme.

—Bueno pues cuando te interpusiste entre Ryker y yo, creía que tú, —a Hipo se les atraganta las palabras. Le doy un apretón en la rodilla para que continúe, me devuelve el gesto poniendo su mano sobre la mía—. creía tú ibas a morir. —hace una pausa y sigue—. Dagur había salido de la jaula, pues resulta que le quitó la llave de la jaula al último cazador que fue a verlo.

Dagur interrumpe a Hipo—. Exactamente, el muy idiota no sé dio cuenta, y ya de paso le robe una espada. Así que como mi deber, ya que os iba a matar a uno de los dos, decidí clavársela en la espalda. —me quedo perpleja, no puedo creer que hiciera eso—. Luego te cogimos y te traímos aquí.

—¿Y qué pasa con Ryker? ¿Dónde lo habéis dejado?

—Bueno pues, oculto detrás de unos matorrales. —me sobresalto con su respuesta, intento incorporarme a pesar del dolor.

—¡Estáis loco! ¿Cómo se os ocurre dejarlo ahí? Como Viggo lo vea, va a saber que hemos sido nosotros. Ya sabe de sobra que estamos aquí. Ahora el también nos querrá matar. —Hipo vuelve a atraerme contra su pecho, intentando calmarme.

—Hombre, la verdad es que no lo había pensado. —dice Dagur terminando de comer y llevándose una de las manos a la cara para rascarse la barba.

—Bueno, la verdad es que Astrid tiene razón. —coincide Hipo.

—¡Pues claro que la tengo! —contesto dolida—. Lo que debemos hacer, en vez de quedarnos aquí sin hacer nada, es ir en busca de Heather y los chicos, y luego acabar con Viggo de una vez.

—No, nos vamos a quedar, pero tú sí lo vas a hacer. —me siento ofendida. Esto el colmo.

—¿Pero de qué estás hablando? Yo voy a ir. —Dagur se escabulle de nuestra discusión mientras va a recoger las cosas para partir.

—No Astrid, ¿es que no ves que estás herida?

—¡Y qué! Sigue teniendo bien las piernas ¿no? Ya casi ni me duele. —me incorporo, y me levanto aguantando el dolor del estómago, para apartarme del lado de Hipo. No puedo estar al lado de él mientras discutimos. Es absurdo.

—No seas tonta Astrid, se ve que te duele. No puedes luchar así.

—Sí que puedo. Soy una guerrera vikinga. Y si no puedes ver eso... —Hipo me mira sorprendido por mis palabras, se acerca a mí y envuelve mi cara con sus manos haciendo que lo mire a los ojos.

—Claro que lo veo. Eres la vikinga más fuerte, valiente y cabezota que conozco. —se me escapa una sonrisita por eso último—. También sé que harías lo que fuera por tus amigos y tu familia, sin importar el qué, sé que lucharías y cuidarías de ellos hasta el final. Por eso te digo, que yo también quiero hacerlo. —lo miro confundida. ¿Qué es lo que quiere decir?—. Quiero regalarte esto. —saca un colgante del bolso ¡Oh Thor! y me lo mete por la cabeza. Antes de que pueda decir algo, empieza a hablar otra vez—. Esto es el regalo de compromiso que mi padre le hizo a mi madre. —hace una pausa, me atrae a sus brazos y vuelve a hablar—. Se que te va a parecer muy precipitado, pero después de lo que dijo Dagur me quedé pensando, y tiene razón nos conocemos de siempre. Por eso quiero que aceptes este regalo como muestra de que siempre haré lo que sea, iré a dónde sea y lucharé por ti hasta el final. Y por supuesto, que siempre te querré. Así que para que sepas que me importas mucho, voy a dejar que vengas, siempre y cuando te quedes cerca de nosotros, ya que todavía estás muy débil. No quiero que te vuelva a pasar nada más. —termina de pronunciar la misma palabra y no puedo evitar rodearlo con mis brazos y besarlo muy fuerte. No puedo estar más feliz.

Hipo corresponde tanto a mi abrazo como a mis besos. No pensaba que podía llegar a quererlo tanto. No hace ni 3 horas que estamos saliendo y ya me ha jurado estar conmigo para siempre. ¡Por Odín! ¡No puedo creer que ya estemos comprometidos!

—¡Bravo! ¡Bravo! —nos separamos al escuchar ese eco de voces. Cuando miramos son los chicos, y están con Heather.

—Me alegro mucho por vosotros. —dice Heather con una sonrisa, hasta que se da cuenta que su hermano está también. Corre hacia a él e inesperadamente le pega un manotazo en la cabeza y lo abraza. Todos los miramos atentamente. Dagur reconfortado le corresponde el abrazo. Los dejamos tranquilos y los demás vienen hacia nosotros.

—¡Por fin ya era hora! —exclama Patán.

—Sabíamos que podríais solitos con el tiempo, aunque hayáis desaprovechado muchas oportunidades ¿verdad hermanita? —Brusca asiente sonriendo con la cabeza.

Hipo y yo ponemos los ojos en blanco.

—Estoy muy feliz por vosotros chicos. —Patapez nos da un abrazo mientras contiene las lágrimas. Me quejo porque me empieza a doler la herida. Hipo se alarma.

—¡Cuidado Patapez! Astrid está herida. —Patapez se aparta rápidamente dando un salto hacia atrás.

—¿Qué es lo que ha pasado?

—Es una larga historia, pero voy a ser breve. Ryker quería apuñalar a Hipo y yo me puse en medio, era lo menos que podía a hacer. Y Dagur dejó K.O. a Ryker.

—¿Cómo de K.O.? —pregunta Brusca intrigada.

—Muerto. —suelta Dagur mientras se acerca con Heather.

Todos ponen cara de sorpresa. Yo tampoco me lo creo. Nadie es tan valiente como para matar a alguien porque sí.

—Me alegro de que estés bien. —me dice Heather.

—Lo mismo digo. —le correspondo con una sonrisa.

—Dejando todo eso para después, ¿no es mejor que nos dejemos de chácharas y vayamos a por esos canallas? —sugiere Patán.

—Tiene razón. —coincide Hipo—. Esto es lo que haremos...

••••

¡Hey! ¿Cómo estáis? Os dejo con un nuevo capítulo, que sé que muchos lo estábais esperando. Lo siento mucho por tardar tanto en actualizar ;-( he estado muy ocupada con asuntos de la universidad. Quiero agradecer a las personas que están siguiendo esta historia, si no fuera por vosotros no estaría ya en la Parte 6

¡Gracias por todo! Espero poder actualizar pronto x

¿A qué estás esperando? (Hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora